Review Arrow: Crossing Lines

Review Arrow: Crossing Lines

Empieza a ser una tendencia, al menos en esta séptima temporada: la parte de Oliver es mucho más interesante que el resto de lo que nos muestran en cada episodio. Bueno, siendo sinceros, todo lo que rodea a nuestro protagonista es más llamativo de ver que mucho contenido que incluyen cada temporada, lo que pasa es que, con el paso del tiempo, los elementos a su alrededor han ido perdiendo calidad con respecto a los anteriores. Sin ir más lejos, el equipo que tenía en la temporada dos y tres, dista mucho del que tuvimos en la cinco y seis, y que es residual a día de hoy. Este tercer episodio deja claro (por enésima vez y por si alguien no lo había interiorizado a estas alturas) que nuestro héroe es el pilar de Arrow y todo lo demás es mera comparsa, con algún pico de interés dependiendo de la trama que se trate cada año.

Precisamente voy a arrancar con aquello que menos me ha interesado, la subtrama de los Diggle. Lyla y John son dos personajes que ya han sido desarrollados en profundidad, sobre todo el segundo, al ser uno de los protagonistas de esta serie. No es necesario darles más minutos si no van a aportar nada, más que mero relleno. Yo creo, o mejor dicho, espero, que estas escenas que hemos tenido esta semana contribuyan en algo al panorama general de la temporada. Que esa conspiración que parece estar investigando Lyla vaya a algo más, y repercuta en lo que les pase a los personajes que tenemos en Star City, especialmente a John, porque si no, estos minutos que les hemos tenido en Zurich, habrán sido simplemente de comparsa, para completar los cuarenta reglamentarios y la semana que viene más. Quiero pensar que van a servir de algo, pero por el momento, se quedan en minutos de la basura, a falta de que evolucionen en una trama de interés.

En este capítulo no hemos tenido ni flashforwards de William y Roy, ni tampoco minutos dedicados a ir descubriendo quién es el nuevo arquero encapuchado de Star City, que únicamente hemos visto en la Season Premiere. De este arranque de temporada, quizá sean los puntos al margen de Oliver en Slabside que más me interesen; por lo tanto, un capítulo que no cuenta con ninguno de los dos, es un episodio que me va a gustar menos de lo habitual, como ha sido el caso.

No obstante, se ha compensado levemente con la parte de Felicity y compañía en busca de Díaz, que está demostrando ser un villano escurridizo, porque les está costando (para mi gusto demasiado) cazarlo. Recordemos que los villanos que ha tenido Oliver han caído cada año en su respectiva temporada. Solo habría que dejar al margen a Malcolm, que acabó desarrollándose más con el tiempo, y su aportación fue más que notable al panorama general de Arrow; y a Damien Darhk, que pasó a Legends of Tomorrow durante estas dos últimas temporadas, aunque su ciclo en la ficción de Oliver Queen fue también de un solo año. El resto, cayeron todos, y Ricardo Díaz se convirtió el año pasado en el primero que cruzó la barrera. La incógnita es cuánto tardaremos en librarnos de él, si caerá en este primer arco de séptima entrega, es decir, antes del parón navideño, o se extenderá más allá, y si será importante durante todo este curso.

Su trama de esta semana ha servido para que siga ganando poder, concretamente, yo diría que habilidades metahumanas, porque esa fuerza que parece demostrar al final del episodio no parece muy mundana. Lo que sea que haya robado del CDC parece servirle como chutes de súperpoderes, algo que hemos visto en otras ficciones (me viene a la mente Agents of SHIELD con Jeffrey Mace, por ejemplo), y que sin duda no lo adquiere para hacer el bien. Sus intenciones creo que irán dirigidas a cazar a todos los socios de Oliver, o simplemente causar estragos allá por donde pise, y difundir el terror hacia la ciudadanía. Como digo, lo que tarden en detenerle puede servir para que su arco incremente el interés, o se dilate excesivamente en el tiempo, siendo más un incordio que un atractivo. Falta por ver qué relevancia tienen los Longbow Hunters, que aparecieron la semana pasada y por ahora se limitan a escoltar a Díaz allá por donde va. Lo bueno que ha tenido esta parte es que René y Felicity han logrado capturar a la que bloquea las ondas de sonido, Silencer (nombre original donde los haya), y veremos qué hacen con ella, y hasta qué punto están dispuestos a llegar con tal de obtener información que les ayude a detener a Díaz y a sus secuaces.

Slabside es el foco de atención de este curso. La semana pasada dije que a esta trama le faltaba una figura prominente dentro de esta prisión, que rivalizara con Oliver, o que sirviera para crear un nuevo antagonista, porque Brick y el par de presos que nos habían mostrado hasta el momento no los consideraba rivales para nuestro héroe. Parece que leyeron mi crítica anterior, porque ya tenemos a ese enemigo, o al menos eso parece: Demon. Según parece, es el que lleva el cotarro desde las sombras en Slabside, y Brick sigue sus órdenes. No obstante, no es tan sencillo como rellenar un formulario solicitando una audiencia con él; hay que pagar un precio. Es como en los videojuegos de plataformas, que el personaje va pasando niveles y va aumentando la dificultad. Si creíais que la cárcel en la que está preso Oliver era peligrosa, resulta que lo puede ser más todavía. En el nivel 2 es donde tiene su celda ese tal Demon, un módulo donde están retenidos aquellos más crueles y sanguinarios, y para llegar a él, Oliver debe perder nuevamente parte de su humanidad y su heroicidad, y alcanzar límites más próximos a sus orígenes como justiciero, que a la última versión que hemos visto de Green Arrow. La deshumanización de Oliver me parece fascinante, y digna de explorar (y explotar) esta temporada. No creo que acabemos teniendo un giro de 180 grados en su carácter, pero también dependerá del tiempo que le tengamos entre rejas. Si sale pronto, no creo que vaya a verse afectado (demasiado) por su tiempo en prisión; pero si sobrepasamos la mid Season Finale y él continúa allí, la cosa puede cambiar. Con el objetivo de recabar información que le pueda acercar a Díaz, y así regresar con su familia, Oliver cruza los límites y agrede a varios guardias, no sin antes propinar una brutal paliza a uno de los secuaces de Brick y es llevado al nivel 2, que nos introducirán la semana que viene. Tengo muchas ganas de saber quién es ese Demon, si alguien conocido o alguien nuevo.

La parte fundamental de este año es todo lo que le suceda a Oliver en Slabside, y tras tres episodios, es más que evidente que la mayor parte de las fichas han sido depositadas en esa casilla. El gran reto es repartir lo suficientemente bien el resto que tengan en la mano entre todas las tramas secundarias, para encontrar el equilibrio necesario que conforme una temporada, al menos, tan entretenida como las dos anteriores. Si se centran en él y vemos más de William en el futuro, junto a escenas del nuevo justiciero enmascarado de Star City, la cosa irá bien. Si la trama de Díaz se enquista y nos encasquetan minutos de la basura de los antiguos compañeros de Oliver, mal vamos. De momento, el arranque es positivo, y tengo más cosas que destacar que las que puedo criticar. Nos vemos la semana que viene.