Russian Doll: Algo más que el clásico bucle temporal

Russian Doll: Algo más que el clásico bucle temporal

A principios de mes llegó a Netflix Russian Doll, una nueva comedia de la plataforma que llamaba la atención sobre todo por utilizar los bucles temporales al estilo de Atrapado en el tiempo como base para su historia. Ya la pude ver y aquí os dejo mis impresiones de la que ya os adelanto, posiblemente sea uno de los estrenos más destacados de este 2019. He intentado escribir este artículo de opinión sin spoilers, pero me ha resultado imposible hablar de porqué me ha gustado tanto sin desvelar algunos puntos importantes de la trama, por lo que estáis bajo aviso.

La serie en un principio nos pone en los pies de Nadia, una programadora treintañera con bastantes malas pulgas y una infancia peculiar, que muere el día de su cumpleaños y empieza a revivir el mismo día una y otra vez, conociendo en una de las muchas vueltas a Alan, un chico que se encuentra en la misma situación que ella. Desde el momento en el que se juntan, tirando de ensayo y error, Nadia y Alan buscarán la forma de salir de ese bucle de temporal.

Estamos ante la clásica comedia de Netflix, que roza más el término de drama que el de comedia, teniendo frecuentes golpes de humor negro pero alejándose de un humor loco y surrealista en el que podría caer fácil una ficción de esta características. Russian Doll no utiliza el bucle temporal para provocar situaciones graciosas, los usa para psicoanalizar tanto a Nadia como a Alan y enfrentarlos a sus respectivos demonios. Este posiblemente sea el principal motivo por el cual la serie me ha pegado tanto, porque lograr esto de una manera tan convincente es algo que otras muchas sólo aspiran a hacer y Russian Doll lo logra únicamente en 8 episodios de menos de media hora.

No diré que la serie vaya al drama, pues por ejemplo queda lejos en ese aspecto a por ejemplo Bojack Horseman, que utiliza su tono colorido y humor negro como contrapunto del drama personal de los personajes; se encuentra más cercano a lo que hizo Matt Groening con Disenchantment, quién no abandona su género pero pone el verdadero foco en el arco evolutivo de los personajes. Russian Doll consigue reflejar muy bien los cambios que van sufriendo ambos protagonistas con el paso de las vueltas, no cayendo en la tentación de olvidar lo que a ocurrido en las anteriores; posiblemente sabéis a lo que me refiero, si pensáis algunas obras que hayan usado este estilo narrativo es común que terminen tomando cada línea temporal como reintentos dentro de una meta, mientras que aquí aunque temporalmente sea cíclica esto lo afronta de forma lineal; detalles como que Nadia le coja miedo a las escaleras o que los propios personajes se centren más en buscar respuestas que en intentar sobrevivir, me parecen brillantes.

He disfrutado mucho Russian Doll, no ofrece una excesiva diversión para aquellos que busquen una comedia alocada con viajes en el tiempo, ofrece 8 episodios con un ritmo agraciado en los cuales usando una trama entretenida disecciona a un par de personajes tan dispares como lo son Nadia y Alan.