Warrior: tortas como panes al estilo Banshee

Warrior: tortas como panes al estilo Banshee

Puede que esta vez, tras varios intentos fallidos, los fans de la terminada Banshee tengamos una firme candidata, si no a sustituirla, a ocupar el hueco dejado por ella, aunque sea parcialmente. En abril se estrenó, y su temporada debut con diez episodios concluyó el pasado fin de semana, y os dejo mis impresiones sobre Warrior, que en España podemos ver a través de HBO.

Cuesta creer que un fan de Banshee que esté viendo un episodio de Warrior no se acuerde mínimamente de la serie de Lucas Hood. Y es que hay trampa, porque el creador de esta última, Jonathan Tropper, también estuvo en la anterior y fue uno de los máximos responsables del éxito de la misma. Se distinguía, entre otras cosas, por su particular estilo, que lo podíamos clasificar en una producción de serie B, pero aún así tenía su sello distintivo y, en comparación, a Banshee la veo más “pretenciosa” que Warrior. Y se me entienda cuando digo pretenciosa: podía alternar episodios en los que solo veíamos sangre, golpes y tetas, con otros que exploraban la condición humana y profundizaba en temas mucho más serios, típicos de otras ficciones. Y esa mezcla, junto a otros factores, consiguieron hacer de Banshee un producto la mar de disfrutable, con momentos a la altura de otras producciones de más solera.

Warrior se centra en contarnos la llegada a América de Ah Sahm, que busca en el territorio estadounidense una oportunidad de empezar de cero… y a su hermana, que esa búsqueda será una parte bastante interesante de la trama, no por lo que le cuesta dar con ella, sino por lo que implica encontrarla, y qué repercusiones políticas acaba teniendo esa misión. Dato importante: no sucede en la época contemporánea como en el caso de Banshee, sino a finales del siglo XIX, cuando las grandes ciudades norteamericanas (por no decir prácticamente todo el país) estaban en proceso de construcción todavía, y en esas nos encontramos el San Francisco que será el escenario de la ficción. Y claro, estamos hablando de una época en la que los ciudadanos chinos no eran más que mano de obra barata (prácticamente esclavos) para la mayor parte de negocios de la ciudad, además de estar recluidos en su propia zona de la ciudad, con todo lo que eso conlleva.

Racismo, machismo y el resto de “ismos” proliferan en Warrior, y se nos refleja de una forma muy cruda y dura, sin filtros, como caracterizaba en su día a Banshee. Quizá la gracia de la ficción resida ahí que, en nuestra sociedad actual, en la que se supone que deberíamos haber superado todas estas diferencias y problemas relacionados con el sexo y la raza de la persona en cuestión, todavía estamos enfrascados en estos temas, evidentemente no al nivel de finales del siglo XIX como aquí, pero algo que entenderíamos “normal” por el contexto en el que se desarrolla la historia de Warrior, nos parece tremendamente moderno por no distar tanto de muchas situaciones de nuestro día a día. Además, tenemos una trama política que centra buena parte de la acción de la temporada, y que nos deja alguno de los mejores momentos durante la misma, algo que la diferencia de Banshee, ya que esta última no tenía conflictos de esta índole, dándole un toque distinto y diferenciador con respecto a la actual ficción de Jonathan Tropper.

En el apartado de personajes, el protagonismo recae en Ah Sahm, pero tenemos tres roles femeninos muy potentes, como son Penélope Blake, Ah Toy y Mai Ling. La primera es la actual esposa del alcalde de la ciudad, Samuel Blake, un hombre que busca escalar posiciones dentro de la cadena alimenticia política y que se casó con él por pura conveniencia, al acordar el padre de ella el matrimonio con éste. Su evolución a lo largo de la temporada es la mar de interesante, y espero grandes cosas de ella en la próxima entrega. Ah Toy regenta un burdel en Chinatown, lo que la hace una mujer influyente dentro del barrio chino, y que tiene una misión propia, que iremos conociendo durante el paso de los episodios. Por último, decía que la evolución de Penélope es de las más interesantes de esta primera entrega, pero tampoco se queda atrás la de Mai Ling. Casada con uno de los líderes de una las mafias chinas locales, poco a poco ganará mucho más protagonismo, convirtiéndola en uno de los mejores  personajes cuando acaba la temporada. Todas ellas, pasan a ser uno de los principales focos de atención para el próximo año, porque sus personajes han pasado a ser de secundarios, a, para mí, estar prácticamente al mismo nivel que Ah Sahm. Estos son los más relevantes bajo mi punto de vista, aunque nos encontramos con otros que también tienen su relevancia como Joven Jun, el hombre de confianza del líder de una de las facciones criminales de la ciudad; Richard Lee, un joven policía recién llegado a la ciudad; Dylan Leary, un criminal irlandés que tiene algún que otro momento destacado, por lo cruel que se nos presenta; Walter Buckley, que vendría a ser, salvando las distancias, lo más parecido a un Meñique de Game of Thrones que tendríamos aquí, es decir, la mano derecha del alcalde Blake que tiene su propia agenda; y Wang Chao, que es una cara conocida para los que seguimos Banshee al estar interpretado por el mismo actor, aunque su rol dentro de la historia no es tan importante como el de Job en aquella serie.

Otro de los puntos que caracterizaba en su día a Banshee era lo bien montadas que estaban las escenas de acción, con unas coreografías de alto nivel, que hacían que disfrutaras muchísimo de cada escena en la que Hood y compañía se dedicaban a liarse a mamporros. Aquí, teniendo gente tan hábil y diestra en artes marciales, y al mismo equipo de Banshee detrás, era evidente que en el aspecto técnico de las peleas íbamos a tener uno de los puntos más disfrutables de la serie, y así ha sido. No llegan al nivel mostrado en Into the Badlands (para mí, de lo mejor visto en televisión), pero sí que podemos apreciar lo trabajado que está este aspecto en concreto.

Ahora que el verano ya está a las puertas y todos tenemos más tiempo para todo, recomiendo firmemente Warrior, tanto si eras seguidor de Banshee como si no. Es una serie muy entretenida, con buenos personajes, grandes momentos de acción, y perfecta para un maratón veraniego. Además, tendrá segunda temporada, ya que fue renovada semanas después de su estreno, por lo que la historia no queda colgada como muchas otras series que fueron canceladas tras su lanzamiento. Si queréis algo fresco para estas fechas, Warrior os puede hacer pasar un buen rato de televisión.