Review Arrow: Collision Course

Review Arrow: Collision Course

Sinceramente, es como si Arrow no se hubiera ido de parón. No solo porque la acción continúa poco después de donde lo dejamos en el 6×13, sino porque el nivel sigue estando muy alto, y para nada le ha pasado factura detener su emisión durante un tiempo. Casi diría que ha vuelto con más fuerza y aumentando el riesgo en la narración, porque tras lo de hoy, tenemos otro punto de inflexión de esos que parecen una mid Season Finale o incluso un final de temporada, solo que quedan por delante (si no me equivoco) nueve episodios más. Vamos a ello.

Tras el asesinato de Cayden James a manos de Ricardo Díaz, y que se nos revelara que él era el responsable de haber puesto en marcha al hacker en su cruzada personal contra Oliver, y que además tiene un malévolo plan para acabar con nuestro protagonista (música siniestra de fondo), retomamos como decía antes la acción días después de ese momento, con el Nuevo Team Arrow comandados por Dinah buscando a Black Siren y Oliver tratando de controlar las repercusiones de haber transferido fondos públicos a James, que le ponen en la cuerda floja ante la opinión pública, porque estamos en los Estados Unidos señoras y señores. En ese país, como en muchos otros no tan alejados del nuestro, cuando un político realiza acciones como las que ha llevado a cabo Oliver (aun teniendo en cuenta que ha sido chantajeado por lo que ellos llaman un terrorista) hay consecuencias, y lo que me ha sorprendido bastante del final del episodio es que al comenzar el mismo, el alcalde da su palabra de que recuperarán el dinero en 48 horas, y al no hacerlo, hace una jugada muy española: «pido perdón, no volverá a ocurrir, y estoy trabajando para arreglarlo». Que nosotros los espectadores sabemos que Oliver es sincero y que no es un político corrupto, pero me extraña que no hayan pedido su cabeza… aunque viendo lo que se cuece a su alrededor al final del episodio, no me extrañaría que le explotara en la cara todo más pronto que tarde, porque teniendo Díaz a la comisaria y al fiscal del distrito en el bolsillo, no le auguro nada bueno a nuestro protagonista.

Precisamente esos fondos públicos que James logró extorsionando a Oliver son el foco de atención principal, o más bien lo que da pie a toda la acción principal del capítulo, ya que las imágenes de vigilancia del banco de Corto Maltese donde el hacker los depositó muestran a Laurel entrando para, se supone, conseguir los fondos. Y aquí hay algo que yo me he preguntado en cuanto la he visto en imágenes y que creo que ninguno de los protagonistas se ha hecho: ¿y si la que sale en los vídeos no es Laurel? Recordemos que Díaz utilizó una tecnología similar para hacer creer a James que Oliver asesinó a su hijo el año anterior. ¿Por qué no usar la misma para incriminar a Black Siren y quitar a otro jugador del tablero? Si sabía cómo reaccionarían los diferentes equipos, es una jugada perfecta, se matan entre ellos y con suerte, Laurel es eliminada de la ecuación. O igual no, y simplemente ella sí se llevó el dinero y aquí no ha pasado nada, pero tras ver que Díaz ya lo usó en el pasado y que no tiene ningún tipo de lealtad hacia sus antiguos compañeros, no me sorprendería lo más mínimo que fuera un señuelo para desviar la atención nuevamente.

Entretanto, Quentin se llevó a Laurel al final del episodio anterior y la tiene a su cuidado en una cabaña a las afueras de la ciudad, en su enésimo intento de conseguir que se pase al lado de los buenos y empeñado en que se parezca más a su hija. Si leéis mis reviews de Legends of Tomorrow y me seguís en las de Arrow, sabréis que me da mucha pereza todo el tema de la redención de los villanos, y este año veo redenciones por todas partes, y creo que no me gusta ninguna de ellas. La de Black Siren está sirviendo para aumentar la fractura entre los dos equipos, como ha quedado demostrado en este capítulo, pero yo es que no lo llevaría más allá. Voy a poner dos ejemplos: Fringe y Counterpart. Son dos series que se asemejan bastante en ciertos puntos, el principal quizá lo de los dopplegangers o el otro yo de un mundo paralelo. Los personajes de cada mundo son similares, pero muy distintos al mismo tiempo, como deja claro el reciente estreno de Starz, en el que JK Simmons da vida a dos personas muy distintas, que comparten un tronco común, y que en un determinado momento de sus vida tomaron caminos muy distintos. En Arrow ese punto divergente es la pérdida por parte de Black Siren de Quentin, algo que no le sucede a la Laurel de la Tierra principal. El problema es que la serie de The CW se está encabezonando en redimirla, y creo que es un error. Son dos personas diferentes, con vivencias diferentes y así debería quedarse. Está siendo muy útil para darle salsa a la temporada, pero hasta ahí tendría que llegar la cosa. Black Siren redimida me parecería un error, salvo que fuera en un caso que supieran justificar muy bien y que lo llevaran correctamente; hasta el momento, estoy viendo que cada vez que da un paso adelante, da dos en la dirección contraria, por lo tanto, sigo en mis trece de que no cabe redención para ella.

