Review The Flash: Lockdown

Review The Flash: Lockdown

No quiero arrepentirme de escribir estas líneas en un futuro, pero voy a ser sincero, estos dos últimos episodios no han estado nada mal o al menos han intentado ser interesantes siguiendo una estructura totalmente episódica.

De no ser por la subtrama de Caitlin, que da un poco de variedad al capítulo, estaríamos ante un episodio embotellado de manual. Para quien no conozca el término, son capítulos rodados en un solo entorno para ahorrar dinero en decorados, uno de los mejores ejemplos que hay es el mítico “Remedial Chaos Theory” de Community o el episodio de la mosca de Breaking Bad. Aquí en lugar de un laboratorio o la casa de Troy, tenemos la ya conocida comisaría de Central City.

La premisa es que mientras Barry se plantea confiar más o no en Kramer, aparece Goldface para tomar la comisaría colocando a todas las personas que se encuentran en el edificio unos brazaletes anti-poderes, provocando que tanto Barry como Kramer se encuentren sin poderes en un situación en la que tienen pocas opciones de salir bien parados.

«Barry déjame en paz, que estoy jubilado»

¿Pero qué le lleva a Goldface a secuestrar la comisaría? Buscar una balas anti-metahumanos que se desarrollaron la temporada pasada para venderlas en el mercado negro, cosa que supondría un gran problema para toda la comunidad meta-humana, empezando por un Flash que en esta situación se encuentra literalmente atado de pies y manos y teniendo que buscar la forma de salir confiando en Kramer y ganando tiempo como Barry Allen.

Obviamente todo se soluciona gracias a que Kramer gana confianza en sí misma con sus poderes y que se empiece a forjar una relación laboral más óptima entre ella y Flash, conociendo ella ya la identidad del velocista escarlata.

Por otro lado, la subtrama de Caitlin se centra sobre todo en su negativa a aceptar a Mark como pareja de Killer Frost, más por sus traumas respecto a abrirse a la gente que a los problemas que tiene respecto a las sucesivas traiciones de Mark a Frost. También el episodio aprovecha para presentarnos a Marcus, el interés amoroso de Caitlin que aunque ya había hecho una pequeña aparición en todo lo de Armageddon creo que hasta esta semana no había tenido más de dos líneas de guión seguidas.

«A ver con qué mierda me hacen el centro de atención de la temporada»

En último lugar tenemos la nota negativa y es que parece ser que la trama principal va a volver a estar centrada en Iris, pues lo que vimos en el final del anterior se acentúa y evidentemente ella parece ser el elemento central de lo que ocurre. En fin, veamos cómo se estrella el enésimo intento de hacer relevante a un personaje que lleva años sin tener nada de química con el resto del cast.

Me da pena que la trama principal se vea tan poco inspirada y sobre todo tan poco atrayente, pues en lo que a procedimentales se refiere creo que llevamos dos episodios bastante aceptables y ante todo disfrutables.