Review The Walking Dead:  A New Deal

Review The Walking Dead: A New Deal

Estamos un paso más cerca del final definitivo de la serie (aunque continuan las tramas de varios personajes en otras series) y sigue sin notarse el sabor de la despedida. Parece como si estuviéramos ante otra temporada más. Me falta la épica, la sensación de enfrentamiento con un enemigo muy superior, la tensión o incluso el miedo… que se supone que el género de esta serie es el de Terror y no el thiller político.

Puesto que usan el recurso de la voz en off tanto en el episodio diecisiete como dieciocho es de suponer que lo harán en todos los demás. Quizás sea Judith contando la historia a un nuevo grupo o a un recién llegado. No creo que esté poniendo al día a Rick o a Michonne porque en su relato narra acontecimientos que sus padres ya conocenTampoco es la voz de una Judith adulta, lo que nos podría hacer pensar que está dando algún discurso a sus hijos o incluso una conferencia a un grupo de personas asentadas en algún tipo de civilización. Ya veremos como terminan usando este recurso, pero por ahora lo veo un poco innecesario y no me parece que aporte nada positivo, más bien es una idea pretenciosa de querer ofrecer algún tipo de elemento artístico en esta última temporada.

Durante este episodio asistimos a la duda que tienen los personajes al respecto de quedarse en esta nueva comunidad, reconstruirla o huir. Ezekiel tiene claro que va a quedarse pues sin su tigre, sin su reino, sin su hijo Henry y sin su esposa Carol no tiene ningún sitio al que volver; Kumiko se niega a abandonar a su hermano y se siente cómoda como abogada de Pamela; Magna quiere irse, pero también quiero desencadenar una revolución y acabar con los estamentos de la sociedad Milton; muchos otros simplemente dudan e incluso Negan considera que tener un buen servicio hospitalario es la mejor opción para su hijo nonato. Los más interesantes son daryl y Judith, porque él quiere largarse de allí y alejarse de los problemas que inevitablemente seguirán reproduciéndose en la Commonwealth, pero a la vez se mira en el espejo de la esperanzada e ingenua niña y siente que él también quiere quedarse y seguir luchando.

La situación es complicada porque podrían quedarse y contribuir a cambiar una sociedad que necesita cambios o podrían huir y volver a reconstruir Hilltop o Alexandria, lo cual podría estar bien pero nunca sería perfecto sabiendo que los ciudadanos de la Commonwealth y especialmente sus gobernantes tienen mayor acceso a armas, soldados y todo tipo de recursos. Están en una situación que no tiene salida fácil e incluso Carol, que quiere irse, entiende perfectamente el sabor que tiene la idea de querer quedarse.

En todo caso, el final del episodio debería aniquilar todas las dudas, pues plantea una situación límite en la que no hay espacio para decidir o valorar opciones. En A New Deal vemos como todo se viene abajo, las semillas de la revolución ya estaban sembradas con anterioridad a la decisión de Stephanie de cargarse a los Milton. Lo que ella hace es aprovechar el odio visceral del pueblo, que había quedado ligeramente adormecido cuando usaron a Hornsby como chivo expiatorio, pero que estaba ahí, esperando una chispa que lo avivase. La cinta sirve a su propósito y las masas se alzan contra el odioso hijo de Pamela, a la vez que ocurre esto, los zombies creados por los esbirros de Hornsby entran en acción y se desata el caos en la ciudad. Quizás se unan a estos muertos los del episodio anterior, la horda que los esbirros de Pamela mantenían controlada en alguna parte y que soltaron para tener una excusa para ordenar el toque de queda. En cualquier caso, los muertos atacan y aunque nos libran de Sebastian nos ponen en la recta de salida de un montón de nuevos problemas.

Por lo demás el episodio ahonda en el sentido de la maternidad, la paternidad y las formas de vivirlas. Por un lado junto a Pamela asistimos a una madre que se niega a ver la realidad de la crueldad de su hijo, pero a la vez ofrece el sacrificio de un inocente (culpable de otras cosas) a las masas para salvarlo; la revolución comenzó o al menos recibió un empujón gracias a los padres de la fallecida April; tal como hemos mencionado Negan se planeta quedarse junto a los asesinos de sus amigos si eso significa seguridad para su hijo e incluso habla con su esposa sobre las diferentes prioridades que tienen las personas en la vida al convertirse en padres.

Y por supuesto Daryl sufre con su hija adoptiva, no sabe como manejar a la niña. Al pobre hombre se le vino encima la responsabilidad de esta pequeña, que de adulta desarrollará todo tipo de traumas. Sus padres: Lori y Shane están muertos desde antes de que ella llegase al mundo. Lori falleció durante el parto y a Shane no se le permitió siquiera sentir que iba a ser padre, pues Rick reclamó la paternidad de la niña. Rick fue un buen padre y Carl un gran hermano, pero uno está desaparecido desde hace años y el otro murió hace aún más tiempo. La niña también desarrolló un vínculo con Michonne, esposa de su padre y madre de su otro hermano. Pero Michonne también desapareció, dejando a la niña a cargo de Daryl… que previamente también estuvo desaparecido un tiempo tras la supuesta muerte de Rick, de forma que no desarrolló un gran vínculo con la pequeña. Ahora, la niña es la responsable de su hermanito R.J. y de la temerosa hija adoptiva de Aaron. Con todo lo que ha pasado la chiquilla me parece muy natural que no sea la hija obediente que Daryl querría que fuera.

El episodio no ha estado mal, no tengo quejar de nada de lo acontecido, pero pese a ello continuo con la sensación de que me están ofreciendo muy poca cosa para una temporada final.