En su momento critiqué el oportunismo de separar el Team Arrow, ya que no había ningún atisbo de fractura (o nada que supusiera un problema tan grave como para tomar caminos separados), y justamente, tras el mega crossover y en la mid Season Finale, rompen el equipo y cada uno por su lado. Pues bien, cinco capítulos después, no puedo estar más contento con el resultado. Más que nada porque la serie está en un punto oscuro que hace tiempo que no veía; Arrow siempre ha sido más oscura que sus compañeras del Arrowverse (que en ocasiones son tan blancas que me molestan a la vista), pero los extremos a los que están llegando con esta separación me asombran. Para empezar, Dinah sigue empecinada con tomarse la justicia por su mano, algo que está a punto de hacer de no ser por Curtis y su discurso de «tenemos que ser mejores que él»; ella le hace caso y se para justo a tiempo y no mata a Laurel, facilitando su huida, pero eso es lo de menos. Me hace gracia que media hora antes, habíamos visto a Oliver tratando de razonar con ella, y decirle exactamente eso, que la venganza personal y el asesinato no es la forma correcta, y ella como si nada. Las cosas están en un punto en el que el mismo mensaje, dicho por dos personas distintas, para Dinah tiene un efecto radicalmente opuesto: cuando se lo dice Oliver se lo toma como un ataque personal, y cuando Curtis se lo dice lo acepta y entra en razón. Semanas de fricciones y rencillas han terminado en una confrontación directa, y quizá la frase del episodio la ha dicho Dig: «deberíamos aceptar el hecho de que ir a por nuestros antiguos compañeros supone cruzar una línea que quizá no podamos volver a cruzar«. Un punto de no retorno, en el que a partir del cual, las cosas ya no se podrán arreglar, y no podrán volver a ser como antes. De hecho, minutos antes ya habíamos tenido muestras de que la situación estaba encaminándose hacia eso, con el antiguo Team Arrow irrumpiendo en la guarida del nuevo, y casi llegando a las manos; lo más significativo es ver a Oliver y John completamente uniformados, listos para entrar en acción, y el otro equipo vestidos de paisano. Luego ya la tensión incrementa, cuando descubren que René había puesto un chip de rastreo en Oliver, y después Curtis inutilizar el chip que le había puesto a John, una vez que descubren que Quentin custodia a Laurel y Oliver está dispuesto a ayudarle. Luego ya, la pelea es que ni voy a entrar, solo hay que ver lo que sucede.

Me parece una decisión muy valiente aumentar la división entre ambos equipos a estas alturas de temporada, y más viendo que como decía antes, ya se ha alcanzado un punto de no retorno, con la muestra de que Dinah y Curtis prácticamente echan a Dig y Felicity cuando acuden a ver cómo se encuentra René. Sin ir más lejos, recordad que hasta hace bien poco, Curtis y Felicity estaban iniciando un proyecto empresarial juntos, y eran uña y carne casi en todos los episodios; verle reaccionar así cuando aparecen, deja claro en qué punto están. Aplaudo la decisión, y sinceramente, obliga a los espectadores a posicionarse de un bando o de otro, porque ahora ya no hay medias tintas: o estás con Oliver o estás con Dinah, no hay término medio, entre otras cosas, porque ninguna de las partes da su brazo a torcer. Quedando tantos capítulos por delante, casi diría que espero ver más tortas entre ambos equipos, y cómo evolucionará todo con el paso del tiempo solo lo saben los responsables de la serie, pero por ahora la cosa pinta fenomenal.

Eso es todo por el momento. La próxima semana tendremos el decimoquinto episodio de la temporada, y aquí estaremos una vez más para contaros qué nos ha parecido. ¡Adiós!