Crítica: Doctor Strange en el Multiverso de la Locura

Crítica: Doctor Strange en el Multiverso de la Locura

El 6 de mayo era un fecha marcada en el calendario de muchas personas gracias al estreno de Doctor Strange en el multiverso de la locura y no solo por el hecho de ser una película del UCM, sino porque el baúl que se abrió en su día con No Way Home dejaba en aire alguna que otra cosilla a tratar en este filme, no es para menos ya que la escena post-créditos de la tercera entrega del reboot del amigo y vecino Spider-man era el propio tráiler de este Multiverso de la Locura. La espera llegó a su fin y como tantos otros, ya la hemos podido ver. Aquí os dejamos nuestra crítica SIN SPOILERS.

Sam Raimi es un perro viejo a la hora de dirigir películas de superhéroes, ya que él con su trilogía de “Spider-man” construyó junto con Bryan Singer y sus “X-Men” la puerta de entrada a que otras productoras se animaran a probar suerte con las IPs de Marvel, las cuales a diferencia de DC nunca habían conseguido asentarse en un formato audiovisual más allá de las series de animación. Sin el éxito que tuvo Raimi en su día posiblemente el UCM no habría existido y es casi nostálgico tenerle de vuelta en la silla de director (aunque sea de rebote) después de tirarse 9 años en barbecho tras el fracaso de Oz: Un mundo de Fantasía.

¿Por qué empiezo hablando tanto del director y no de la obra? Pues porque Raimi sabe unas cuantas cosas sobre cómo contar una película de superhéroes y las aprovecha. Para empezar porque con 2 horas le basta para contar una historia en una industria que se ha malacostumbrado a unas duraciones obscenas totalmente injustificadas; quitémonos la venda de los ojos y reconozcamos que las películas de Marvel no son de argumentos complejos, no es necesario perder minutos en sobre-explicar tanto lo que pasa y esto es algo que Raimi lo sabe y lo maneja, pues decide ser directo desde el primer momento dando por supuesto que los espectadores no necesitan ser llevados de la manita en todo momento y lo apuesta todo a un ritmo endiablado que solo cuenta con un par de parones bastante bien medidos y colocados.

También se nota su experiencia en el terror, la cual ya utilizaba en el pasado en su trilogía de “Spider-man” y aquí vuelve a hacerlo no para convertirla en una película terrorífica, sino como en aquella ocasión para generar tensión y además darla un tono de mal rollo que teniendo en cuenta la trama tiene todo el sentido del mundo. Los más avispados o conocedores de la obra del director verán algún que otro guiño a Evil Dead a lo largo del filme.

Sí, todo esto está muy bien pero no he respondido nada sobre lo que nos vamos a encontrar y de qué va esta secuela de Doctor Strange, pero permitidme que me pare aquí ya que estamos ante un película que pese a estar en un ecosistema propenso a las filtraciones es capaz de sorprender casi desde el principio con giros más sorprendentes en su planteamiento que en lo que es el guión. Lo único que veo necesario comentar sin estropear la experiencia de nadie es que funciona mejor como secuela de Wandavision que como segunda parte de su propia saga, por lo que considero casi obligatorio haber visto la serie de Disney+ para entender porque pasan algunas cosas capitales dentro de la trama.

Respecto a interpretaciones, prácticamente solo puedo decir que los viejos conocidos por la parroquia cumplen en sus papeles como siempre y que la incorporación de Xochitl Gómez como América Chávez es de agradecer y añade que un personaje más a la lista de jóvenes promesas que ha ido creando Marvel Studios con sus últimos trabajos.

No quiero dejar sin destacar el brillante trabajo de Danny Elfman con la banda sonora, compositor veterano dónde los haya que con su música consigue ayudar bastante a que la película tenga ese tono sombrío el cual creo que se va convertir en la seña de identidad de este Multiverso de la Locura.

Lo mismo decir que es la mejor película del UCM es pasarse un poco, pero al menos sí que considero que es de las más redondas que hemos tenido desde Infinity War y la que menos puntos flacos tiene. Una obra que no creo que decepcione a los fans ávidos de una nueva película del UCM.