Review The Rings of Power: The Great Wave

Review The Rings of Power: The Great Wave

Hemos llegado al ecuador de la primera temporada y si bien la serie bajo mi punto está siendo bastante notable, también es cierto que está yendo de más a menos claramente, pues este cuarto episodio aunque se un capítulo puente de cara a empezar a unir sus tramas, creo que en general no han sabido mantener muy bien el ritmo de lo que querían contar. Veamos qué ha pasado esta semana en Los Anillos de Poder.

Arrancamos fuerte, con la Reina regente Míriel teniendo un sueño sobre la destrucción de Númenor, siendo la isla arrasada por el agua. Me gusta como sin decir nada, la escena te habla de los miedos de Míriel, la pena es que luego el episodio va a optar por el “info-dump” cada vez que pueda. Tanto esta escena y la de los habitantes de Númenor quejándose de la presencia de Galadriel creo que pone bastante bien el contexto de la situación de la isla. 

Siguiendo con Galadriel, la cual no lleva muy bien el tratar con figuras de autoridad, en su enésimo intento de conseguir el apoyo de Míriel se pasa de lista y termina acompañando en las celdas a Halbrand. Me gusta cómo reflejan a una Galadriel que de verdad se siente superior a los humanos de Númenor y cómo esto se refleja en que más que solicitarles ayuda, prácticamente la exige. Creo que es muy coherente con lo que nos habían mostrado en el piloto, pues con elfos mantenía un comportamiento similar salvo que en ese caso sí que reconocía la autoridad de los elfos que estaban por encima de ella en la jerarquía.

Hablando de elfos, hagamos un pequeño inciso para ver el destino de Arondir tras el fallido intento de escapar del campamento de los orcos de la semana pasada, pues por fin hemos podido conocer a Adar, el comandante de ese ejército. Tenemos una escena entre ambos en el que prácticamente Adar habla de que en el pasado ha estado en el lugar de nacimiento de Arondir, y en la cual básicamente le dice que todo lo que sabe este es mentira y que hay que construir un mundo nuevo arrasando el actual, enviándolo de vuelta al asentamiento humano para transmitir un mensaje que descubriremos más tarde.

Todo esto nos lleva a saber qué ha pasado con los humanos que abandonaron el poblado en el segundo episodio, y es que tanto ellos como el resto de víctimas de la aparición de los orcos se han refugiado en una especie de torre fortificada. Aquí volvemos a ver tanto a Bronwyn como a su hijo Theo y nos percatamos de que, con tantos refugiados, la situación empieza a ser insostenible debido a la escasez de recursos. Theo se resiste a seguir el mandato de su madre, que opta por explotar los escasos recursos que hay alrededor del asentamiento; sin embargo, Theo decide volver al pueblo de día para traer de vuelta todo lo que pueda para poder abastecer al asentamiento, pero aunque se puede decir que consiguen hacerlo, Theo termina quedándose en el pueblo rodeado de orcos tras ser abandonado por su compañero Rowan.

En esta parte quiero detenerme un poco, pues se nos revela que los orcos están buscando la espada que encontró Theo que en el primer capítulo y tras volver a usarla contra ellos, ahora el ejército de Adar sabe que está en su poder, dejando claro que esa empuñadura puede ser clave en el plan que tenga Adar para “crear” ese mundo nuevo. Más adelante en esta trama, veremos cómo Theo consigue escapar gracias a la ayuda de Arondir, que en su viaje al asentamiento humano se lo encuentra. Me gustaría ver cómo es la relación entre ellos dos, teniendo en cuenta el romance del elfo con su madre y el hecho de que este ahora le ha salvado la vida.

No quiero dejar la parte de los humanos del sur sin tratar dos puntos. El primero es el mensaje que Adar le da a Arondir, que como le cuenta a Bronwyn es que los humanos renuncien a sus tierras y le juren lealtad. El segundo es el tema de la espada de Theo, pues su propietario original (un anciano llamado Waldreg) sabe que él robó la empuñadura rota de su granero y le advierte de que es más que una espada, es un instrumento creado por Sauron. Cada vez queda más claro, por si no lo estaba ya, que esa espada rota va a ser clave para el regreso de Sauron a la Tierra Media.

La semana pasada no tuvimos escenas de los enanos, pero en esta ocasión son ellos quienes hacen acto de presencia en la serie en detrimento de los pelosos. Básicamente vemos cómo intentan esconder todo el tema de las minas a Elrond y nos confirman una de la teorías más leídas y escuchadas de internet, que el mineral que ha encontrado es el Mithril. Sinceramente el episodio gasta aquí muchos minutos en contar muy poco, pues como era evidente Elrond termina enterándose del asunto bajo la promesa de contar nada a nadie (promesa que obviamente podemos asumir ya que va a romper en algún momento), y nos sirve más que nada para ver la relación de Durin con su padre, quien le permite ir a Lindon para descubrir qué planean en realidad los elfos, pues los dos siguen desconfiando de ellos y creen que hay una razón oculta en su repentino interés en los enanos.

Cerremos el círculo y volvamos a Númenor, pues otra vez Galadriel se escapa (es un escena de acción bastante mal rodada por cierto, no me entra en la cabeza como una serie que técnicamente es de 10 en casi todo pueda llegar a cometer errores de bulto tan obscenos en ciertos momentos). Esta escapada le lleva a conocer la verdad del estado del Rey de Númenor, quien se encuentra enfermo postrado en la cama y es aquí donde Míriel le habla de una profecía que conocieron a través de una palantir: la destrucción de Númenor que vimos en la primera escena del capítulo y que está precedida de la llegada de una elfa.

Con todo esto, Míriel la confirma que su intención es que se marche Galadriel de la isla al día siguiente, y proteger a su pueblo manteniéndolo alejado de la guerra que quiere la elfa. Todo esto cambia cuando el día de la marcha de Galadriel Númenor se llena de pétalos del árbol blanco, siendo para ellos una superstición relacionada con los Valar, lo cual hace que Míriel opte por ir a la Tierra Media para combatir en la ansiada batalla de Galadriel.

Todo hace indicar que a partir de ahora las tramas de Galadriel y los humanos del sur se van a fusionar, lo cual me parece un acierto de cara a dar sensación de avance en la trama; no obstante, como he comentado antes, aunque me haya gustado la toma de decisiones del episodio creo que el ritmo ha sido bastante mal llevado, dando la sensación de que algunas partes del capítulo estaban estiradas de más. Espero que a partir de ahora, que en teoría van a haber menos focos de interés, la serie suba su nivel.