Review Legacies: The Story of my Life

Review Legacies: The Story of my Life

¡Legacies ha vuelto! Sinceramente, hace un año no pensaba que me alegraría tanto porque la serie regresara tras un parón pero, por suerte, la cosa ha cambiado mucho desde la tercera entrega a esta cuarta, para bien además. Inicialmente, la tercera ficción del universo de The Vampire Diaries iba a empezar sus emisiones en 2022 antes, a finales de enero, pero hubo un cambio en la programación en la cadena de origen, The CW, y la movieron a finales de febrero, de ahí que nos encontremos en marzo comentando este 4×10. Vamos ya con ello.

Hubiera agradecido un breve recordatorio de cómo estaban las cosas cuando en diciembre de 2021 nos despedimos temporalmente de la serie, pero los guionistas parece que tenían en cuenta esa pausa más o menos prolongada, y los primeros minutos reubican al espectador más despistado para que no se pierda entre tanto acontecimiento. Ha habido tres focos principales: uno con Hope y Lizzie, otro en la escuela Salvatore, y otro en el limbo con ese trío tan peculiar que se ha formado entre Alaric, Landon y Ted, por lo que voy a estructurar la review así.

Sobre ellas, quizá esta sea la trama más principal del episodio, dado que la encabeza la protagonista, pero está directamente conectada con la de la escuela, así que esa conexión me la guardo para después. Recordemos, Lizzie muere en el noveno capítulo, y vuelve a la vida como vampiresa. Para los que no recuerden tanto la mitología de la franquicia, aquellos brujos del aquelarre Géminis que se transformaban en vampiros y conservaban su magia pese a ello, se les denominaba herejes; ahora mismo, Lizzie es una de este colectivo, dado que es parte vampira y parte bruja.

Su transición me ha gustado porque ha sido un acercamiento diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en este grupo de series, dado que ha sido fulgurante, no ha habido el típico debate sobre si debe seguir adelante con el proceso o no (tampoco hubiese tenido mucho sentido), y a la que nos hemos dado cuenta, está al 100%. Me imagino que su nueva realidad la iremos explorando, porque aunque agradezco que hayan puesto el turbo en este aspecto, dado que todos pasan por una fase de adaptación, vería extraño que la joven Saltzman ahora tuviera el control completo de sus recién adquiridas habilidades e impulsos, sobre todo teniendo en cuenta que nos remarcan que su carácter dista mucho de ser sereno y que se rija por el autocontrol.

Otro detalle que me ha gustado es que ha dado otra perspectiva a lo que es ser vampiro. Cuando cura a Vardemus y se muerde, critica que los vampiros a los que estamos acostumbrados lo hagan como quien no quiere la cosa, o al probar la sangre por primera vez le asquea el sabor. Son cosas muy secundarias y que suponen un alivio cómico, pero me parecen verosímiles con el tono de la serie y la personalidad de la joven. De nuevo, y no será la última vez que lo diga en la review, una de las cosas que más me gustan de Legacies es que no tiene miedo a jugar y a experimentar con lo establecido previamente en este universo, salga mejor o peor, y estos detalles me reafirman en mi postura.

Hope acude a la universidad Whitmore, aquella que conocimos en la quinta entrega de la serie donde estudiaron Elena, Bonnie y Caroline, donde Vardemus imparte ahora clases. Allí descubren, para su desgracia, que Hope y Lizzie ahora están ligadas, dado que la hija de Alaric había ingerido la sangre de la tríhibrida, así que ahora están más unidas que nunca, con la alegría que supone para ambas. Por cierto, que en este tramo, recuperan un elemento introducido en The Originals, la chambre de chasse, así que, de nuevo, me alegra que Legacies aproveche el universo que la vio nacer. Todas estas revelaciones casi quedan en segundo plano, debido en buena parte a lo que parece que será el centro de atención de esta próxima mitad de entrega: los dioses.

En reviews anteriores estoy seguro de haber comentado que una de las cosas que hizo una serie diferente a la original, a The Vampire Diaries, era la capacidad para integrar en una misma temporada diferentes arcos argumentales, cohesionarlos, y que el paso de unos a otros se sintiera natural e imprimiera a la ficción de un elevado ritmo que daba al espectador la sensación de que no había tregua entre unas movidas y otras; eso en sus etapas de más calidad, claro, que hubo temporadas que la serie entró en una dinámica mala. Una de las cosas que recriminábamos en el programa que le dedicamos tras la tercera entrega fue que no se habían librado todavía de Malivore, y que debería hacerlo cuanto antes para no lastrar más a la serie, y pasar a otras cosas. Parece que nos escucharon, porque el enemigo original de este spin off, ahora sí, apunta a que ya ha sido derrotado definitivamente, y quedaba ver hacia dónde nos dirigíamos en esta nueva etapa. En principio lo que nos habían contado nos llevaba a pensar que tendríamos a Hope en busca de los líderes de cada facción sobrenatural, y que podrían ser la amenaza a enfrentar, pero eso se lo fulminaron antes del parón navideño, para dar paso a las deidades.

Nos han introducido a Prometeo, ahora llamado Ben, del que no voy a contar su historia original porque ya se encarga Jed al final del capítulo, y creo que es una parte de la mitología que simplemente con ver los acontecimientos que nos narra el “joven” durante el episodio, la mayor parte de los espectadores pueden identificar sin problemas. Abrir el melón de que en este universo existen los dioses amplía el abanico de posibilidades que puede explorar la serie en el futuro, porque los griegos está claro que existen, el sarcófago egipcio en el que Hope captura a Lizzie indica que los egipcios también (habíamos visto ya varias veces a la esfinge, recordemos), y falta por descubrir quién es Jen, la chica que estaba en la clase de Vardemus y que se enfrenta a Hope posteriormente. La hija de Klaus puede que sea la criatura sobrenatural más poderosa de esta franquicia en estos momentos, pero los dioses acaban de entrar en escena, y las reglas van a cambiar. Tengo muchas ganas de ver qué nos cuentan a partir de ahora.

Y los tres del limbo están resolviendo precisamente un enigma planteado por la esfinge, para intentar salir de ese sitio cuanto antes. ¿Habéis visto el meme de Troy de Community con las pizzas y volviendo a casa y todo está ardiendo? Así me imagino a Alaric si vuelve al mundo de los vivos y poniéndose al día de todo lo que ha pasado en su ausencia (recordad que Josie se ha ido porque la actriz dejó la serie). El caso es que terminan acudiendo a un bar en la base de la torre del reloj de Mystic Falls, y encontrándose con un genio, y aquí les lanzaría una advertencia: cuidado con lo que deseáis. Las profecías son tramposas, y los deseos igual terminan perjudicando más que ayudando. Veremos cómo siguen las aventuras de este grupo.

Tras dos meses y medio de ausencia, Legacies necesitaba volver a tope, y para mí ha regresado con un episodio que sirve para colocar de nuevo las piezas en el tablero, e introducirnos en lo que está por venir, dándonos lo justo para que tengamos ganas de ver lo que nos enseñarán a continuación. Como siempre, aquí estaremos para analizar lo que vaya sucediendo en las próximas semanas. Os espero, y os animo a que dejéis vuestros comentarios en el pie del artículo. Nos vemos en el siguiente capítulo.