Oz, excepcional drama carcelario, llega a HBO España.

Oz, excepcional drama carcelario, llega a HBO España.

Llega a España Oz, una serie que la HBO americana estrenó en 1997, mucho antes de la denominada época dorada de las series. Y que no sólo fue sorprendentemente brillante y valiente en su época, sino que ha envejecido muy bien y sigue siendo una serie magnífica en su fondo y en su forma.

HBO España incluye las seis temporadas de Oz en su listado de series. Efectivamente habéis leído seis temporadas, pero que eso no asuste a nadie. Cinco de ellas son temporadas de ocho episodios. La cuarta tiene dieciséis. Casi la totalidad de los episodios merecen la pena, pues obviamente la serie tuvo sus baches, pero incluso en sus peores episodios muestra interesantes propuestas argumentales y grandes interpretaciones.

La serie fue creada por Barry Levinson y Tom Fontana y tiene un reparto excepcional, donde destacan JK Simmons como Vern Schillinger, el temible jefe ario; Terry Kinney como Tim McManus, un trabajador de prisiones que cree firmemente en la reinserción; Rita Moreno como la hermana Peter Marie, consejera psicológica; Lee Tergesen como un abogado de clase media que mata a un niño mientras conduce borracho y termina con sus huesos en la prisión. Y Christopher Meloni y Harold Perrineau tienen dos de los mejores personajes. También pasaron por Oz: Zeljko Ivanek, David Zayas, Adewale Akinnuoye-Agbaje, Kirk Acevedo, Edie Falco, Seth Gilliam, Lance Reddick y otros muchos nombres que estamos acostumbrados a leer en los créditos de nuestras series cada semana. Oz no tiene a un protagonista claro, si bien un personaje (Augustus Hill) hace de narrador y en los primeros episodios seguimos especialmente a Tobias Beecher, es un drama absolutamente coral y son muchos los personajes que van tomando y abandonando el protagonismo a lo largo de las temporadas.

Oz transcurre en una prisión, de hecho podría definirse como un drama penitenciario. En la Penitenciaría de Máxima Seguridad de Oswald, tiene lugar algo así como un experimento social, en una zona que los presos llaman de forma sarcástica Ciudad Esmeralda. En Emerald City pasa de todo, pues allí conviven los supremacistas blancos junto a la mafia italiana, los caníbales y algún enfermo mental. Pero la serie no sólo analiza a los reclusos, es mucho más ambiciosa y profunda y con la vida en Oz retrata los demonios de la sociedad. Válido dentro y fuera de la cárcel, e 1997 y en 2018. Los hombres viven en una continua tensión deshumanizante, son maltratados por el sistema, por los guardias, por la sociedad y sobre todo por ellos mismos. La trama desarrolla una constante lucha de poder entre los ricos y los pobres, los libres y los encarcelados y sobre las drogas, la religión, la etnia o los ideales más profundos de cada espíritu.

La visión de la existencia penitenciaria es muy pesimista,  la serie potencia una atmósfera angustiosa y oscura. El sabor de boca es amargo y sientes que los hombres atrapados en Oz han entrado en una espiral de dolor, miedo y crueldad de donde es imposible escapar. La sensación es siempre desmotivadora y la desesperanza se convierte en el acompañante principal en todo momento. No es una serie alegre, pero no es un thiller de acción y violencia. Oz dibuja el drama humano y lo hace sirviéndose de elementos innovadores y escenas valientes y sorprendentes. Para empezar, tenemos a Augustus Hill (Harold Perrineau), que en cada episodio rompe la cuarta pared con reflexiones y apuntes filosóficos sobre la vida cotidiana y la humanidad en su conjunto.

La serie refleja la brutalidad de la vida, la sinrazón del mundo y lo hace a través de tramas propias de una serie de mafiosos, otras que se basan en las luchas de poder entre tipos peligrosos, venganzas dentro y fuera de la prisión e historias de amor enfermizas, donde los sentimientos más puros se entremezclan con la violencia y el sadismo. Mientras pasan todas esas cosas, la serie no parece tener un ritmo trepidante, porque ocurre de todo, pero lo hace de forma pausada y siempre narrado por Augustus Hill y sus reflexiones (algunas excelentes) en cada episodio. Asistimos a esas reflexiones inteligentes dirigidas directamente a cámara, por un personaje que sabe que estamos aquí (el único) y mientras tanto la serie no se ahorra ni una escena de violencia o sordidez. De hecho, durante el desarrollo de las seis temporadas son muchos los personajes que mueren, algunos de las formas más terribles que puedas imaginar. Si os gusta el factor sorpresa de Game of Thrones y otras series que nos recuerdan que “nadie está a salvo”, estoy segura de que Oz os encantará.