Crítica: Guardians of the Galaxy - vol. 3

Crítica: Guardians of the Galaxy – vol. 3

La Fase 5 del Universo Cinematográfico de Marvel (UCM en adelante) arrancó hace unos meses con la tercera entrega individual de Ant-Man, y continúa con también la película que completa la trilogía de los Guardianes de la Galaxia. Pude verla el viernes, y os comento mis impresiones, sin spoilers.

Dejando de lado que este Volumen 3 de los Guardianes podría ser más una continuación de los acontecimientos vividos en Endgame que algo que esté conectado con el resto de la Fase recién iniciada (dicho de otra forma, si no habéis visto nada del UCM desde 2019, podéis ver esta directamente), me ha encantado.

James Gunn creo que ha conseguido formar una de las trilogías más sólidas de todo este Universo Cinematográfico. Tendrán sus cosas, y puede que la segunda sea la más floja si valoramos el conjunto global, pero, aún así, alabo lo que ha conformado con cada película nueva, porque nos ha ofrecido a un grupo de personajes que, para el gran público, eran desconocidos, y que ahora son de los favoritos de muchas personas.

Creo que ha sido capaz de transmitir un estilo a lo largo de esta trilogía que ha sido modelo para muchas de las películas que han llegado después (sin ir más lejos, las de Thor de Waititi); no solo por su tipo de humor, sino por la paleta de colores, el empleo de la música, y la serigrafía y diseño de mundos, personajes y carteles promocionales. Los fans de DC creo que pueden tener esperanza con este hombre al frente de su división de producciones, porque si consigue una décima parte de lo que ha sacado con esta trilogía, se viene algo grande en la compañía (falta que no explote por veinte sitios distintos como hasta ahora, pero eso será problema para otro momento).

De la tercera entrega, quizá aún ponga la primera por delante por todo lo que supuso, pero sin dudas la catalogo como una gran película, que despide de maravilla a este fantástico grupo de marginados, que se han ganado a pulso un lugar en nuestros corazones, gracias al gran trabajo de Gunn en el guion para desarrollarlos, consiguiendo que nos encariñemos con todos ellos, y conectemos con ellos más que con otros de los personajes que han pasado, pasan, y pasarán por el UCM.

Es la película de Rocket, mi Guardián favorito, y eso ha ayudado a que le tenga un cariño especial. Conocemos sus orígenes, y cada pieza de su pasado es más difícil de ver que la anterior. El surtido de flashbacks que nos brinda esta película es de lo más lacrimógeno que he visto en tiempo, y si sois de los que tenéis animales y los queréis, lo vais a pasar mal, ya os lo advierto. O bueno, también lo digo: si tenéis corazón, va a ser muy complicado que no se os hagan duras ciertas secuencias. Eso sí. Todo sirve al final para rendir homenaje a este personaje tan fantástico como es Rocket, y lo eleva por encima del resto. Si alguien no le tenía en alta consideración, tras este Volumen 3, cambiará de opinión; y si no, no habéis visto la misma película que yo, sinceramente.

Otro gran punto es el villano. El tema de los rivales a los que tienen que hacer frente los distintos héroes y heroínas del UCM es una cuestión endémica de esta franquicia, y encontrar a uno que de verdad destaque es como hallar agua en el desierto. El Alto Evolucionador, interpretado por Chukwudi Iwuji (al que Gunn se ha traído desde Peacemaker), lo pongo ipso facto en el listado de los más destacados, por un lado, porque de verdad creo que lo merece, por todo lo que nos cuenta la película, por la interpretación del actor, y por todo lo que implica para el trasfondo de Rocket; y por otro, porque la competencia no es muy alta, la verdad. Sea como fuere, quizá sea el villano de mayor calidad de los que han pasado por Guardianes, y por la franquicia en general; en comparación con el Kang que vimos en Quantumania, vamos, el del impresentable de Jonathan Majors cae a la altura del betún.

Una nota negativa para mí es Adam Warlock. El problema no es la interpretación de Will Poulter, al que considero buen actor, sino porque su llegada es en un momento que no acaba de cuadrar. Más que nada porque los orígenes del personaje en los cómics, o, mejor dicho, su relevancia, está muy ligada a las gemas del Infinito, y al prescindir de él en los acontecimientos de Infinity War y Endgame, el haberlo introducido aquí queda un poco raro. No le acabo de ver su sitio en la trama de la película, y creo que, sin su presencia, se hubiera llegado al mismo punto, porque no veo que aporte mucho.

Otro tema debatido estos días es la duración. Dos horas y media que dan para bastante, y que a mí no se me han hecho tan pesadas como en otras ocasiones en películas de la saga, con extensión similar, o incluso más breves. Igual sí podría haberse abreviado en algunas secciones, pero el todo que acaba resultando me compensa aquellos puntos que quizá se note que podría haber sido más corta.

El Volumen 3 de los Guardianes de la Galaxia me ha dejado muy satisfecho, y la catalogo como una de las mejores del UCM; no la colocaría top 3, porque ahí ya hay tres que no saldrán (salvo algo muy increíble), pero podemos debatir en qué posición de la cuarta a la décima podría encajar. El alma que desprende esta película la hace distinta a la mayor parte de las lanzadas por la franquicia, que pecan en muchas ocasiones de ser un corta-pega de fórmulas ya manidas. Si sois fans de este grupo, vais a disfrutar muchísimo, a llorar, y os divertiréis como siempre con ellos. Los Guardianes van a pasar a estar en un lugar especial para mí, y es todo mérito de Gunn y cómo los ha escrito, creado, dirigido, y diseñado. Espero que Marvel Studios no se arrepienta de su marcha, pero el tiempo lo dirá.

PD: hay dos escenas post créditos, y sobre una en concreto ya me extenderé en el programa que haremos de la película la semana que viene, porque es otra de las cosas que no me han gustado, pero ya habrá tiempo para eso.