Review Legends of Tomorrow: Rage Against the Machines

Review Legends of Tomorrow: Rage Against the Machines

La serie sigue manteniendo su estilo, navegando con maestría entre la comedia más surrealista y la acción más divertida. La historia que nos cuentan avanza, la serie nos hace reír pero también nos conduce por una serie de acontecimientos que tienen sentido y son coherentes entre sí, pues aunque los pasos que se den en la trama sean gigantes, la atmósfera sigue siendo la misma y destilando esa energía de comedia disparatada que no se toma en serio a si misma.

En este episodio los personajes por fin salvan el punto fijo en el tiempo, atraen a los robots un par de veces y consiguen recuperar la nave y deshacerse de todos los enemigos salvo Evil Gideon, algo que veremos proximamente, estoy segura.

Por fin todo ha vuelto a su cauce, los personajes principales vuelven a ser los dueños de la Waverider y las copias robóticas están muertas o exentas de generar peligro, al igual que el pobre Thawne, asesinado por el robot fake Sara, muerte que ha resultado tremendamente útil porque hace que sea necesario un sustituto para vigilar el punto fijo en el tiempo al respecto de la muerte de Francisco Fernando.

Ha estado divertido ver a las versiones malvadas interactuando entre sí, ha sido genial ver a los buenos vencer a los malos… que como son un poco tontos, tampoco es que lo hayan puesto muy difícil, pero sea como sea, ha estado bastante bien.

Y ha sido mucho mejor verles usar referencias a la cultura pop de los siglos XX y XXI para provocar a las leyendas robóticas y llevarlos hacia una trampa.

La temporada no ha tenido un claro villano, pues hemos ido pasando de un arco en el que pareció que Bishop sería el malo hacia otro donde Evil Gideon se perfiló como tal. Empezamos con los personajes atascados a principios del siglo XX y hasta ahora no los hemos visto volver a su vida de héroes normales. Todos esos saltos podrían haber salido mal, la temporada podría haber quedado como un puzzle mal montado, pero lo cierto es que por el momento todo está bien hilado y tiene sentido. Confío en que seguirá así.