Review The Walking Dead: Here´s Negan

Review The Walking Dead: Here´s Negan

La serie está experimentando una serie de altibajos que hacen que los espectadores casi perdamos la paciencia. Angela Kang como showrunner no ha terminado de funcionar y estos episodios post covid han sido, en su mayoría, soporíferos… pero Here´s Negan nos da algo de esperanza. Por fin hemos visto un buen episodio de The Walking Dead. Después de una tanda de historias infumables, la directora Laura Belsey hace un trabajo sensacional que nos recuerda que esta serie fue y puede ser muy buena.

El episodio funciona por la historia que cuenta y por la forma en la que es contada, eso de jugar en distintas líneas temporales funciona bastante bien y logra que entendamos y empaticemos con la historia que nos cuenta Negan a través de sus recuerdos de una forma muy entretenida y orgánica.

El matrimonio Morgan lleva todo el peso interpretativo en este cuento de amor con final triste. La actriz que interpreta a Lucille es Hilarie Burton Morgan (White Collar entre otros) y es la esposa de Jeffrey Dean Morgan y creo que la química que despierta la pareja traspasa la pantalla. Posiblemente el episodio crece gracias a que sea precisamente ella quien interprete a Lucille.

Negan nunca me ha parecido un villano tan interesante como ese al que parecían admirar los lectores de los cómics. Me gusta el actor y el concepto asociado al personaje, pero nunca terminó de convencerme pese a que me gusta Jeffrey Dean Morgan y creo que normalmente hace un buen trabajo. Desgraciadamente con este personaje, el actor, no terminaba de lucirse, culpa de los guionistas que no sabían escribirle un buen background que enganchase al público. No sabíamos nada de su pasado, nada de su corazón, de sus temores… no sabíamos anda del verdadero Negan. No me gustaba porque era un personaje demasiado estereotipado, demasiado simple, un malvado demasiado perverso que no tenía ni claroscuros, ni zonas grises que hicieran que el espectador se interesarse por él. Era sólo un tipo muy duro, muy fanfarrón, muy malvado, blablablá, muy aburrido…

La serie desperdició de forma notable cada oportunidad que tuvo de adentrarse en el personaje y antepuso siempre ese estereotipo de villano facilón a cualquier otra cosa. De forma que los espectadores sabíamos que The Governor no era un hombre malo sino un hombre destrozado por el devenir de su mundo. Incluso podríamos pensar que Alfa o Beta eran algo así, personas que llevadas por las circunstancias dieron rienda suelta al monstruo que llevaban dentro y apagaron la luz de la mejor parte en su interior. De Negan solamente sabíamos que tuvo una esposa que falleció a causa de un cáncer y que su nombre era Lucille. En algún momento también se aludió al hecho de que fuera profesor de gimnasia. Nada más. No puedes sentir nada por un personaje del que no sabes nada.

En este episodio por fin tenemos una mirada introspectiva el personaje, descubrimos que no era precisamente un buen tipo antes que las cosas cambiarán, pero no era el monstruo en el que se ha convertido. Era un tío que tenía la semilla de ese monstruo en su interior, pero también tenía a su lado a una persona que alimentaba la mejor parte de su espíritu.

Era un hombre que se gastaba un dinero que no tenía en chaquetas de cuero que no necesitaba, que se pasaba el tiempo jugando a videojuegos y acostándose con la mejor amiga de su mujer. Un tipo que se había dado por vencido en eso de buscar trabajo cuando lo habían despedido del colegio en el que daba clases por pegarle una paliza un tipo.

Pero ese hombre se fue convirtiendo en un buen hombre llevado por el inmenso amor y admiración que sentía hacia su esposa. Juntos afrontaron la enfermedad y durante los primeros tiempos tras el Apocalipsis fueron capaces de luchar juntos pese a que todo estuviera contra ellos. En este episodio no sólo comprendemos la causa por la que Negan se convirtió en un monstruo, entendemos que podría haberse convertido en otro tipo de persona si algunas cosas no hubieran acontecido como desgraciadamente acontecieron.

En algún momento previo al fin del mundo, algunos médicos le dan a Negan todo lo que necesita para que su esposa termine el tratamiento y tenga la oportunidad de sobrevivir, las cosas iban mal pero seguían adelante como podían. Hasta que un día, debido a un despiste tonto, todo se va a pique. A partir de ahí la lucha era casi imposible pero pese a ello el devoto esposo no se rinde y mueve un resorte en su interior que lo hace irse a buscar una esperanza que sabe que probablemente no encuentre. Curiosamente lo encuentra, encuentra lo imposible, pero por el camino también se encuentra con la bondad y la maldad del ser humano.

Fue duro para él buscar la caravana de los médicos agarrado a la leve esperanza de que tuvieran los medicamentos que necesitaba, sabiendo que dejaba sola a Lucille pese a que ella le había suplicado que no lo hiciera. Fue duro buscarlos sabiendo que existía la posibilidad de no encontrarlos nunca. También fue bastante duro para él delatar a esa pobre gente que no pidió nada a cambio de ayudarle. Obviamente se sintió roto al verse en esa disyuntiva, pero sintió que no le quedaba otra opción si quería salvar a Lucille.

Tuvo que ser insoportable la angustia de ver pasar el tiempo: tanto en su camino hacia los médicos, en su camino de vuelta a casa, como en ese tiempo perdido con los moteros que le torturaron. Pero lo peor tuvo que ser llegar a casa con las medicinas, con los deberes hechos, con lo imposible conseguido para descubrir que Lucille se había suicidado. Ella había perdido la esperanza antes que él, ni siquiera había muerto debido a su enfermedad o de hambre o por un accidente, se había suicidado dejándolo solo. Dejando solo a un hombre que no sabía vivir sin ella. Y que aún no ha aprendido a hacerlo. En este episodio también conocemos el inicio de la característica chaqueta de cuero de Negan y el inicio del bate de béisbol que se convierte en su símbolo. Un bate en este episodio ha llegado a su final, primero partiéndose y después ardiendo como hace doce años ardió el cuerpo sin vida de Lucille.