Feria - La Luz Más Oscura: ¿pero qué leches pasa en ese pueblo?

Feria – La Luz Más Oscura: ¿pero qué leches pasa en ese pueblo?

El próximo viernes 28 llega a Netflix una nueva serie española, Feria: La Luz Más Oscura. Desde hace un tiempo para acá, presto atención a las producciones patrias que van desarrollando las plataformas streaming que tenemos en nuestro país, y no fue menos con la ficción que voy a comentar a continuación. Sabiendo lo justo de ella, los datos básicos de su sinopsis, me adentré en esta trama… y acabé muy sorprendido (para bien) en la mayoría de ocasiones.

NOTA: este artículo trata sobre la primera temporada de la serie, a la que tuvimos acceso gracias a Netflix España. NO contiene spoilers.

Carlos Montero, creador en Netflix de Élite y El Desorden que Dejas, y Agustín Martínez, autor de la novela Monteperdido (en la que se basa la primera temporada de la serie de La 1, La Caza), son los responsables de llevar a la pequeña pantalla esta nueva serie en la plataforma.

La historia nos lleva hasta Feria, una pequeña localidad del sur de España en 1995. Allí, nuestras protagonistas son Sofía y Eva, dos jóvenes que quieren disfrutar del verano que acaba de arrancar, y afrontarlo con ganas de vivir al máximo esta etapa tan desenfadada y exenta de obligaciones de peso. No obstante, en la noche de San Juan, todo cambia para ellas y para todo el pueblo.

En la mina que hay a las afueras del pueblo, aparecen una veintena de cadáveres de vecinos de Feria, que habrían muerto como consecuencia de un suicidio ritual, práctica que todos relacionan con un potencial culto o secta con la que podrían estar relacionados los padres de las chicas, Elena y Pablo. A partir de aquí, el listado de cosas embargadas a las cuales no puedo hacer mención es tan extensa y exhaustiva que no me voy a parar en detalles concretos, por si acaso meto la pata y me salto lo acordado, y os fastidio cosas a vosotros cuando la vayáis a ver.

Fuente: Netflix España.

Feria logra en ocho episodios mantenerte enganchado a lo que nos va narrando. La trama de misterio acerca del culto está muy bien llevada y el desarrollo de su mitología me gustó mucho. Además, si nos seguís en nuestros canales de emisión habitual (Twitch y YouTube), hemos hecho menciones últimamente a la virtud de saber encajar adecuadamente un episodio, o parte del mismo, en el pasado y lo que puede implicar para la trama presente; en Feria, está exactamente cuando es necesario, y sirve para seguir encajando piezas en el puzle que te proponen, sin que se sienta que te están cortando el ritmo de la historia, ni un añadido gratuito para rellenar minutos de forma inútil.

Algo que también me ha sorprendido gratamente es lo sombría que es. En muchas ocasiones, series o historias relacionadas con temáticas del estilo, son demasiado cautas en cómo luce su estética. Aquí en Feria se va notando conforme avanzan los episodios que el ambiente se carga, y la tensión crece a medida que las protagonistas van adentrándose en el misterio que rodea el incidente con el que arranca la trama. También me ha parecido muy cruda, no se corta en mostrarnos escenas explícitas de violencia y momentos bastante impactantes, por lo que, para mi valoración general, este tipo de elementos suman cuando estás tratando una historia en la que buena parte del vecindario donde transcurre la ficción se quita la vida, y hay una supuesta secta moviendo los hilos detrás de buena parte de la comunidad.

Otro punto que destaco es dónde se ha rodado: Zahara de la Sierra (Cádiz) acogió la producción de Netflix, y me parece un escenario precioso para desarrollar la historia. Ya me ha sucedido con lugares aprovechados en otras obras televisivas que hemos podido disfrutar en los últimos años, que verlos como plató de grandes plataformas para contar sus tramas me enorgullece, y eso que ni me imagino lo que sentirán los vecinos de la zona, que encima supondrá un impulso al turismo, porque estas cosas movilizan mucho a la gente y buscan visitar estos sitios. No descubro nada si digo que en España tenemos ciudades y pueblos magníficos que servirían para albergar este tipo de ficciones, así que yo encantado con que les saquen todo el partido del mundo. Encima, logran algo que caracteriza a series que transcurren en lugares particulares: Feria es un personaje más de la serie y, in my opinion, es por la personalidad que desprende Zahara de la Sierra.

Fuente: Netflix España.

Por último, me gustaría destacar a las dos protagonistas, Ana Tomeno y Carla Campra, que dan vida a Eva y Sofía, respectivamente. Otra de las cosas a las que solemos hacer referencia mis compañeros y yo, tanto aquí en nuestra web como en los programas que llevamos a cabo en las respectivas plataformas, es que el factor adolescente en una ficción puede resultar un lastre si no se lleva bien. Darles el peso de una trama como esta era un reto, y cumplen a la perfección. Si consultáis el reparto, hay nombres que os pueden sonar más de otras series o películas, como Marta Nieto (Vergüenza, Mar de plástico), Ángela Cremonte (Las Chicas del Cable, Mentiras), Isak Férriz (Gigantes) o Salva Reina (Malaka, Con Quién Viajas, La Isla Mínima), pero yo os diría que las más destacadas de largo son ellas dos. Sus personajes son los motores de la historia, sobre todo el de Sofía, y ambas actrices son de lo mejorcito de Feria.

Quizá me equivoque y termine pasando sin pena ni gloria por Netflix, pero el resultado de la primera temporada de Feria: La Luz Más Oscura me ha convencido bastante, y me encantaría que tuviera una nueva entrega, porque la ficción me ha dejado con ganas de más. Sin llevar demasiadas expectativas (básicamente porque no tenía muchísima información sobre ella), me ha sorprendido gratamente y es una de las series que más me han gustado en enero. Su primera entrega, como decía antes, está compuesta por ocho episodios y llega este viernes a Netflix, y espero que os guste tanto como a mí. Recordad que podéis dejarnos vuestras impresiones en la sección de comentarios que tenéis a continuación, y también en nuestras redes sociales (tenéis los enlaces arriba a la derecha).