Review Ted Lasso: Carol of the Bells

Review Ted Lasso: Carol of the Bells

Tenemos episodio de Navidad, en agosto, pero de Navidad. Sí, el concepto queda raro mientras estamos atravesando una ola de calor pero la sinceridad ante todo, al menos nos recuerda un poco lo que significaba no estar a más de 40ºC … qué época más feliz.

No es que sea el capítulo más profundo en ninguna de sus tramas, pero sí que es uno de los que mejor sabor de boca dejan y que más hacen por mantener esa afirmación categórica de que Ted Lasso es el happy place por defecto de la televisión actual. En un arranque nos presentan los diferentes planes que tienen los personajes para el día de Navidad: Ted estar en una videollamada con su hijo, Rebecca ir a una fiesta de alto postín, Keeley mantener una Navidad totalmente sexual con Roy y Higgins básicamente comer con la familia con las puertas de su casa abiertas para que los jugadores que están lejos de su familia no pasen la Navidad solos. Me centro en estos planes por que de cara al desarrollo son los relevantes, así que veamos cómo han ido.

Empecemos por nuestro protagonista, que a las primeras de cambio se ve solo viendo películas ya que su hijo al rato se va a estrenar sus regalos como prácticamente cualquier niño de su edad. Vemos a un Ted tristón cuya Navidad se empieza a basar en ver cine clásico y darle a la botella, al menos hasta que llega Rebecca (que no tiene intención de ir a la fiesta a la que estaba invitada) y lo arrastra a la calle para que la acompañe a repartir regalos a casas de desconocidos. 

Vayamos por otro lado, por los planes de maratón de sexo que tenían Roy y Keeley, que se van al traste pues tienen que operar a la hermana de Roy y su sobrina tiene que pasar el día con ellos. Todo esto viene con un problema y es que resulta que un crío se está metiendo con la pequeña por culpa del mal aliento que tiene (que casi deja KO a los dos adultos de la ecuación) y esto les lleva empezar la búsqueda de un dentista para conseguir alegrar a la pequeña. Al final, el motivo de ese mal aliento es una reacción al medicamento que toma por su alergia a los gatos.

Y veamos ahora que ocurre en casa de Higgins, una casa que a diferencia de otros años (en los que según comenta el personaje apenas van un par de jugadores) a lo largo de la noche se va presentando casi toda la plantilla dejando escenas bastante divertidas de estos interactuando con la familia. Todo esto llega a su cenit cuando Ted aparece junto con Rebecca y unos músicos callejeros que se habían encontrado antes de empezar a repartir regalos, trasladando la fiesta de la casa a la calle.

Me parece coherente que esta unión de tramas no se haya sumado la de Roy y Keeley, al igual que se haya dejado fuera casi de todo el episodio a Jamie, pues siendo honestos por mucho que su actitud haya cambiado no le veo yendo a casa de Higgins a pasar las fiestas.

En definitiva, como he comentado antes me parece un ejemplo perfecto de porqué (al menos para mí) esta serie es posiblemente el happy place referencia de la televisión actual. Capítulo con algunos puntos graciosos, pero sobre todo destaca por el amor que desprende.