The Vampire Diaries: La descomposición de una serie

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Algo que suele suceder con muchas series, es que con el tiempo, pierden frescura. Normalmente provocado por emitirla durante muchos años, haciendo que poco a poco bajen el nivel, hasta convertirse una sombra de lo que fueron. Muy a mi pesar, en mi opinión, este es el caso de The Vampire Diaries, y a continuación trataré de explicar por qué lo creo.

Para empezar, tengo que dejar clara una cosa: The Vampire Diaries fue antaño mi serie favorita. Vi los primeros diez episodios seguidos, y al acabar su primera temporada, ya estaba al día y deseando que llegase la segunda temporada. Cada semana la esperaba como agua de mayo, era lo primero que veía el día que se emitía, y pese a todo lo que ha sucedido con el paso del tiempo, confieso que sigue siendo lo primero que veo cada viernes. A pesar de ello, reconozco que la serie dista mucho de lo que fue hace tiempo.

La primera temporada diría que comienza a un nivel no muy alto, tramas que poco a poco crecían, pero la primera mitad de temporada no es de lo más destacado de la serie. Pero antes de que terminase, ya se notaba que el nivel había subido, porque las tramas aumentaban en cuanto a calidad e intensidad. Y siguió aumentando en la segunda temporada, que tuvo una trayectoria ascendente, con episodios de alto nivel e hizo que la serie siguiese creciendo, gracias en parte a unos cuantos personajes que se unieron a la misma, (hablo de los Originales) y de tramas valientes y arriesgadas. Y llegó su tercera temporada, para mí la mejor, con un episodio que destaca por encima del resto, el 3×05 que se llamaba The Reckoning. Puede que ese sea el mejor episodio de la serie, con una intensidad y tremendas consecuencias que rompía los esquemas de los que la veíamos semana a semana. Y tras una tercera temporada estupenda, que tuvo una season finale enorme y un cliffhanger no menos increíble, llegó la cuarta temporada.

Aquí la serie comienza a perder el rumbo de manera considerable. Y eso que tras lo ocurrido en la Season Finale de la tercera, se suponía que el cambio iba a ser para bien, pero nada más lejos de la realidad. Una primera parte de temporada que no estaba al nivel de otros años, pero que se mantenía interesante, con una trama que pintaba muy bien pero que terminó con el paso de los episodios cayéndose por su propio peso y derivando en una quinta temporada en la que la serie acabó de perder el norte, con una trama que cuanto menos fue decepcionante y no terminó de captar el interés de muchos. La sexta temporada, por desgracia, no ha recuperado el nivel de antaño y, me atrevería a decir, sigue en caída libre, y aparentemente sin frenos.

Una de las causas por las que considero que en la cuarta temporada se fue todo a pique fue el nacimiento de la que actualmente es una de las mejores series de The CW, The Originals, su spin off. Este hecho supuso que unos personajes secundarios carismáticos, que enriquecían enormemente a la serie madre, marcharan a Nueva Orleans y dejasen Mystic Falls en manos de aquellos personajes con los que empezamos la serie, pero ya desprovistos de estos secundarios que les permitían continuar creciendo gracias a las tramas que los mismos aportaban. Y es que no era para menos, la familia Mikaelson, con Klaus a la cabeza, han sido los mejores secundarios que han pasado por Mystic Falls, y el hueco que dejaron no han sido capaces los creadores de la serie de llenarlo.

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Otra de las causas del mal de The Vampire Diaries es la degradación de sus personajes. El trío protagonista, formado por Elena, Damon y Stefan, siempre se movía por la constante tensión para ver quien era el que finalmente se quedaba con la joven Gilbert. Con el paso de las temporadas, ese triángulo amoroso se ha terminado resolviendo, pero la forma de contar ese paso definitivo también se fue al garete en la cuarta temporada. Primero por tratar de explicar los sentimientos de la joven hacia uno de ellos de forma un poco rebuscada, cuando se veía desde el comienzo de la serie que ella siempre ha tenido sentimientos por los dos, más o menos intensos, pero siempre han estado ahí; no aparecen de repente en el comienzo de la cuarta. En la quinta temporada, no terminaron de arreglarlo y lo que llevamos de sexta, finalmente han decantado la balanza hacia uno de ellos, pero con excesivos rodeos durante demasiados episodios, algo que se podría haber resuelto tiempo atrás, y para lo único que ha servido es para rellenar minutos.

