Review House of The Dragon:  The Rogue Prince

Review House of The Dragon: The Rogue Prince

Este segundo episodio ha tenido menos sangre, menos sexo y menos violencia que su predecesor y aún así no ha bajado el nivel de forma notable. El ritmo ha sido algo más pausado que la semana pasada, pero no por ello se ha rebajado el nivel de tensión y el episodio termina en un punto igual de relevante.

Si en el primer episodio el rey se nos presentaba como un hombre manipulable, en este segundo creo que ya no nos cabe la menor duda de que no se trata más que de una marioneta en manos de Hightower que es quien verdaderamente toma las decisiones importantes, hasta el punto que se ha asegurado la posibilidad real de colocar en el trono a un heredero de su propia sangre.

Viserys no es dueño de un gran coraje, creo que es un rey tranquilo que podría ser bueno en sus funciones puramente burocráticas en tiempos de estabilidad. Pero la ausencia de heredero varón; la confrontación con su hermano Daemon y el ejercicio manipulador de Otto Hightower están metiendo al reino en aguas turbulentas que Viserys no es capaz de navegar. Y si hablamos de agua, hablemos de cangrejos: Craghas «The Crabfeeder” tiene un nombre a la vez descriptivo e inquietante, un tipo que bien podría pasar por un psicópata aleatorio metido a la piratería, pero que parece va a tener un papel crucial en el desarrollo de la serie, siendo fundamental en la guerra por venir y en las alianzas presentes y futuras. En el primer episodio ya nos enteramos de las preocupaciones de Lord Corlys al respecto de la seguridad de las rutas marítimas, que parecen ser vitales para la estabilidad la casa Velaryon. En este segundo episodio no sólo volvemos a afrontar el asunto, sino que el propio episodio comienza y termina con las atrocidades de este señor, que aparentemente clava a los marineros en la orilla de las playas para que los cangrejos se los coman vivos… Craghas no parece ser un tipo muy afable y es lógico el interés de Corlys por deshacerse de él, pero también es muy comprensible que la corona no quiera meterse en líos deteniendo a este atroz asesino, ya que por lo visto está financiado por las ciudades libres y atacarlo a él supondría dar pasos en dirección a una guerra que Viserys no cree oportuna. El rey valora la paz, lo cual es muy positivo, pero quizás no sea capaz de mantener esa paz durante mucho tiempo.

La pasividad del rey frente a «The Crabfeeder” junto a la necedad de contraer matrimonio con alguien que le gusta han sido las gotas que han colmado el vaso de Lord Corlys Velaryon, que ha cambiado de lealtades en cuanto ha sido incapaz de continuar haciendo oídos sordos a las afrentas del rey, quien le ignora en lo que respecta a la seguridad de los barcos y que le desprecia en lo que se refiere a contraer matrimonio con la joven Laena Velaryon.

Es comprensible que Viserys esté aún llorando a su esposa, es completamente comprensible que se erija en el rey viudo y se niegue a contraer segundas nupcias; entiendo que se niegue a contraer un segundo matrimonio con una niña de doce años. Todos podemos simpatizar con el rey si opta por permanecer célibe y llora a su esposa el resto de sus días. Pero si Viserys acepta casarse, entendiendo que el matrimonio sería un sacrificio obligado para el bien del reino, la única opción lógica es que se case con quien beneficie más al reino y no con alguien que simplemente le complazca y le haga sentirse bien. La decisión de casarse con Laena era lo más inteligente, hubiera cosido los lazos rotos con la reina que nunca reinó Rhaenys Velaryon, hubiese garantizado la lealtad de la casa más rica y una de las más poderosas e incluso hubiera sido una forma de perpetuar la sangre del dragón.

La decisión de elegir casarse con la dulce Alicent Hightower es absolutamente absurda y sólo traerá problemas al reino en forma de deslealtades y a su familia, en forma de una ruptura total en su relación con la joven princesa Rhaenyra. La heredera al trono había aceptado que su padre se casase por el bien del reino, aceptó la lógica que había tras la necesaria unión con la pequeña Velaryon. Cuando la heredera le dice a su padre –You are a king…and your first duty is to the realm. Mother would understand this. Just as I do-. no le está dando permiso para casarse con su amiga, le está diciendo que debe dejar a un lado sus sentimientos y obrar para el mayor bien del reino casándose con una niña de doce años que garantiza una importante alianza política.

 

Gracias a conversaciones como ésta y a otras actitudes que ahora detallaremos, creo que en este episodio Rhaenyra se perfila como una monarca mucho más poderosa y comprometida que su padre.  En tiempos de paz quizás sea útil un rey como Viserys, pero algo me dice que en los tiempos que se avecinan en Westeros será más útil un monarca capaz de tomar riesgos que alguien que sopese todas las decisiones dejando que los problemas se multipliquen antes de enfrentarse a ellos. La joven Rhaenyra demuestra no sólo ser más decidida que su padre, también es mucho menos manipulable, como demuestra al elegir a Ser Criston Cole pese a que Otto la empuja a tomar a los demás en consideración.  Me resulta gracioso como Otto considera que hay factores a tener en cuenta más importantes a que los aspirantes sepan pelear o no. La Mano prefiere afianzar alianzas con casas importantes a proveerse de una Guardia Real con experiencia real en combate… supongo que quiere estar en buenos términos con tal o cual familia poderosa, porque sabe que está a punto de cargarse la relación con la familia más importante y rica del reino.

