Review Game of Thrones:  The Long Night

Review Game of Thrones: The Long Night

Empecemos criticando: la iluminación nefasta no nos ha permitido disfrutar de la que, posiblemente, sea la mejor batalla de Game of Thrones y enfatizo ese posiblemente porque no puedo estar segura de si la batalla ha sido absolutamente brutal o no. Pues pese a aumentar el brillo al máximo no he visto casi nada. Entiendo que no tienen presupuesto para hacer una batalla luminosa como la magnífica The Spoils of War, entiendo que la acción transcurre en la noche y en territorio norteño donde brilla poco el sol, pero en algún momento del montaje del episodio alguien ha tenido que notar que el espectador iba a dejarse los ojos mirando la pantalla. Podrían mimar más nuestra visión. Por lo demás, todo bien, casi perfecto.

El ritmo del episodio ha sido excelente. Hay momentos frenéticos e instantes en los que se mastica la tensión pese a que no está pasando nada, los primeros momentos de la batalla dibujan una atmósfera angustiante y conforme los minutos avanzan crece el caos y la destrucción. Me gusta mucho como queda perfectamente retratado el caos de la batalla, en la que no sabes muy bien dónde queda cada personaje, dónde están los amigos y enemigos y a quién debes clavar la espada o rescatar de una pirámide de muertos.

Es cierto que me hubiera gustado ver más muertos, quizás algún protagonista podría haber luchado hoy su última batalla. Sabe a poco que tras nueve años imaginando la pesadilla ésta haya durado tan poco. Creía que los white walkers dirigiéndose al sur era algo más importante, más temible, más sobrecogedor. Matan a muchos soldados, matan a muchos redshirts, pero no existe un impacto emocional real en el espectador. Theon tiene un final muy bonito y Jorah salva a su reina, pero creo que necesitábamos más. No me colma las expectativas que toda la trama que estaba ahí asustándonos desde el principio se resuelva sin dejar apenas bajas. Pero una cosa es verdad: la serie trata sobre los vivos. Siempre trató del juego de tronos, los enemigos fueron los humanos desde el primer momento. Lo sabíamos. Pero creo que si hubieran muerto un par de personajes protagonistas en este episodio, el Rey de la Noche se hubiera despedido por todo lo alto.

Muere Edd el Penas, uno de los pocos guardias de la Noche que quedaban. Mueren muchos dothraki en una escena magistral y poética en la que les vemos desaparecer como luces que se apagan en la lejanía engullidos por la oscura muerte. Mueren muchos Inmaculados, en la escalofriante retirada que ellos protegen con sus vidas. Ese Protect the retreat que les grita Gusano Gris dejándolos morir para salvar a los demás ejércitos es alucinante.

Y por supuesto en este episodio nos despedimos de Lyanna Mormont, que en una escena poderosísima se lanza contra un gigante y mientras sus huesos de niña se rompen y su cuerpo se deforma, la jovencísima Mormont es capaz de clavarle una daga de vidriagón al gigante muerto. Y puesto que también muere Jorah Mormont la casa de ambos desaparece. Jorah salva a su amada, su khaleesi, su reina y muere en sus brazos. También muere Theon, en un magistral acto de redención. Murió como Greyjoy, murió como Stark, murió con Reek enterrado en el más profundo de los olvidos. Muere como un héroe y muere en su hogar, defendiendo a aquellos para quienes es un hermano, muere sabiéndose un buen hombre y un valiente guerrero.

También muere Beric Dondarrion, el tipo que había resucitado un montón de veces gracias a R’hllor y que profesaba la misma fe que Melisandre. Según la sacerdotisa, Beric muere cuando cumple su destino, su propósito no era otro que el de salvar a Arya, salvar al Azor Ahai y cuando lo hace muere por fin de forma definitiva. Supongo que la propia Melisandre también cumple su propósito, pues muere al acabar la batalla, cuando ya ha visto cumplirse la profecía.

Y a los despistados os recuerdo que Melisandre creía en el renacimiento de Azor Ahai, éste hombre fue un tipo legendario que teóricamente venció a los white walkers usando una espada mágica hace muchos miles de años. Según dicta la profecía, este héroe legendario renacería para enfrentarse a los White Walkers y vencer o perder, dándole ese triunfo o esa derrota a la humanidad, que sobreviviría o moriría con él. Durante el desarrollo de la serie, Melisandre apostó por Stannis y por Jon, pero finalmente el héroe renacido era Arya. Lo cual ha vuelto locos de alegría a todos los fans de la saga. El arma de Azor Ahai es la espada Dueña de la Luz, mientras que Arya usa una daga sin nombre para cargarse al Rey de la Noche, aunque es un arma con muchísima historia a lo largo de la serie.

