Review House of The Dragon: The Green Council

Review House of The Dragon: The Green Council

Este episodio me deja sensaciones encontradas, pues aunque algunas cosas han sido ejecutadas con verdadera maestría y son muy destacables… otras no lo son tanto. Y lo cierto es que me estaba acostumbrando a ver cada semana mi nuevo episodio favorito de la serie, cosa que no ha ocurrido en esta ocasión y eso me deja cierta sensación de malestar. Sería injusto -y falso- decir que el episodio ha sido malo, pero creo que quizás sea el menos brillante de la temporada.

La atmósfera es sensacional, el aire es opresivo, se respira la sensación de traición y de peligro en cada fotografía. La oscuridad reinante desde el minuto uno nos indica que estamos en un ambiente de secretos, de palabras en las sombras, de susurros en las esquinas. No es un día de celebración sino de mirar por encima del hombro y asegurar lealtades. No ha sido un día feliz para nadie, ni siquiera para el promulgado rey Aegon.

No es, en absoluto, un mal episodio: la ambientación es magnífica; las interpretaciones están sobresalientes; ahondamos y asistimos a algunos hechos que sin duda son importantes para el devenir de Westeros. Pero está muy lejos de los episodios predecesores que tuvieron un nivel descomunal, quizás por los diálogos, quizás porque el ritmo ha sido un poco más pausado. Creo que quizás para contrarrestar esa carencia de ritmo y tensión, que ha sido tan contenida que es casi imperceptible, los guionistas decidieron plantarnos esa escena final que es totalmente carente de sentido.

La escena final carece de sentido. Ya sea que Rhaenys obre por miedo, por compasión o por empatía de madre a madre… no le veo sentido.

La princesa tenía la oportunidad de cargarse a sus enemigos de forma fácil y rápida. Rhaenys sólo tenía que pronunciar una palabra para acabar con la guerra que pone en peligro a sus nietas y a unos niños que su hijo Laenor sentía como suyos. Sólo tenía que decir ¡Dracarys! y todos sus problemas se convertirían en cenizas en un momento. Mantendría intacto su honor, sería aplaudida por sofocar el golpe de estado y alabada por su lealtad a la verdadera reina legítima. Tenía en sus labios no sólo la posibilidad, sino la responsabilidad de mantener la paz y evitar que mueran centenares de soldados y civiles de uno y otro bando. Pero ignora todo eso y se larga de allí.

No le encuentro ningún sentido a que haga una demostración de fuerza si no piensa hacer efectiva dicha fuerza, tampoco entiendo que su intención fuera matar y se arrepienta al ver a una madre escudar a su hijo con su cuerpo. Muchas madres harían lo mismo, pero la supervivencia de esa madre y ese hijo pone en peligro la supervivencia de su propia descendencia. Sus nietas están prometidas con los hijos de la verdadera reina legítima, es más que evidente que si deja vivos a los Verdes, pone en peligro a su familia, su descendencia, la estirpe Velaryon. Pero aún así, opta por no matarlos.

Esa gente a la que decide no matar es la gente que quiere acabar con sus nietas para usurpar un trono que legitimamente será para sus bisnietos. Repito: no tiene sentido.

Elige asustarlos sin hacerles daño y largarse de allí. Pero probablemente con el destrozo que hace el dragón hayan muerto un buen puñado de infelices ciudadanos de Desembarco. Pensemos en los muros destrozados, las vigas dañadas y los escombros cayendo sobre la multitud con una enorme ahumareda de polvo. La avalancha que se genera por esa inmensa cantidad de personas intentando huir es imposible que no generase víctimas mortales por aplastamiento.

Rhaenys acepta la muerte de todo ese inocente pueblo anónimo, pero se contiene a la hora de dañar a los ricachones autoproclamados Casa Real. Provoca la muerte a los débiles como daños colaterales irrelevantes, se compadece de los fuertes que resultan ser sus enemigos mortales. Repito por enésima vez que no tiene sentido.

Pero eso no es lo único que me ha contrariado en este episodio: otra cosa que no me ha gustado es el tratamiento que le han dado los gemelos Arryk y Erryk Cargyll.

Me explico haciendo un resumen de mi percepción personal, la que creo que seguro coincide con muchos espectadores: he leído y disfrutado enormemente los cinco libros publicados de Canción de Hielo y Fuego, vi Game of Thrones y analicé con reviews cada uno de sus episodios desde el piloto hasta la season finale. Pero no he leído Fuego y Sangre. Estoy segura que muchos espectadores están en una situación parecida a la mía. Dicho esto, volvamos a los gemelos Cargyll. En el episodio anterior vimos cómo Alicent caminaba junto a un Guardia Real desconocido y pronunciaba su nombre, él la corregía cortésmente y le decía que su nombre era otro. De ahí podríamos deducir, o bien que Alicent descuidaba sus labores hacia la Guardia Real y ni siquiera se aprendía sus nombres (algo que parece impropio de ella) o bien y creo que era lo más acertado y lo que pensamos todos, que había alguien muy parecido físicamente a este señor.

