Review Legends of Tomorrow: Terms of Service y Hey, World.

Review Legends of Tomorrow: Terms of Service y Hey, World.

Termina la temporada de Legends of Tomorrow con una review doble del arco final de la serie. Dos episodios que muestran lo que hemos visto a lo largo de este año: una serie de superhéroes de humor con algunos toques de oscuridad.

En Terms of Service vemos como todos los personajes son víctimas de los oscuros deseos de Gary, que aprovecha al Hada Madrina para conseguir su sueño de pertenencia al grupo. La idea del tonto marginado ya ha sido tan explotada y repetida que aburre. Además, Gary es un mal tipo con independencia de que los demás se rían de él.

El idiota se excusa en que fastidiando de forma leve a los Legends evitaba cumplir el deseo del Hada Madrina de matarlos. Pero la realidad es que el personaje siempre ha sido, es y será lamentable. Gary termina enviado a Nora madrina al infierno, y así en el último episodio la vemos luchando junto a John para rescatar a Ray.

Mientras tanto, en Terms of Service, Constantine mueve sus contactos infernales para conseguir que los líderes del infierno se posicionen junto a John y contra Neron, pero aunque durante el episodio parece que Jonh logrará hacerse con el favor del triunvirato, terminamos viendo un giro en el cual John debe elegir entre la pequeña Astra y el amigo Ray. Como es lógico, Constantine elige salvar a la niña, pero resulta ser una decisión nefasta pues la niña ha crecido para convertirse en una torturadora del infierno.

En Hey, World lo vemos pasando el rato junto a Vandal Savage, en un guiño muy divertido a la propia serie. El final respecto a la trama del infierno es muy interesante, pues las monedas terminan abriendo la veda a personajes históricos que querrán conquistar el mundo.

Como los personajes se han cargado la línea temporal, la Zari que conocemos no existe y en el equipo ha sido reemplazada por su hermano. Lo triste es que Nate es el único que la recuerda, mientras que los demás recuerdan la línea temporal reescrita.

Neron usa a Mona para mostrar al mundo su realidad al respecto de las criaturas mágicas. La serie elige mezclar un concepto tecnológico con la magia sobrenatural y aunque funciona regular, podemos aceptar un ToS donde el cliente acepta la cesión de su alma.

Mientras que John y Nora luchan en el infierno, los demás intentan detener a Neron, que mediante la aplicación detectora de criaturas mágicas, planea convertir el miedo de la gente en combustible para abrir un portal al infierno y desatar su reinado apocalíptico.

Nate cree que abrir el parque temático creado por su padre puede servir para crear un punto de vista distinto al respecto de las criaturas mágicas. En cierto modo tiene sentido, los personajes se inspiran en el dragón criado por la Zari niña y resulta bastante bien. El problema es que el dragón no deja de ser un dragón y lo que parecía un buen plan termina siendo el peor.

Las referencias a Game of Thrones son divertidas justo en esta semana. Pero más interesantes aún las referencias al futuro crossover de contenido sobrenatural.

Y ahora lo importante: no sólo seguimos aguantando a Nate, sino que los guionistas se ríen de nosotros matándolo y haciéndonos ilusionarnos con la idea de no volverlo a ver. Me encantaría terminar la última revisión de la temporada diciendo que ha muerto Nate, pero me temo que el guapete de metal sin personalidad sigue en la serie y es Zari, uno de los personajes más interesantes, quién ya no está.

No ardo en deseos de seguir viendo la serie tras este cambio, pero habrá que darle una oportunidad a la próxima temporada mientras esperamos el regreso de Zari.