También ha estado interesante ver a la joven heredera conversar con la reina que no reinó. La conversación de las dos mujeres en las que ambas aceptan la opción de que el rey se case con Laena es interesante porque lo perciben como algo que no tienen más remedio que aceptar. Me gusta que Rhaenys Targaryen intente poner a la chica en su lugar, despejarle la cabeza de nubes y colocarle los pies en el suelo: las mujeres no pueden reinar, ella lo intentó y fracasó. Para Rhaenys las cosas están claras, acepta el papel que le ha tocado y una vez que sucumbió al machismo se resignó a vivir según las reglas que le habían impuesto. Por eso prefiere casar a su hija con el rey actual que luchar por el reinado de una joven con la que lógicamente podría identificarse.  Obviamente Rhaenyra responde con la arrogancia típica de su edad cuando se enfrenta a la realidad en la forma del consejo que consideró a Rhaenys Targaryen indigna del Trono de Hierro y quizás piense realmente que las cosas van a ser diferentes para ella, pero creo que su convicción parte de su poca experiencia en el mundo y para ella, en su corta edad, es lógico creer que los hombres que se inclinaron ante ella le responderán con la lealtad que le juraron.  Supongo que no tardará en entender que la traición no es un paso tan complicado para los nobles señores de Westeros.

Otro momento donde la joven demuestra su valía es al recuperar el huevo de dragón sustraído por su tío. La joven princesa heredera hace una demostración de poder propia de la adolescente que es, pues será muy heredera y tendrá mucha sangre de dragón pero también es una niña de quince años, bastante temeraria e incapaz de medir las consecuencias de los riesgos que toma. La joven heredera desobedece a su padre, pone rumbo a la acción y salva el día sin necesidad de consejeros ni decisiones sopesadas. 

I’m right here, uncle-, le dice Rhaenyra a su tío -the object of your ire. The reason that you were disinherited. If you wish to be restored as heir, you need to kill me. So do it, and be done with all this bother-.  Personalmente creo que la muchacha tiene razón y que lo más acertado para su tío hubiera sido cercenarle la cabeza de un tajo, pero quizás haya implicaciones morales o incluso afectivas que impiden a Daemon actuar de tal manera… y supongo que la princesa lo sabía o no se hubiera arriesgado a provocar con esas palabras a su tío. Quizás Daemon se arrepienta dentro de poco de no haberla matado. Parece como si todos los que tachan a Daemon de un libertino violento no le conocieran de verdad y estuvieran cegados por la imagen que el propio príncipe quiere dar de si mismo (o la que quiere dar Otto), pero que no se ajusta a la realidad de un hombre que pese a todo respeta a su familia y es incapaz de actuar de verdad contra ellos… por el momento al menos.

Daemon roba un huevo de dragón que había sido reservado para que se colocase en la cuna del bebé que falleció en el episodio piloto, ese heredero por un día. Lo roba y pone al rey en una situación muy complicada ya que no le queda más remedio que recuperarlo y que actuar frente a tamaña afrenta.  Daemon planea socavar la paciencia del rey, pero no actúa como si tuviera verdadera intención de dañarlo, parece como si actuase llevado a lomos de una estúpida rabieta infantil pero sin verdadero ánimo belicista. Parece que lo único que quiere es provocarle, puesto que no había una razón justificada para robar el huevo ya que no está esperando ningún hijo y ni siquiera se ha vuelto a casar aún. Al parecer tomó estas decisiones sin siquiera discutirlo con Mysaria, quien parece ser alguien más a quien Daemon usa para su beneficio. Me ha parecido curioso que hayan mencionado que Mysaria no puede engendrar hijos, es interesante porque Daemon desprecia a su esposa Arryn y si quiere derrocar a su hermano y pelear por el trono le vendría muy bien un heredero (preferentemente varón), así que quizás la joven Laena Velaryon termine casándose con un Targaryen después de todo.

Así pues, hemos visitado Dragonstone y aunque la estética no estaba mal y ha sido bonito descubrir otro escenario, he de decir que la escena tenía los ingredientes para ser mucho más épica de lo que ha sido. La confrontación entre Otto y Daemon quizás debería haberse descrito de forma que hiciera temer algún derramamiento de sangre. Incluso antes de que llegara Syrax, lo único que he visto es una conversación entre dos hombres que no iban a hacerse daño.  Quizás el diálogo no ha sido lo suficientemente tenso o quizás sea que los actores no han transmitido la tensión, temor y rabia que sus personajes estaban viviendo. Al menos cuando desenvainan las espadas o cuando los insultos de Otto a Mysaria suben el tono debería haberse percibido algo más de nervio en la escena. Pero todos sabíamos que no peligraba la vida de ningún personaje. La magia que tenía Game of Thrones en sus primeras temporadas de hacerte temer por cualquiera es algo que su spin off no ha conseguido emular. 

Al final del episodio asistimos al primer atisbo real de una pelea, la reunión que vemos en la penúltima escena nos hace pensar que se está cociendo una interesante batalla, supongo que veremos a Daemon hacerse fuerte acabando con este loco psicópata enmascarado o quizás Las Ciudades Libres no vean con buenos ojos el enfrentamiento y la contienda dure más de lo previsto. Supongo que esto derivará en un movimiento de la casa Velaryon retirándose definitivamente de la corte y quizás tomando partido de una forma menos discreta. Parece que los engranajes de la violencia están tomando forma y que los problemas de sucesión no serán los únicos enfrentamientos que veamos esta temporada.