Review The Flash: Armageddon (Part 4)

Review The Flash: Armageddon (Part 4)

Queda un solo episodio para terminar este primer arco al que han querido disfrazar de crossover, etiqueta que le queda un poco grande a pesar de que el nivel no es del todo malo comparándolo con el de entregas anteriores de la serie. Pero en fin, veamos que ha pasado tras el gran cliffhanger que nos dejó la serie la semana pasada.

Recapitulemos, Barry ha viajado al 2031, un futuro en el que la gente no envejece y todo como en 2021 salvo que un cartel que solo vemos los espectadores te dice lo contrario. En este futuro en el que a nadie le gustaría vivir vimos como el líder del Team Flash era nada más y nada menos que Thawne, revelando así quien es el verdadero villano detrás de todo lo que ha pasado.

Tras un primer cara a cara contra el Team “Flash”, a Barry le toca asumir la realidad y es que en ese futuro él es Reverse Flash y Thawne es Flash, todo debido a los múltiples cambios que este ha ido haciendo con el fin de consolidar la línea temporal en que él es el héroe que se va a casar con Iris y Barry el villano culpable de asesinar a Cisco y a los Legends entre otros.

«Que estoy muy loco y soy malo, ten cuidado conmigo que te reviento»

Si esto ya de por sí no fuera poco hay un elemento más que no os he contado: Thawne ha matado al Barry bebé al final de todo y nuestro protagonista solo tiene hasta la medianoche para detenerlo todo antes de desaparecer. Misión difícil teniendo en cuenta que a priorí no tiene aliados, ya que todo su equipo es ahora el Thawne, no quedándole más remedio que aceptar su rol de Reverse Flash y pedirle ayuda a Damian Darhk, villano que murió hace un tiempo en Legends of Tomorrow pero que gracias a los cambios de Thawne sigue vivo en la línea temporal.

Obviamente más temprano que tarde Damian se da cuenta que el Reverse Flash con el que está trabajando no es quien dice ser, no dejándole otra opción a Barry que la de contarle la verdad para conseguir su cooperación. Otra vez podríamos estar ante un punto muerto para Barry, pero logra apelar al corazón de Damian al demostrarle que en la línea temporal de la que proviene su hija sigue viva gracias a su sacrificio. 

Con la ayuda de Damian dan con una forma de regresar a Barry a su época, la cual es precisamente alcanzar una velocidad que provocaría el apocalipsis por el cual Despero viajó al pasado para asesinarlo, dándole la razón aunque no de la forma en la que el otro pensaba: Barry es el culpable de todos esos destrozos al intentar volver a casa para evitar las acciones de Thawne.

Como es lógico, estas acciones de Barry no pasan desapercibidas para el Team Flash, que tomándolo como una locura de su archienemigo van a detenerlo, siendo Damien quien haga de cortafuegos para que la única preocupación que tenga sea la de Thawne, que le persgue para evitar que él auténtico Flash vuelva al pasado.  

«Amiga, que sepas que a mí me gustan mayores de esos que llaman señores»

Gracias a un poder del amor salido de la manga Barry logra regresar a un 2021 en que Joe sigue vivo y Despero se traga que aunque él es quien desencadena ese caos a nivel mundial, si vuelve al futuro verá que no se a acabado el mundo (pues por algún motivo no se han producido las alteraciones de Thawne); sin embargo, como sorpresita final y chicha de cara para la parte final, tenemos a Reverse Flash en el presente con ganas de liarla.

El episodio tiene un montón de agujeros de guión fruto de ese arma de doble filo que son los viajes en el tiempo, pero como a The Flash hace años que ya no la pedimos que al menos tenga sentido no puedo negar que este episodio posiblemente sea de los que más he disfrutado en lo últimos años. Thawne es un villano que siempre mejora la serie, por lo que tengo esperanzas de que nos de una gran traca final antes de que la serie vuelva a su triste realidad.