Creíamos que Jon se enfrentaría al Rey de la Noche, porque… porque es Jon. Pero no ha sido así y ha sido mucho mejor. El Rey de la noche ignora a Jon cuando éste va a por él y lo despacha mientras alza los brazos y deja que los muertos se encarguen de él, sin preocuparse en si sobrevive o no, tratándolo como como la figura insignificante que es. Jon no es peligroso, o al menos no tanto como Arya.  Es magnífico que haya sido precisamente ella, todo su entrenamiento, todo el dolor, todo el sufrimiento la ha traído hasta aquí para culminar su historia como la salvadora del mundo. Arya aparece de la nada y se carga al Rey de la Noche. Si tenemos en cuenta su entrenamiento con los hombres sin rostro no es nada inverosímil que aparezca de la nada, salte y ataque. Hemos tenido muchos episodios dedicados al entrenamiento de la heroica Stark y creo que a estas alturas nadie duda de sus capacidades.

La daga que usa Arya para matar al Rey de la Noche nos ha acompañado desde el principio y eso lo hace aún más especial. Hablemos del recorrido del arma. Hace muchos años, en 2011, durante la primera temporada de la serie, vimos cómo un asesino se coló en Invernalia, llegó a los aposentos donde el pequeño Bran se recuperaba de la caída provocada por Jaime e intentaba matarlo. El asesino es neutralizado y el arma acaba en manos de Catelyn Tully, la madre de Arya. Nadie sabe quién envió al asesino, pero Petyr le dijo a Catelyn que la daga era suya hasta que la perdió en una apuesta contra Tyrion. Fue por esto que Cat secuestró a Tyrion aumentando las hostilidades entre las casas Lannister y Stark. La daga volvió a Meñique, que se la entregó a Bran obteniendo del muchacho una inquietante respuesta Chaos is a ladder alusión a una conversación privada que indica todo lo que Bran sabe y ve. Bran le entrega la daga a su hermana en The Spoils of War diciéndole que poco puede hacer un tullido con ella. Ya en su momento mencioné que la importancia del arma sería crucial en el futuro, pero creo que no se me ocurrió pensar que fuera a serlo tanto, ha sido el arma que ha matado al rey de la noche, que ha salvado a los humanos, que ha detenido el invierno eterno y el fin del mundo.

Pero antes de la apoteosis final pasan muchísimas cosas, hay decenas de escenas de lucha que son increíbles, perfectamente ejecutadas y bellísimas. Miguel Sapochnik dirige el episodio de maravilla y se corona como el maestro de las batallas de Game of Thrones. Ya hizo un excelente trabajo con Battle of the Bastards y Hardhome, pero está vez se ha superado. En general la dirección es muy buena, incluso cuando no nos muestra la batalla, como las escenas angustiosas en la cripta o los momentos de tensión de Arya escabulléndose en la biblioteca. El episodio comienza con un plano secuencia que nos muestra el terror de Samwell, la preparación para el combate de los ejércitos y la desazón de Tyrion ante lo que se les viene. Creo que la cinematografía ha estado bien, algunas escenas han sido preciosas y es realmente una lástima que la oscuridad nos haya impedido ver más y mejor.

Por cierto, la música de Ramin Djawadi ha estado espectacular en el episodio. Hemos tenido grandes momentos de silencio, lo cual no es música pero si es parte de los efectos sonoros. En especial me ha gustado la percusión que como el ritmo de un corazón latiendo nos iba preparando para lo que venía mientras enfocaban el rostro de Gusano Gris. También ha sido preciosa la melodía suave que ha sonado mientras parecía que todos los personajes estaban perdiendo sus respectivas batallas y que la muerte era el destino ineludible, momentos antes de la intervención crucial de Arya.

Los momentos más brillantes, en mi opinión, han sido:

  1. El final de Lyanna Mormont. La muchacha grita cubierta de sangre y se lanza feroz contra el monstruo que sabe que la matará,  mientras muere aplastada usa su último aliento para cargarse al gigante.
  2. La horda de valientes Dothraki cabalgando hacia la pelea con sus arakh llameantes es totalmente épico.
  3. El instante después en el que las luces son devoradas por la oscuridad y asistimos al fundirse de sus armas, al apagarse de sus vidas es aún mejor. Ese momento en el que guerreros tan feroces como los dothraki son engullidos por la muerte es hermosísimo.
  4. Me ha encantado ver a Brienne y a Jaime luchar con el fondo rojo dibujando sus siluetas.
  5. Los tres dragones peleando sobre las nubes, sobre la ventisca, con la luna como única testigo.
  6. Y por supuesto: Arya.

Quedan algunas preguntas que aún no puedo responder… la primera es qué ejército tiene Daenerys para enfrentarse a Cersei, hasta donde mis maltratados ojos llegan a ver, los dothraki mueren todos o casi todos. Los Inmaculados se sacrifican protegiendo a los demás. El dragón Rhaegal quedó gravemente herido tras su combate con Viserion, mientras que su hermano Drogon huye al cielo sacudiéndose zombis que tratan de devorarlo.  Y Ghost desaparece tras la carga dothraki.