Review Arrow: Fadeout (Series Finale)

Review Arrow: Fadeout (Series Finale)

Hoy es un día especial. Triste también, pero especial al fin y al cabo. Hoy se ha acabado Arrow, la serie que inició lo que hoy en día conocemos como Arrowverso, poniendo fin a ocho temporadas en antena, con sus altibajos, pero que ha cuajado un conjunto de lo más digno, con momentos de gran nivel y propiciando lo que ha acabado siendo el crossover más ambicioso de la cadena The CW, adaptando una de las mejores (por no decir la mejor) novelas gráficas de la editorial DC Comics, Crisis on Infinite Earths. La Series Finale despide a sus personajes, cierra historias, deja entreabiertas otras, pero es el punto y final que merecía Arrow, y con eso me conformo.

Por todo el camino recorrido por Oliver Queen desde que sobrevivió al naufragio del Queen’s Gambit cinco años antes de que los acontecimientos de la serie empezaran. Por todo lo que vivió el Team Arrow en sus diferentes etapas, con múltiples integrantes que han ido y han venido. Por todo lo que construyeron con cada crossover junto con Barry, Kara, Sara y los demás héroes que llegaron detrás de Oliver. Por todas las alegrías y tristezas que nos han brindado sus personajes, por los sacrificios que culminaron muchos de ellos, y principalmente Oliver por realizar el sacrificio definitivo, salvando al multiverso y dándole una nueva oportunidad a muchos de sus seres queridos. Por todo eso y más, Arrow merecía una conclusión así, teniendo en cuenta además que tuvo una época realmente mala, en su etapa intermedia (su tercera y, principalmente, su cuarta entrega).

No os mentiré: no me ha parecido la mejor Series Finale que he visto (quizá Six Feet Under todavía ostenta ese honor), pero sí la más adecuada para cómo había sido enfocada la temporada final, como una carta de amor a los fans. Porque, seamos sinceros, los fans de Arrow muchas veces han sido un lastre para la serie (ejem, Olicity condicionando cada decisión de los guionistas, ejem), pero sin ellos, creo que nada de todo esto habría sido posible. Sin gente que siguiera la serie, esto no habría durado ocho años. La prueba de que a los fans los escuchan es que creo que la mayor parte de acontecimientos de esta Finale es fan service puro y duro. No obstante, como ya he expresado anteriormente en mis reviews esta temporada, el fan service, cuando me lo justificas y tiene cabida en la historia que estás contando, es hasta más satisfactorio todavía si cabe que si es impuesto por hordas de fans que quieren que la trama sea de una forma determinada, y si no es así, no están contentos. En el caso de esta octava de Arrow, el fan service ha sido del bueno, del que merece la pena explotar.

Otra cosa no, pero hay que reconocerle a Oliver que se curró el reinicio del universo, porque ha reinventado también el concepto de tabula rasa. Moira nunca murió a manos de Slade, Tommy vivió, y encima estuvo casado con Laurel. Quentin tampoco está muerto, ni Emiko, que nunca fue una villana y ahora tiene una oportunidad con los Queen de encontrar una nueva familia. Ya lo dije en la última review de Crisis, pero John y Lyla recuperaron a Sara, la hija que perdieron cuando Barry decidió hacer de las suyas con los viajes en el tiempo. Elimina cualquier rastro criminal de Star City que pudiera quedar, convirtiéndola en, quizá, la ciudad más segura del mundo actual. Por no hablar de alguna que otra decisión que derivaron del renacimiento del universo y que afecta a otras series del Arrowverso, que no mencionaré porque no es el momento. Ya pueden agradecerle a Oliver, ya. Ni Dios lo hizo tan bien cuando creó a la humanidad.

La excusa de rescatar a William porque ha sido secuestrado (otra vez, pobre muchacho) es tan buena como otra cualquiera para reunir a toda la banda para buscar al chaval. Rory, Roy, Thea, Dinah, René, John, Lyla, Sara, Mia… y Felicity. Todos unidos para rescatar al hijo de Oliver de las garras de su “prueba de concepto”. Pero antes de continuar, creo que merece la pena detenerse para hablar de ella, de Felicity. La esposa de Oliver Queen, Overwatch, su pilar fundamental durante todos estos años y que se ha ausentado en esta temporada final no podía faltar para el cierre de la serie. De nuevo, fan service, pero justificadísimo, no hay ninguna pega al respecto. No hubiera sido lo mismo, y no hubiera tenido sentido, que Arrow cerrara su trayectoria sin al menos una última participación por parte de Felicity. Verla conocer a su hija, ya adulta, claro está, y ver a dónde la llevó The Monitor en el final de la séptima temporada, aunque todos nos podíamos imaginar qué había detrás de ese portal. Oliver y Felicity son felices en el más allá, se han vuelto a reunir y era lo que debía pasar.

