Review Legacies: Some People Just Want to Watch the World Burn

Review Legacies: Some People Just Want to Watch the World Burn

Segundo episodio de Legacies, y mantiene las sensaciones positivas que transmitió su piloto, si bien ninguno ha sido brillante. Poco a poco, la serie va construyendo su camino y nos muestra sus bazas desde el principio, como quedó patente la semana anterior. Sabemos a lo que nos atenemos cuando comenzamos a ver un capítulo de Legacies: hormonas adolescentes en plena efervescencia, con toques de la mitología que ha ido construyendo Julie Plec durante casi una década. De momento la mezcla va saliendo bien, pero ya le encuentro pegas.

Es algo que ya me ha pasado esta semana y también la anterior, pero con Arrow. Todo lo que rodea a Oliver me tiene enganchado, junto a un par de elementos más, pero cuando se centran en el resto de personajes, desconecto. Aquí en Legacies me tienen ganado con Hope y Alaric, y todo lo que les envuelve, pero el resto de chavales me importan más bien poco. La parte de la joven Mikaelson ha tenido cosas muy interesantes, que luego comentaré, pero es que la de las hijas de Alaric y el resto de jóvenes de la escuela Salvatore ha sido relleno del malo.

Entiendo el enfoque que quieren darle a esa parte del episodio. Se trata de las hijas de Jo y Alaric, que van a tener su importancia durante la serie, como es lógico y normal, tratándose de unas brujas de un linaje como el Gemini, tan poderosas como peligrosas, y más aún en las edades en que las estamos conociendo. Estas chicas deben tener su cuota de pantalla y su relevancia dentro del escenario global de la serie, está claro. Pero mientras adquieran un mayor peso en el contexto general de esta primera entrega, creo que el camino va a ser tortuoso, más centrado en sus dramas adolescentes que en otra cosa. El hecho de que en el piloto Jo ayudara a Hope a encontrar a Landon me da esperanzas de que sus tramas terminen confluyendo, aunque ahora mismo, las jóvenes Saltzman no estén especialmente unidas que digamos a la joven Mikaelson.

Tampoco me dice nada MG, el joven vampiro que pretende ganarse el cariño de Lizzie, aunque vaya más perdido que un pulpo en un garaje. Por supuesto, ayudado por Penelope, un personaje que pulula por la escuela Salvatore, objeto de miradas y desprecios varios por las hermanas Saltzman, por una ruptura que no parece nada amistosa entre Jo y ella. Me temo que ese tema se tocará en un futuro, bien en forma de flashback, bien en forma de explicación más detallada de lo que pasó, o al menos habrá más alusiones al tema. Digo pulula, porque por ahora no ha hecho más que marear la perdiz por aquí y por allá, sembrando discordia y yendo a su bola, quizá con un plan ulterior que está por ver, o simplemente porque el personaje está enfocado a ser la tocapelotas de la serie, hasta que decidan qué hacer con ella. Tyler Lockwood en The Vampire Diaries fue un personaje que, inicialmente, era insoportable. Pero tengo que reconocer que evolucionó muy bien con el paso de las temporadas, gracias a sus transformaciones durante la serie. Podría decir lo mismo de Caroline, que me sobraba mucho al comienzo, y cuando pasó a ser una vampiresa, su rol dentro de la ficción ganó bastante. Creo que muchos de estos chavales pueden acabar jugando un rol mayor en Legacies, como lo hicieron en su día otros secundarios en sus series predecesoras, pero por el momento, son más comparsa que otra cosa, y toca tragar con la dosis teen semanal que nos ofrece el spin off.

Todo lo contrario que la trama de Hope y Alaric. Ellos son el mayor interés de la serie ahora mismo, y desde la sala de mandos de Legacies lo saben. El foco de atención ha estado en encontrar a Landon tras el incidente del primer episodio, en el que, aparentemente, había provocado un incendio que había acabado con la vida de todos los pasajeros del autobús en el que viajaba. Ya comenté la semana pasada que Landon en todo esto me parecía más víctima que autor, y así ha terminado siendo. Resulta que el incidente del autobús lo llevó a cabo, ni más ni menos… que un dragón. Sí, un dragón, con una apariencia humana, pero esa criatura mítica al fin y al cabo. Sobre las escenas que tenemos al animal en pantalla, tengo que decir que han mostrado un dragón bastante digno para tratarse de The CW, con un presupuesto notablemente inferior al que manejan en Game of Thrones, por ejemplo; es normal que no luzca tan bien como Drogon y compañía, pero comparándola con series como Once Upon a Time, con sus efectos especiales cutres y penosos, lo cierto es que lo visto en el episodio de hoy de Legacies dignifica un poco más el trabajo que realizan desde una cadena que, año tras año, se reivindica, ofreciéndonos productos la mar de entretenidos, sin más pretensiones que otras cadenas network con series más ambiciosas.

Quizá lo mejor de esta parte haya sido ver a Alaric y sus interacciones con Hope, como maestro y alumna, siendo más que evidente los guiños a Giles y Buffy a los que también aludí en la review pasada. Dudo que lleguen al nivel de estos, pero que pueden conseguir una gran conexión y que hay química entre ambos actores, es más que evidente. De momento, estoy muy satisfecho con lo que nos han mostrado en estos dos primeros episodios con ellos, y su vínculo puede ser uno de los puntos fuertes sobre los que se cimente la serie; y si las bases son tan sólidas como lo que hemos visto hasta ahora, le auguro un buen futuro a esta parte de la ficción. Además, ha habido alusión a algo que querría que la serie explorara y que también comenté el pasado episodio: que Hope no es la típica chica buena.

El legado de los Mikaelson no es fácil de llevar, ya que estamos hablando de la familia más temida por todas las criaturas sobrenaturales a lo largo de la historia, con Klaus, su padre, como la amenaza más grande que ha caminado sobre la faz de la Tierra. Ante ese nivel de oscuridad que albergaban todos los miembros de la familia Mikaelson, es evidente que Hope no va a estar exenta de esa parte malvada. Hoy hemos podido ver reflejos de esa actitud que tenía su padre, dicho de boca del propio Alaric. Ya en el piloto con la práctica de magia negra lo pudimos ver, y ese deseo de venganza hacia Landon no hace más que confirmar que Hope es una patata caliente, que depende de por dónde vaya, puede ser muy bueno o muy malo para el resto del mundo. Hope es un arma de destrucción masiva en potencia, que si termina yendo por el mal camino acabaría por convertirse en una amenaza mayor de lo que lo fue su padre, pero si sigue por el buen camino, puede ser una herramienta formidable para hacer el bien. Legacies hace bien en ahondar en esta dualidad, porque es un elemento que puede dar muchísimo juego en el futuro si se trata con cuidado y mimo. La joven Mikaelson es el centro de nuestra historia y la forma en la que están construyendo al personaje me convence a día de hoy. Tiene el potencial de ser uno de los mejores que han ofrecido los diez años de universo vampírico en The CW. Falta ver si se rubrica en el futuro, o se queda en un parecía que sí.

Dos capítulos dan para muchas cosas, o para pocas, dependiendo de lo que la serie en cuestión quiera aprovechar los minutos de metraje de los que disponen. Por ahora, Legacies tiene más luces que sombras, con dos episodios que se me han pasado volando, y eso es un punto a favor, ya que si se sumiera en el tedio, la cosa no pintaría bien. Nos vemos la semana que viene con más aventuras de Hope y compañía.

PD: Podéis ver en nuestro canal de Youtube el programa sobre el universo vampírico de The CW.