Kimmy is back for season two!

Netflix, en su camino sin paradas hacia la conquista del mundo, sabe que una de sus mayores bazas es apostar por el contenido original. Lejos quedan los tiempos en los que Frank Underwood reinaba en solitario: basta echar un vistazo al menú principal de Netflix para darse cuenta de la cantidad de documentales, pelis y series que la compañía de Los Gatos está desarrollando. 

El año pasado, más o menos por estas fechas, llegaba Unbreakable Kimmy Schmidt, la historia de una chica (Ellie Kemper) que vuelve a la vida después de que el líder de una secta la tuviera secuestrada en un bunker durante quince años. Kimmy, anclada en un mundo donde Aaron Carter aún era a thing, tratará de hacerse una nueva vida en Nueva York. La serie, proveniente de la mente de la diosa Tina Fey, supuso una refrescante sorpresa, con esa mezcla de humor absurdo y referencial, unos personajes que a pesar de exagerados nunca se hacen pesados, y una lista de cameos de la que no disfrutábamos desde los buenos tiempos de Los Simpson.

Desde este viernes tenemos disponible la segunda temporada en Netflix: 13 nuevos episodios en los que disfrutar de las locas aventuras de Kimmy, y que durante este fin de semana han sido mi material perfecto para maratonear. Y dejadme decir, amigos, que los que disfrutasteis la primera temporada también lo haréis con la segunda.

No me había dado cuenta de cuánto había echado de menos a estos personajes hasta que volvieron a aparecer: Kimmy, igual de inocente pero tratando de afrontar traumas que no sabía que tenía; Titus, que nos demostrará que dentro de él hay más amor del que cabría esperar (y hasta una geisha deprimida); Mrs. Voorhees, rebautizada con Mrs. White, abriéndose camino en un mundo de ricos con su recuperada herencia sioux; y hasta la inclasificable Lillian, cuyo running-gag sobre su romance con Robert Durst es una de las mejores cosas de la temporada.

Unbreakable Kimmy Schmidt sigue la estela de ese tipo de series que te generan felicidad con solo verlas, un happy place, que los llaman; como ya hicieran mis adoradas Parks and Recreation o Gilmore Girls; pero añadiendo ese toque de humor ácido tinafeyiano que irónicamente combina tan bien con toda la parte más cuqui de la serie. Los que disfrutan con los cameos tampoco quedarán decepcionados: atentos, fans de Girls, The Good Wife, o Dawson Crece: hay sorpresa por el camino. Es más, hay un cameo tan jugoso para los fans de las comedias que prefiero ni insinuar de qué serie es, y dejar que os sorprenda.

Por añadir un punto negativo a una temporada que he disfrutado como una enana (basta ver lo poco que he tardado en acabarla… reproducción automática de Netflix, ¡yo te maldigo!), he echado de menos el protagonismo de la familia Voorhees, que eran una de mis cosas favoritas de la serie, aunque los nuevos personajes «importantes», como Mickey y Andrea, han supuesto grandes incorporaciones. Quizás a esta temporada le faltan más momentazos como los que tuvimos en la primera, pero me ha gustado el hecho de que todos los personajes,por caricaturescos que sean, busquen su forma de evolucionar y crecer. 

En definitiva, si no conocéis la serie, ahora es el momento perfecto para ponerse con ella. Una cosa os puedo garantizar: la canción de la intro estará una semana metida en vuestra cabezTHEY’RE ALIVE, DANM IT! IT’S A MIRACLE!