One Punch Man: buenas intenciones mal ejecutadas

One Punch Man: buenas intenciones mal ejecutadas

La semana pasada nos despedimos de One Punch Man, tras la emisión del último episodio de su segunda temporada. En su día, vi la serie y me gustó mucho. No soy un consumidor anime muy destacado, no llegará a diez ficciones niponas distintas las que he visto, pero se me hacía muy amena, con ese toque enfocado a la comedia y lo particular del personaje de Saitama. Sin embargo, esta entrega me ha dejado muy frío, y ahora os comento por qué.

Como decía, la entrega inicial se nos mostró con un tono distendido, desenfadado, sin prácticamente momentos dramáticos o de locura como otros animes con tramas mucho más serias, con un Saitama que monopolizaba los acontecimientos de la serie, centrándose en él en su día a día, viviendo a su rollo y, de vez en cuando, combatiendo el crimen que se desarrollaba en su ciudad, en forma de monstruos diversos. Saitama, por si alguno no lo conoce, es un personaje que nos lo introducen como un ser humano que, mediante una rutina de ejercicios estricta (100 abdominales, 100 flexiones y correr 10 kilómetros cada día), adquirió súper fuerza, que le permite acabar con sus enemigos de un solo puñetazo… y le hizo perder todo el pelo en consecuencia. Ya en la descripción del protagonista podemos ver la nota de humor con la que pretenden impregnar el relato. Además de que es imposible adquirir semejante fuerza con esa serie de ejercicios diarios; puede que te pongas en forma, pero nunca tendrás fuerza sobrehumana.

Así, se convierte en un héroe un poco sui generis, no busca la gloria y ser el foco de atención como muchos otros que podéis estar pensando, pero sus acciones no pasan desapercibidas para Genos, un ciborg que busca convertirse en el héroe más grande de todos pero que nota que le falta algo. Así, convence a Saitama de ser su sensei, y esa dupla nos deja situaciones de lo más cómicas durante el desarrollo de la temporada, porque mientras Genos busca mejorar siempre y entrenar bajo las enseñanzas de Saitama, éste pasa bastante de todo esto y solo quiere ir a hacer la compra, o quedarse en casa viendo la televisión. Poco a poco, tenemos una trama principal que va evolucionando y hace que intervengan ambos para poner fin a la amenaza en cuestión, pero aunque nos planteen situaciones ominosas o rozando lo apocalíptico, siempre sabemos que Saitama y su forma de ser van a solventar la papeleta, además de la forma más surrealista posible. Lo habitual era acabar riéndote a carcajada limpia con las ocurrencias que tenía, y con lo indiferente que le deja acabar con el monstruo de turno, pero esta temporada cambia todo el planteamiento de la anterior, para mi gusto, a peor.

Entiendo la motivación detrás de querer ampliar y expandir los horizontes de la ficción, buscan enriquecer el relato y que no recaiga todo el peso en Saitama. Normalmente, apoyaría esta decisión, porque soy de los que piensan que una buena serie necesita, además de un protagonista lo suficientemente carismático, una trama interesante y un elenco de secundarios importantes como para formar un producto de nivel, pero One Punch Man ha fallado en las formas.

La idea de una asociación de villanos es buena. La idea de introducir a un humano como Garou que quiere romper con el status quo de que todo el mundo desee ser un héroe y si no quieres serlo eres un villano, o de simplemente ser odiado o dejado de lado por querer ver más allá de esa dicotomía héroe/villano, es buena. Pero eso, en una temporada de 12 episodios que duran apenas 25 minutos, si además cuentas con que tienes que darle minutos a Saitama de pantalla, porque es tu protagonista, se me queda corto, y acaba dando lugar a las situaciones que hemos visto este año, con episodios en los que Saitama es un mero secundario que pasa por allí, o incluso que ni aparece. Y teniendo en cuenta que en su temporada debut Saitama era el 95% del relato, que One Punch Man dependía demasiado de él, ha sido un cambio muy brusco, y que ha quedado mal. Mi crítica no es a las ideas que han tenido, es a las formas elegidas para introducir todos estos elementos nuevos y no saber compaginarlo con la relevancia de Saitama.

Además, nuestro protagonista tiene la peculiaridad de que con un solo golpe resuelve todos los problemas, y si en la entrega anterior eso cerraba todos los conflictos que se presentaban, aquí, nuevamente, sucede también. ¿La diferencia? Ahora se ha utilizado su figura en momentos puntuales, y da la sensación de que lo han convertido en un Deus ex Machina con patas. La figura del Deus ex Machina se refiere un elemento externo que resuelve una historia sin seguir su lógica interna, y durante toda esta temporada he visto sus intervenciones como eso, como una serie diferente, en la que un señor calvo y con capa llegaba en momentos determinados para resolver los problemas que tienen los protagonistas de la historia, y no debería ser así. One Punch Man es la serie de Saitama, no una serie en la que participa esporádicamente. Su relevancia ha quedado relegada a un segundo plano, y la ficción lo ha notado, con episodios que rozan el tedio, y consiguen que veinte minutos parezcan doscientos, porque no hemos sido capaces de empatizar con los personajes presentados en esta segunda entrega y no nos involucremos en el relato que nos quieren contar. En mi caso, siempre estaba pensando “¿y cuándo va aparecer Saitama?”, bien para participar un poco en el capítulo aunque fuera, o bien para resolver el problema presentado. Porque esa es otra. Da igual el problemón que nos planteen, siempre sabemos que Saitama llegará y lo solucionará y, por lo tanto, el factor sorpresa en esta serie desaparece, y el pretender que nos preocupemos por todos estos personajes nuevos me parece forzado y artificial por lo que decía antes de empatizar con ellos, no ha dado tiempo y no son Saitama.

La segunda temporada ha terminado siendo decepcionante por todo lo que he expuesto arriba, y me apena, porque la tenía como un anime muy sencillo de ver, con el que desconectar y disfrutar durante media hora, y aunque Saitama sigue siendo Saitama, y aprecio el querer ampliar y expandir el universo de One Punch Man, pero, in my opinion, no se ha hecho de la forma correcta. Espero que corrijan estos errores en la próxima entrega, y que no tengamos que esperar tanto para verla.