Review The Originals: Ne Me Quitte Pas

Review The Originals: Ne Me Quitte Pas

Tengo sentimientos encontrados con este episodio. No por la calidad, que una semana más nos ha dejado un buen nivel y ya son tres capítulos consecutivos en un buen estado de forma en esta temporada final. Lo digo por el poso que deja este Ne Me Quitte Pas, el qué ha pasado con la figura de Elijah y su futuro. Me ha gustado mucho y se me ha pasado muy rápido, pero todo esto me genera dudas de cara a próximos capítulos y su reintegración en la trama principal… y si de verdad quiero que eso suceda.

El final de la temporada pasada nos dejó a Elijah con una amnesia total sobre su pasado, o al menos eso creíamos. El comienzo de este capítulo nos muestra al Original justo después de que Marcel le borrara la memoria y su adaptación al nuevo mundo que se abría a su alrededor, empezando totalmente de cero (que digo yo, ¿olvidar a su familia hace que se olvide hasta de que era un vampiro?) y teniendo que aprenderlo todo sobre la marcha. Viaja hasta Nueva York y allí conoce a una vampiresa, llamada Antoinette, que le introduce en el mundo vampírico y comienza a trabar una amistad con ella, que luego derivaría en algo más, pero eso vendría después.

Claro, todo esto sucede en las primeras semanas tras la Season Finale de la cuarta temporada; todavía había un salto temporal de casi siete años que rellenar, por lo que estaba claro que iba a haber algo que provocara que Elijah se marchara a Francia, a donde le vimos en una breve escena al final de la entrega pasada y al comienzo de esta quinta temporada. El motivo fue, ni más ni menos, que un encontronazo con Marcel, amenazándole de que abandonara la ciudad, dado que él y Rebekah iban a asentarse allí y tener a dos Mikaelson juntos en un mismo lugar (como ha quedado demostrado en estos episodios) no trae nada bueno. Al final, termina marchándose, no sin antes averiguar su verdadero nombre, algo que es importante de cara al final del episodio. Siete años después, ya retomamos la acción con él y Antoinette en Manosque, tal y como lo habíamos visto en anteriores semanas y feliz con la vida que lleva… hasta que entra en escena Klaus.

Aquí es donde quizá mis sentimientos están encontrados, como decía antes. Klaus le busca nuevamente para hacerle volver, para ayudar a su familia y a resolver la situación generada en Nueva Orleans en este arranque de temporada, desaparición de Hayley incluida. No obstante, aquí antes de que Elijah abriera la boca y diera su opinión (que ahora entraré), ya me parecía un riesgo absurdo por parte de Klaus el querer que su hermano regrese y poner no a dos, sino a tres Mikaelson bajo el mismo techo, incluyendo a Hope. Tomaron una decisión dura, durísima, al final de la temporada anterior, con el objetivo de mantener al futuro del linaje Mikaelson a salvo del mal que ocasiona The Hollow, rival al que no pudieron batir y les forzó al exilio para no poner en riesgo a todo el mundo. Que Klaus de repente se le olvide esto me parece algo muy descabellado, ya que encima ha visto en directo, tanto en la Premiere cuando vigilaba a Elijah como en el siguiente capítulo cuando vuelve a Nueva Orleans, lo que supone que dos miembros de su familia estén respirando el mismo aire; añadir otro pariente más a la ecuación es algo que traería más consecuencias negativas, que no la hecatombe final, que solo podría generarse con todos los Mikaelson reunidos (algo que me temo vaya a ocurrir en un futuro próximo, porque dónde estaría la gracia). Comprendo a Klaus y los motivos que le impulsan. Su hermano lo es todo para él y durante años había tenido que conformarse con verle desde las sombras y no poder acercarse mucho a él para no desatar el mal de The Hollow, pero en cuanto ha habido una crisis medianamente importante, a Klaus se le olvida todo y va corriendo a buscar a su hermano. En esta ocasión, creo que lo mejor sería que el híbrido encontrara la forma de resolver el marrón en el que están metidos sin involucrar a su hermano, y todo lo que supondría.

Eso desde el lado de Klaus. Sobre Elijah, si no fue la semana anterior, seguramente en la Season Premiere me pronuncié sobre qué me parecía la salida que le habían dado el año pasado y la idea de que volviera a formar parte de la trama principal. Dije, por si no me habíais leído, que con ese final tocando el piano en un lugar de Francia, ajeno a los problemas de los Mikaelson y sonriendo, feliz, sin más preocupación que disfrutar de su sencilla vida, para mí era suficiente; no necesitaba más metraje del Original y, francamente, me hubiese bastado si nos hubiéramos encontrado con que era un cierre de serie. Sin embargo, como The Originals ha regresado con una entrega final, y tratándose de una de las piezas clave de la serie, era evidente que de alguna forma iban a reincorporarlo a las tramas principales, algo que pese a reticencias puedo llegar a entender, pero tenían que justificármelo muy bien y hacerlo muy bien para que le diera un pase. Ésta no es la forma, porque tras este episodio, me mantengo firme en mi opinión de que es un final más que adecuado para su personaje y soy feliz viendo cómo un ser tan torturado y destrozado psicológicamente durante el paso de los siglos (solo tenéis que echar un vistazo a la paranoia en la que entra cuando quiere saber más sobre su pasado) encuentra una salida tan pacífica y apacible como la que tiene actualmente.

Se podría argumentar que, bueno, no es realmente Elijah, y que el amor que siente hacia Antoinette es algo artificial y demás. Esa explicación la compraría, de no ser por la escena que comparte con Klaus, en la que explica que sabe perfectamente quién fue, lo que hizo, quiénes integraban su familia, a quién amó y, pese a todo eso, decidió seguir adelante con su vida, sin mirar atrás, tal y como decía la nota que le dejó Marcel. Alguien también podría decir que, claro, lo hace porque está bajo la compulsión de éste, que le ordenó olvidar ese archiconocido «Always and Forever», y eso facilita la decisión; pero, qué queréis que os diga. No estamos hablando de algo pasajero y que parece mostrarnos una lucha interna del personaje. Han pasado siete años desde el final de la temporada anterior, y casi el mismo tiempo él ha sabido toda su historia y aun siendo consciente de todo ello, ha preferido seguir adelante, sabiendo además lo que supone ser un vampiro y que éstos puedan borrarle la memoria a alguien. La verdad, yo creo que en la mayoría de los casos la gente, si perdiera sus recuerdos, querría volver a su vida anterior, pero si Elijah ha decidido no hacerlo, creo que es más que justo y me parece que tenemos que comprenderle.

Tengo sentimientos encontrados porque me encantaría volverle a ver luchando con Klaus codo con codo, que compartieran escenas juntos y que todo regresara a un punto que permitiera una sensación de normalidad, pero creo que la decisión que se tomó argumentalmente la temporada pasada fue valiente y, bajo mi punto de vista, me han dado más motivos para apoyar la idea de un Elijah feliz al margen de su familia que la de que vuelva con ellos, sobre todo porque la amenaza de The Hollow sigue ahí, y parece que algunos personajes tienen tanta amnesia como él tuvo con respecto a ese tema. Repito: van a tener que esforzarse para justificar una posible vuelta del Original con el resto de su familia, porque por ahora sigo quedándome con esta nueva versión que renace bajo el Sol… si es que renace y no es este su final (un poco exagerado ese gesto, aunque tiene su fondo poético).

PD: Podéis ver en nuestro canal de Youtube el programa sobre el universo vampírico de The CW.