Si estos tipos han salido en más momentos yo no me he percatado, si los guionistas no han hecho que me percate creo que es culpa de ellos. Porque bien que otras cosas las muestran treinta veces y las dan bien mascaditas. En este episodio, en cambio, les han dado un protagonismo brutal y han sido tremendamente relevantes sin que nosotros sepamos ni quiénes son.

Han pasado de no existir a tener un papel fundamental en el desarrollo de los acontecimientos y cargar con parte del peso del episodio de hoy. No diré que se los han sacado de la manga porque, según me dicen, pertenecen a la novela, pero la sensación de verlos cobrando tanta fuerza de repente, es una sensación muy rara para los no lectores. Creo que no es una buena forma de escribir un guion, creo que lo ideal es ir mostrando paulatinamente a la gente que luego va a cobrar protagonismo, para que al espectador no les sorprenda y no se pierda en la trama. Verlos de repente siendo decisorios en cuestiones importantes es muy chocante. En este episodio Otto les pide a estos gemelos que busquen al falso heredero mientras que Alicent se lo pide a Criston Cole, que sale en busca de Aegon acompañado por el otro príncipe.

Criston y Aemond buscan al heredero sin saber muy bien dónde meterse, pues son hombres de bien que no frecuentan los ambientes de viciosos en los que se siente tan cómodo Aegon.

Mientras tanto los gemelos, que conocen los bajos fondos, se plantan ante un ring donde el populacho apuesta y disfruta con violentas peleas de niños, niños asalvajados a los que afilan los dientes y dejar crecer las uñas para que sea más satisfactorio verlos pelear. A uno de los gemelos le parece una barbarie que quieran proclamar rey a un tipo que disfruta torturando niños. Nuestra sorpresa llega (o por lo menos la mía) al ver que uno de esos niños es extrañamente rubio y uno de los gemelos le comenta al otro de los gemelos (no sé cuál es cuál) si ese crío es hijo de Aegon a lo que el otro le responde que es uno de tantos, ya que hay varios más. Aegon es un ser despreciable, cosa que ya sabíamos, pero que sea despreciable hasta el punto de mandar a sus hijos a convertirse en esas bestias asalvajadas condenadas a pelearse en la arena mientras el público alborozado grita… es pasarse de crueldad incluso para un Targaryen. Entendemos que la endogamia es muy peligrosa y que la sangre de dragón tiene taras importantes, pero este tipo es un violador descerebrado que no tiene suficiente con engendrar hijos con su hermana, sino que va por ahí haciendo bastardos de los que luego no sólo se desentiende como padre sino que incluso hace cosas peores.

Un momento después de esta revelación los gemelos se encuentran a Criston Cole y Aemond, que ya llevan con ellos a Aegon. Se enfrentan, un gemelo y Criston Cole baten en duelo de espadas, los hermanos Targaryen se pelean a golpes. Pierde el hermano cutre y pierde uno de los gemelos (seguimos sin saber cuál es cuál), el otro gemelo se escabulle no dejando claro al espectador si lo hace porque está de parte de Alicent o porque está de parte de Los Negros, al espectador no le queda claro nada porque no conocemos a esos dos tipos de nada.

Pues resulta que uno de estos gemelos (sigo desconociendo cuál es cuál) sí que es fiel al bando de Los Negros y un rato después lo vemos salvando a la princesa Rhaenys. La salva para perderla entre la multitud que se dirige a ver la Coronación de Aegon. Rhaenys se ve empujada por la muchedumbre, va a por Meleys y hace un aparición estelar tras la coronación del falso rey… y no hace nada.

En todo caso, demasiado protagonismo para Arryk y Erryk, dos miembros de la guardia real que no sabemos quiénes son y que uno opina una cosa y el otro otra, lo cual sí que creo que es muy interesante y está muy bien traído en este episodio.

Sí que me gusta mucho cómo nos enseñan que cada gemelo opina de forma diferente, pues sirve para fortalecer la idea de que los iguales a veces son muy distintos, una idea sobre la que orbita la totalidad del episodio. Ya que tanto Alicent como Otto son del mismo bando pero difieren en cuestiones de suma importancia.

Me gusta mucho que dentro de los propios Verdes haya diferentes tendencias. Tanto la madre como el abuelo de Aegon quieren hablar con él lo antes posible. Mientras que la Mano del Rey lo hace porque quiere convencer al joven de que siga los designios que le manden y acepte el asesinato masivo de parte de su familia (su tío, su hermana, varios sobrinos, algunos primos, etc), Alicent se niega a eso y quiere que su hijo sea un rey honorable y que deje a un lado la crueldad, mientras que Otto y los suyos consideran que la única forma de evitar una guerra civil es cargándose a todos aquellos que puedan disputar la legitimidad del trono, Alicent cree que es importante convencer a su hijo de que busque una vía pacífica.