Siguiendo con la mencionada degradación, algo que creo más destacable que la dinámica del trío protagonista, es la pérdida de interés de sus secundarios. Yo pienso que una serie, además de tener a un personaje principal que sea el que lleva el peso de las tramas, debe contar con unos secundarios que lo complementen y terminen de redondearla. Los principales motivos que contribuyeron al crecimiento de The Vampire Diaries en sus primeras temporadas fue precisamente que los personajes secundarios que comenzaron la serie evolucionaron de tal forma que distaban todos mucho de su punto de partida. Hablo de personajes como Caroline, Bonnie, Tyler, Matt o Jeremy. Todos ellos, fueron mejorando con el paso del tiempo y haciendo que el espectador cambiase de opinión sobre los mismos para bien (por ponerme de ejemplo, no soportaba en la primera temporada a Caroline y Tyler y acabaron por gustarme bastante), pero llegó un momento en que dejaron de tener interés. La cuarta temporada fue por ejemplo la más importante para Jeremy, ya que la trama principal le metía de lleno en la acción, algo que no había sucedido hasta el momento. Pero al finalizar la misma, parece que también terminó el interés de los guionistas por el hermano de Elena, porque la presencia del joven en la quinta es testimonial, con tramas que no eran demasiado relevantes, y en la sexta ha llegado al punto en que el actor se marcha de la serie. He dicho Jeremy, pero puede valer con cualquier otro. Tyler por ejemplo, es casi tan acentuado su crecimiento como su decrecimiento. Pasó del típico secundario que molestaba y que caía mal a todo el mundo, a un personaje que cobró importancia por las circunstancias en las que se vio involucrado y evolucionó literalmente hacia un nuevo ser, para acabar al final de la quinta temporada, tras ir de lado a lado sin rumbo fijo, devuelto a su forma original, insulsa y desprovista de interés alguno.

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Las tramas se han ido vulgarizando poco a poco, precisamente desde la cuarta temporada, hasta llegar a puntos en los que realmente no se sabe muy bien qué está pasando, por qué un personaje hace determinada acción, y qué motiva a X personaje a hacer lo que hace. Otra cosa que nunca ha sabido recuperar la serie es un villano de cierto nivel. Klaus ha sido el mejor enemigo que ha tenido The Vampire Diaries, junto con Katherine, la doppleganger de Elena, pero la marcha de uno, y la humanización de la otra, hizo que la serie perdiese nivel en este aspecto también. Los villanos que han marchado en la serie desde la cuarta temporada han sido una sombra de lo que supuso en su día Klaus y su familia, y solo en esta sexta temporada, parece que se ha encontrado a uno que se puede considerar digno sucesor del vampiro original, pero todavía hay que ver qué le depara al personaje en lo que queda de sexta temporada.

Otro aspecto que no ha favorecido a la serie, aunque tampoco es que sea realmente necesario aprovecharse de esa situación, es que no han sabido aprovechar la existencia de un spin off. Buffy lo hizo en su día con Angel, así como otras muchas series con el paso de los años, y actualmente podríamos decir que lo hace Arrow con The Flash. Es otra forma de enriquecer las tramas, y expandir el universo de las series, si se sabe hacer bien. El problema está en que en The Vampire Diaries no han sabido aprovecharlo; hubo un crossover de un personaje en la quinta temporada que iba a Nueva Orleans y terminó quedándose en nada, y en la segunda temporada de The Originals ha sido una actriz la que ha salido en la serie de los Mikaelson, pero en un flashback, por lo que su importancia en la acción actual no ha tenido peso. Es más, de la trama de The Vampire Diaries en la quinta temporada, se ha beneficiado más The Originals que la serie madre. Esta poca interacción entre serie madre y spin off, perjudica a la primera y beneficia a la segunda, porque la serie de los Mikaelson ha ganado en estas dos temporadas personalidad propia, alejándose de Mystic Falls, y está varios escalones por encima de la serie de los Salvatore y compañía. No sé si en el futuro harán más crossovers, pero tengo claro que si no los van a aprovechar bien, prefiero que no lo hagan, porque lo único que provocarán es dejar más patente la diferencia y la distancia que existe entre ambas.

The Vampire Diaries ha renovado hace unas semanas por una séptima temporada, y esto abre el eterno debate en el mundo de las series: ¿Es bueno alargar una serie tanto? ¿Cuál es el número ideal de temporadas, y cuantos episodios deberían emitirse por temporada? En el caso de The CW tenemos dos casos de series con muchas temporadas, como Smallville que tuvo diez, y Supernatural, que está emitiéndose actualmente su décima temporada y ha renovado por una undécima, convirtiéndose así en la serie más longeva de la cadena. La primera no la he visto, por lo que no puedo comentar sobre ella, pero en el caso de Supernatural, tengo muy claro lo que pienso: debió haber terminado hace mucho tiempo, concretamente, en su quinta temporada.

Terminando ya, The Vampire Diaries fue una serie que llegó a rozar cuotas muy altas, pero que con el paso del tiempo, ha ido perdiendo potencial, convirtiéndose en una serie mediocre, que lejos está de lo que fue en su día. No obstante, siempre hay margen para la esperanza y el deseo de aquellos que la disfrutamos tanto en su día de que esta renovación no sea una mala noticia, y termine repuntando y por lo menos, salve la imagen de una serie que fue la favorita de muchas personas, incluido un servidor.