Review The Mandalorian: Chapter Twenty – The Foundling
Después de una semana rara en The Mandalorian, volvemos a una en la que sí podemos sentir que estamos ante esta serie, y no en otra (ejem, Andor, ejem). Ha durado aproximadamente la mitad que el anterior, y ha sido suficiente para lo que tenía que contar, ni más, ni menos; y nos ha servido para seguir desarrollando a los protagonistas de esta historia, así que vamos con el cuarto episodio.
Porque realmente, casi tendríamos que empezar a considerar a Bo-Katan como una de las protagonistas de esta tercera temporada. Poco a poco, su rol va cobrando más importancia en la serie, y a mí personalmente me parece fantástico. La conocimos inicialmente en Clone Wars, la seguimos viendo en Rebels (serie de la que hablamos no hace mucho), y ahora verla en acción real, con la misma actriz que le puso voz en las series animadas, me hace muy feliz.
Sobre todo porque se siente como si llevara más peso que Din Djarin en lo que hemos visto de entrega. A raíz de sacarle de las Aguas Vivas de Mandalore, y de su avistamiento del mythosaurio, parece que algo ha hecho clic dentro de ella, y da la sensación de que se está tomando realmente en serio todo el tema del credo al que era tan reacia hasta no hace mucho. Lidera el grupo de rescate del chico al que vimos cómo le bautizaban en la premiere, y de la conversación que mantiene con la Armera al final del capítulo, podemos extraer que esa visión parece que le ha calado hondo. Eso sí, me hace gracia que alguien tan devota como la Armera se tome un poco a chiste que Bo-Katan le comente que haya visto a la famosa criatura. Yo me imagino que, al tratarse de un ser que hace siglos (si no milenios, no recuerdo ahora la cronología exacta) que se supone extinto, el hecho de que te cuenten que lo ha tenido alguien enfrente de su cara, puede resultar un poco sorprendente, cuanto menos. Supongo que si viniera a alguno de nosotros una persona, afirmando haber visto al monstruo del Lago Ness, o a un dinosaurio, la tomaríamos por loca. Pero claro, estamos hablando que se lo dice a la lideresa espiritual de esa comunidad; no debería desestimar ese comentario con un “this is the way”, y seguir a sus cosas, no sé.
No obstante, que haya hecho esto, ha arrojado luz sobre una de las cuestiones que me planteaba semanas atrás, sobre si ella acabaría por contárselo a Mando o alguien, o se lo callaría. Al ver que lo ha hecho, creo que denota que comienza a creer bastante en el tema, más de lo que nos habíamos imaginado en un primer momento. Eso sí, son demasiadas menciones en poco tiempo de temporada al mythosaurio sin que vayamos a verlo antes de que acabe la entrega. Me extrañaría que no hiciera acto de presencia en la siguiente mitad de temporada.
El otro que ha tenido más peso hoy ha sido Grogu. El pequeñajo ha empezado su entrenamiento como mandaloriano, y eso ha implicado una primera prueba que ha superado gracias a sus poderes jedi, y que no sé vosotros, pero yo estaba indignadísimo con que le sometieran a eso, siendo tan pequeño y tan adorable como es; mira que si le llegan a hacer daño de verdad… En cualquier caso, luego ha pasado buena parte del episodio con la Armera, que le ha confeccionado una nueva pieza de su armadura, mientras viajábamos al pasado para saber cómo sobrevivió el chaval a la famosa Orden 66, que ya dije en el programa de Rebels que fue una masacre, pero conforme pasan los años, y nos añaden información mediante diferentes productos de la saga, parece que se quedó en poca cosa.
Grogu formaba parte del grupo de jóvenes que adiestraban en el Templo Jedi de Coruscant, cuando los clones sometidos a la Orden 66 atacaron el lugar. Sobrevivió gracias a la intervención de un jedi llamado Kelleran Baq, que le sacó de allí, tras ser perseguidos por soldados clon. Básicamente, este rato en la forja ha supuesto para Grogu su “flashback de Vietnam” particular, mientras que a los espectadores nos ha servido para saber cómo salió de allí. Espectacular toda esa parte, cargada de acción.
Como detalle curioso, este Kelleran Baq está interpretado por Ahmed Best, que dio vida a Jar Jar Binks en la trilogía de precuelas, y que presenta un programa llamado Jedi Temple Challenge, en el que participan niños superando una serie de pruebas para conseguir el título de jedis. Me ha llamado la atención, y valía la pena mencionar este cameo.
Llegamos al ecuador de la temporada, con una sensación un tanto extraña, ya que quitando del, por ahora, desconectado episodio tres, me está gustando cómo está navegando la entrega, pero siento que falta algo más para acabar de dar el salto y que se redondee. Ya dije en una de las primeras reviews que yo pensaba que iban a enfocarla más a que Mando llegara a Mandalore, y que iban a demorar ese momento hasta la recta final de la misma, pero al ver que lo conseguía en el segundo episodio, me planteaba qué se guardaban para el resto de la entrega. Parece que están haciendo mucho hincapié en la sociedad mandaloriana superviviente, y supongo que el exilio concluirá en algún momento, regresando todos ellos a su planeta natal, donde el mythosaurio jugará un papel relevante, con Bo-Katan erigiéndose como nueva lideresa de Mandalore, o el propio Din. O no pasará nada de todo esto y la semana que viene habrá un nuevo giro que lo cambie todo.
Sea como sea, me quedo con las buenas sensaciones que me deja cada semana (la pasada no), y que sigue siendo para mí el mejor producto en acción real que nos ha brindado Disney Plus de la franquicia hasta el momento (tampoco es que haya una competencia encarnizada, todo sea dicho). Nos vemos en la próxima review.