Entiendo que Alicent ahora mismo cree que está haciendo lo correcto, ella tiene la creencia errónea, pero desde su punto de vista legítima de que su marido le dijo que Aegon debería ser rey, ella escuchó algo que le hizo creer que escuchaba eso y no hay mala intención en su reclamación del trono. Creo que quiere a sus hijos, como demuestra la ternura con la que trata a Helaena y la forma en la que llama imbécil a su hijo Aegon cuando éste le pregunta si lo quiere. Creo que no hay mala intención, pero sí creo que está haciendo las cosas mal.

Ama a sus hijos, pero manipula a su hijo mayor de la misma forma en la que su padre la manipuló a ella. Es interesante cómo la conversación que mantienen padre e hija en este episodio en la que ella le dice precisamente eso, no va seguida de que haga un propio examen de conciencia y analice si ella está haciendo exactamente igual.

La razón por la que Alicent no quiere asesinar a Rhaenyra es porque sabe que su esposo no lo hubiera querido y al igual que ella es fiel a Viserys y quiere hacer realidad su último deseo para Aegon, también le es fiel en el resto de deseos que le atribuye a su difunto esposo, también es fiel en no hacerle daño a su hija.

Pero la discrepancia al respecto de la suerte de Rhaenyra no es la única que Alicent tiene con su padre, la pobre viuda descubre que el Consejo Real conspiraba a sus espaldas. Es lógico que Alicent esté harta de Otto y sus maquinaciones. pues él la ningunea hasta el punto de tomar decisiones vitales para los hijos de ella sin que nadie se lo comunique. Su padre tiene una obsesión enfermiza con el trono y ha sido muy placentero verla enfrentarse a él por fin. Lo que no es lógico es que repita el mismo patrón con su hijo y que haga exactamente lo mismo que su padre le hizo a ella.

Claro que, considero que esto no es una incoherencia de guion, sino un punto de profundidad para el personaje. No me parece lógico en la medida en la que Alicent está metiendo la pata, pero sí me parece lógico en cuanto a la construcción del personaje. Que alguien haga exactamente lo mismo que critica es bastante frecuente, este tipo de incoherencias son de lo más usuales en el mundo real, razón por la cual, es fácil entenderla y no resulta un fallo de guion sino una forma tergiversada de ver la realidad por parte del personaje. La paradoja de que ella manipule a su hijo y le haga exactamente lo mismo aunque sea una incoherencia, creo que es una incoherencia tan real y humana que enriquece al personaje.

Por otro lado tenemos a Aegon, un hombre que no quiere ser el rey y frente a él está Aemond que sí quiere serlo y se considera más apto no porque tenga más derechos sucesorios, sino porque es mejor espadachín, es más listo, más sabio, más estudioso y tiene un dragón enorme. Creo que tiene sentido la pretensión de Aemond, pues cualquiera sería mejor rey que su hermano, pero también es cierto que él no valora la pretensión de su hermana mayor, que es quien tiene tanto el derecho sucesorio como la sabiduría y el favor de muchas casas.

Para terminar tres breves apuntes más, una cosa positiva, otra muy positiva y la negativa: otra escena que me ha resultado un tanto perturbadora es esa en la que la noble, casta y recta Alicent tiene un jueguecito erótico con Larys, que aparentemente se excita mirando los pies de la reina e incluso se masturba junto a ella. No me parece propio de Alicent mantener esos juegos, ella que valora tanto la castidad y que considera que sólo es permisible que las mujeres mantengan relaciones con sus maridos. Y como punto positivo destacar que La Mano del Rey tiene una conversación con Gusano Blanco y da la sensación de que será la primera de muchas y que entre ellos se puede establecer una dinámica divertida con espías correteando por aquí y por allá sabiéndolo todo de todos, como muestra el hecho de que ella ya supiera que el rey estaba muerto. Como punto tremendamente positivo no puedo dejar de comentar la dignidad que se desprende de la renuncia de Ser Harrold Westerling, ha sido impresionante verlo destilar honor y nobleza de esa manera.

Hasta este momento todos los episodios han tenido una progresión ascendente en cuanto al nivel se refiere, han ido creciendo tanto en ritmo como en la complejidad del argumento. Nos hemos ido internando en una historia cada día más apasionante y este episodio que, aun teniendo tensión, hace un manejo de la misma mucho más austero, quizás no ha funcionado del todo. Quizás no es lo idóneo en la recta final de la temporada, pero pese a sus pequeños defectillos que me he esforzado en destacar en estas líneas, creo que sigue siendo un episodio bueno, de lo peor de House of The Dragon, eso sí, pero no por demérito de éste sino por mérito de todos los demás.