Hablaba de “prueba de concepto”. Ese señor que secuestra a William, resulta ser la primera persona de la lista de Oliver que decide perdonar, y optar por la vía no letal para que se imparta justicia, gracias al consejo de John. Solo su escena con Mia, en la que ella entiende que la decisión de su padre debe ser respetada y el porqué, es más que suficiente para que crezca de nuevo como personaje. Lo que me lleva a lo siguiente: ¿por qué nos encasquetaron el backdoor pilot la semana pasada? Con todas las escenas que habíamos visto de ella junto a Laurel y Oliver, y ahora ésta, basta para ver un crecimiento en su personaje y que puede heredar el título de Green Arrow en la Star City de 2040. Ahora que ya hemos acabado, se puede decir alto y claro: el episodio de la semana sobraba del todo, y fue innecesario. Tenía mis reticencias con los dos capítulos posteriores a la conclusión de Crisis, y uno ha corroborado mis temores, y otro me ha convencido de lo contrario.

Mencionaba antes a Diggle. Él era quien debía hablar en el funeral, claro. Ha sido su hermano, su fiel escudero durante todos estos años. No tenía sentido que fuera otro, aunque no me hubiese importado en absoluto que Barry o Sara tuvieran algunas palabras para Oliver, pero entiendo que tras la escena del último episodio de Crisis, el foco debía pasar a Dig y ensalzar su vínculo con nuestro héroe. Cada uno llevará su duelo de forma diferente, pero creo que es imposible no emocionarse, al menos un poco, con esta escena, y claro está, con muchas otras que nos deja el episodio. Además, esos flashbacks que nos ofrece la Series Finale ponen de manifiesto lo que todos teníamos claro, pero que es importante que lo hayan destacado: otro de los puntos fundamentales de Arrow ha sido la relación Oliver-Diggle. Nada hubiera sido lo mismo sin estos dos siendo prácticamente uña y carne, a pesar de algún que otro bache durante el camino. Y bueno, el futuro que le aguarda al camarada de Oliver es, cuanto menos, interesante. Primero, porque parece que se muda a Metropolis, lo que podría significar que igual le vemos en la futura serie de Superman & Lois. Y segundo, porque igual su futuro sigue directamente relacionado al color verde, solo que esta vez dejaría la flecha para sustituirla por una linterna… ¿qué os decía antes de los fans? Ya me diréis si no fuera por todos los que teorizaban con la posible conexión entre Diggle y Green Lantern si hubiéramos tenido esta escena o no.

Por lo que también me alegro un montón es porque les hayan dado a Thea y a Roy un final feliz. Han sufrido mucho, han pasado por muchas cosas, y ver que ambos van a tener su vivieron felices y comieron perdices me deja muy satisfecho. Y no pega mucho en este párrafo, pero no voy a dejar pasar la oportunidad de alabar la gran escena de acción que nos ha dejado el flashback, con un Oliver desatado, aniquilando toda oposición a su paso, como contraste claro de cómo empezó, y lo que ha supuesto para todos los que ha conocido durante todos estos años, propiciando que su cruzada solitaria haya evolucionado en una colectiva, con múltiples héroes dispuestos a sacrificarlo todo para salvar a los más necesitados.

Por último, creo que debo decir yo mis propias palabras, ya no analizando la Finale, sino como un fan más que soy. Arrow ha sido una serie muy especial para mí durante todos estos años. No ha sido la mejor que he visto durante mi trayectoria seriéfila, pero es una de la que voy a guardar un gran recuerdo, como muchas otras no tan ambiciosas y que, sin embargo, han sabido abrirse camino hasta encontrar un hueco en mi corazón. Me considero afortunado, porque cuando empezamos esta aventura en Casa Spammer, teníamos que decidir por qué series apostar para dedicarle reviews semanalmente. Recuerdo que The Flash estaba fuera de toda duda, porque sus dos primeros años habían dejado el listón muy alto, y el creciente interés en el Arrowverso era más que evidente, pero hablar de Arrow era arriesgado, y así lo transmití en mi primera review, allá por octubre de 2016. No obstante, el tiempo ha acabado por hacerme ver que no tenía nada que temer, y que todo iba a terminar saliendo bien, porque su quinta temporada está a la altura de las mejores, la sexta fue también buena y, pese a que su séptima fue más irregular y tuvo altibajos, la octava ha supuesto un cierre genial, situándola también en el top 5 de temporadas de Arrow. Es decir, he disfrutado en este blog de algunos de los mejores años de Arrow, y cada semana no ha sido una penitencia el tener que hablar de ella, como me temía al principio, sino un compromiso para todos los que me habéis leído (que no sé si habréis aguantado conmigo todo este tiempo) y también una forma de dar rienda suelta a mis propios pensamientos con la serie.

El vacío que deja en mí Arrow va a ser difícil de llenar, y es inevitable que me entristezca pensando que ya no habrá nuevos episodios, pero también creo que era necesario cerrarla por todo lo alto, antes de que se degradara irreparablemente. Ha sido un placer compartir mis opiniones con vosotros cada semana, y no me despido de reviews, porque me tendréis en las de Legacies cada semana, y quién sabe si en alguna otra serie en el futuro y, cómo no, en muchas otras secciones de nuestra web. Hasta siempre Arrow, ha sido genial.