Review The 100: Acceptable Losses

Review The 100: Acceptable Losses

Este calendario de episodios en semanas sí y semanas no es totalmente anticlimático, así que no sé si este episodio me ha gustado menos que los anteriores… porque hace mucho que los vi. Lo que sí sé es que no me ha dejado la sensación de estar viendo un absoluta maravilla, algo que sí sentí en los episodios previos. En “Acceptable loses” han tenido lugar grandes acontecimientos que serán de vital importancia para el desarrollo de la temporada, y quizás, de la serie. Pero el desarrollo ha sido pausado y han dado mayor importancia a las conversaciones y reflexiones de los personajes que a los hechos, normalmente The 100 deja que los acontecimientos hablen por si solos y que sea el espectador quien reflexione si quiere.

Creo que este episodio está lleno de contenido realmente importante, es más incluso aquello que parece subtrama o tramas inferiores, sirve al propósito de estimular la trama global. Pero quizás ese sea el problema, ha faltado algún refresco de la acción, quizás faltan alivios cómicos, persecuciones, escenas de lucha o apartados sentimentales. Porque incluso la aproximación romántica entre Kane y Abby es determinante a la hora de conocer mejor a Diyoza, una mujer, que por razones obvias,  necesita creer en el futuro de la humanidad. Esto es de gran importancia la hora de llegar a un pacto con sus enemigos y por ende es importante para la totalidad de la historia. Por cierto, me parece un acierto enorme que Charmaine esté embarazada, nos ayuda a comprenderla mejor y simpatizar con ella.

Curiosamente, conforme vamos humanizando a los prisioneros del Eligius, los personajes que hemos conociendo en las cuatro temporadas predecesoras se están transformando en seres muchos más oscuros, no sé ya en quienes confiamos y quizás no queremos que ganen los de siempre. Obviamente todos seguimos estando en el equipo de Clarke y Bellamy, pero si eso nos hace posicionarnos frente Octavia, pues lo haremos,

Raven dice que no reconoce a Kane y Echo le contesta que todos los que quedaron en tierra han cambiado. Tiene razón. Todos han cambiado, pero estos cambios son coherentes con lo que han soportado los personajes en estos seis años. Usar un salto temporal tan grande en el cual los personajes han estado sometidos a condiciones extremas, hace que casi cualquier cambio de carácter parezca coherente, pero lo están haciendo tan bien que resulta creíble tanto que Octavia no sea la misma, como que Clarke sí. O que Echo vuelva a ser la espía de Azgeda que siempre fue…

Blooderina se muestra afín a Madi, pero posiblemente sea un acto de manipulación y una forma de controlar a la niña, que en compañía de ciertas personas podría convertirse en una amenaza, la sola existencia de la niña implica un peligro para la tiranía de Octavia. Madi está siendo utilizada y va a seguir siendo utilizada. En parte como rehén y en parte como elemento desestabilizador en una sociedad que aún conserva sus raíces supersticiosas, como bien nos muestra Gaia en este episodio. Una sacerdotisa fiel a Octavia, pero también fiel a sus creencias, como muestra que no se haya desecho de La Llama (el implante cibernético que se transmiten los comandantes).  Desgraciadamente la pequeña admira la idea que tiene de Octavia, una idea que está muy alejada de la Octavia real, pero Madi quiere sentir la aprobación de su heroína y no confía ni en su madre adoptiva ni en Gaia, que le aconsejan que finja ser torpe peleando. El orgullo de Madi juega en su contra, pero sirve para impulsar la decisión final de Clarke. Parte de esta decisión nace de la bienvenida tan fría que ha dado Octavia a sus antiguos amigos y hermano, no sólo no ha perdonado a Echo, sino que ahora quiere sacrificarla… junto a Raven y a Murphy, pese a que Raven es un miembro útil para cualquier comunidad y una persona dispuesta a jugarse la vida por salvar a los demás. Wonkru no ha abierto sus brazos a quienes se quedaron fuera del búnker y esto les va a salir caro. Pero ellos sí están forjando lazos entre sí, la aparición de la carta de Jasper fuerza un nexo entre Clarke y Monty, lo cual es muy útil para los acontecimientos posteriores. Gracias al descubrimiento de los gusanos utilizados como armamento, lo que queda de Skaikru en el campamento de Octavia se une y empiezan a dar forma a la rebelión.

Octavia ha perdido la cabeza, quizás por culpa de Cooper o por ese «año negro» que pasaron en el búnker y del que no sabemos aún nada. Sea como sea, Octavia ha perdido toda capacidad de liderazgo en la formación de la nueva humanidad. Todo lo que está cerca de Octavia termina cubierto de sangre, por lo que es bastante obvio asumir que si el Valle cayera en sus manos, desaparecería el único resquicio verde del planeta… y por extensión, la vida. Si Octavia se convierte en el símbolo del armaggedon, Clarke será el ángel que salve a la humanidad.

Aunque Octavia pueda parecer más peligrosa por el alto número de muertes que lleva a sus espaldas, tiene todas las de perder frente a Clarke y Bellamy. Porque Clarke y Bellamy son aún más peligrosos que ella, simplemente ahora no lo sentimos así porque vemos el mundo con su perspectiva. Nosotros, los espectadores, siempre hemos estado inmersos en la linea de pensamiento de Clarke y por eso la comprendemos casi siempre y sabemos que si ha arriesgado a sus amigos o asesinado a sus enemigos… o asumido pérdidas aceptables, lo ha hecho por el Bien Mayor. Pero quizás Octavia, desde su propio punto de vista está haciendo exactamente lo mismo.  Su hermano y antigua amiga también han sacrificado inocentes en el pasado, como bien hace Octavia en recordárselo a ambos. Pero parece que no lo perciben igual ahora que hace seis años.

El enfrentamiento entre Clarke y Octavia sólo puede terminar mal, pero estoy deseando ver qué solución deciden darle a la salida de un personaje principal… o quién sabe, quizás opten por no matar a nadie y reine la paz, y finalmente se demuestre que Jasper estaba equivocado.