Review Arrow: Confessions

Review Arrow: Confessions

Esta vez sí. Esta semana hemos tenido el mejor episodio desde que la serie se fue de parón, y quizá el mérito tras tanto tirar mano de flashforwards y que, bajo mi punto de vista, acapararan más el interés que la trama presente, es precisamente que no ha hecho falta pegar un vistazo al futuro para que el episodio volviera a ser redondo. No es de los mejores de la serie, pero de los más entretenidos que hemos tenido en varios meses, y todo ello en la actualidad de Star City, que, ahora sí, empieza a ponerse interesante.

Podría parecer con la primera parte del capítulo que Dinah es insufrible, corta de miras y que, de nuevo, ponía en tela de juicio las intenciones de Oliver y dudaba de su palabra. Yo, sinceramente, me he tragado que otra vez volvía la desconfianza hacia nuestro protagonista y que realmente la capitana de la policía de Star City estaba decantándose por las fuerzas del orden, y no por su grupo de justicieros. Pero tras contar todos los miembros actuales del Team Arrow su versión de los hechos tras detener un ataque terrorista del Noveno Círculo con el artefacto que consiguieron al final del capítulo anterior, se descubre el pastel: todos han mentido a la policía para cubrir a uno de los suyos, nada más y nada menos que Roy Harper.

Al margen de verle en la Star City del futuro, la última vez que vimos a Roy en el presente fue el año pasado, cuando él, Thea y Nyssa se embarcaron en su misión particular de destruir los Pozos de Lázaro, como el que había en su día en Nanda Parbat. En los vistazos a 2040, quedó claro que Roy y Dinah se conocían de antes, pero en la sexta no coincidieron, así que todo hacía pensar que el que fuera pupilo de Oliver no iba a tardar en dejarse caer por la ciudad, y que lo hayamos recuperado para la recta final de la temporada me parece un acierto. Solo con su presencia, el episodio ya ha ganado muchísimo, y acentúa el hecho de que, para mí, era una de las piezas clave del Team Arrow, y su ausencia se ha notado demasiado. Mención especial al toque de atención que le da Oliver a Dinah cuando duda de Roy, y le deja claro que él es tan miembro (o más diría yo) del equipo como Dinah y René. Es que es eso. Me ofende la actitud de Dinah en ese momento, pero me alegra que Oliver reaccione así. El mejor Team Arrow fue el de la segunda temporada, con Roy y Sara en sus filas. Lo que hemos tenido estos últimos años ha sido un sucedáneo barato, sostenido por la figura de Oliver, así que ahora Dinah ponga en duda el buen hacer de Roy es ofensivo e inapropiado.

Porque todo tiene una razón de ser. Y es que Roy murió en un ataque del Gremio de Thanatos, aquella organización que fundó Malcolm Merlyn y que también buscaba los Pozos. Thea y Nyssa utilizaron un Pozo con él, y le devolvieron a la vida, solo que la solución que se usó en su día con la hermana de Oliver (ese elixir que se menciona), no sirvió con Arsenal, al verse afectado en su momento por el Mirakuru, lo que provoca que los efectos secundarios de la resurrección permanezcan ahí, esa sed de sangre y la poca capacidad de contención ante un conflicto.

La estructura del episodio ha conseguido mantenerme enganchado, y ha conseguido que se me pasara volando, y ha logrado engañarme y que pensara una cosa, cuando era otra bien distinta. Dos partes muy diferenciadas, y que funcionan a la perfección para hacer avanzar la trama, por fin, tras dos semanas en las que se había estancado considerablemente. Porque no solo ha vuelto Roy, sino que también, Oliver ha descubierto finalmente la verdad sobre Emiko.

Parece que ella es la líder del Noveno Círculo, y no sé si esto es una táctica disuasoria para ocultar quién es en realidad el mandamás, o la solución más simple es la correcta y la hermanastra de Oliver es la cabecilla de esta organización criminal, y no hay que buscarle tres pies al gato. Lo que está claro, al menos para mí, es que Emiko ha dejado atrás la posibilidad de redención, y cualquier intento a estas alturas de buscarla me parecería un error grave, más si cabe tras la escena final del episodio, en la que ya Oliver recibe un golpe de realidad (figurada y literalmente) y ve por primera vez quién es su hermana, ni más ni menos que su nueva villana. Con la jugada de Emiko, parece que está cada vez más cerca ese punto y final a los justicieros en Star City como los conocíamos, como se nos menciona en el futuro. Al enviarle ese vídeo a la policía, sabrán que el Team Arrow ha mentido, y se abrirá de nuevo la caja de Pandora, lo que les pondrá a todos en una situación difícil de resolver.

A falta de dos capítulos para la conclusión de la temporada, ya están todas las cartas sobre la mesa y por fin parece que vamos a tener movimiento en lo que queda. Quizá se ha apurado demasiado en cuanto a timing se refiere, pero más vale tarde que nunca. Supongo que la semana que viene y en la Season Finale retomaremos la trama del futuro, e imagino que la del presente subirá revoluciones, por lo que parece que se nos viene un par de episodios la mar de entretenidos. Nos vemos la semana que viene.