Review The 100: Eden

Review The 100: Eden

Comenzamos la temporada y damos comienzo, también, a las reviews de esta fantástica serie. Me encantaría que siguierais las reviews de casaspammer y me encantaría, también, que la quinta temporada sea digna del altísimo nivel mostrado en la premiere.

La serie terminó la cuarta temporada con un brutal salto al vacío … que podía salir bien o podía salir mal, que daba a la ficción un nuevo aire y la dotaba de nuevas dinámicas y potencialidades. Terminamos la temporada pasada con un desastre nuclear que obligaba a nuestros personajes a pasar un lustro bajo tierra en un búnker o sobre el planeta, en los restos del sistema de naves espaciales en donde nacieron. En el cliffhanger de la season finale, vimos a Clarke cinco años después del desastre, acompañada de una niña y mirando con inquietud el transporte de unos extraños visitantes.

En este episodio repasamos los momentos posteriores al Praimfaya y vemos a Clarke sobrevivir en soledad, pero a su vez, ser consciente de cuanto desea la compañía de otras personas. Clarke no necesita a nadie, no necesita a su madre pero la quiere, como comprobamos en el momento en el cual arremete contra lo que queda de la entrada del búnker. No necesita a sus amigos, pero los añora. Es una mujer autosuficiente e independiente, capaz de cuidarse a sí misma en cualquier circunstancia, pero termina adoptando a una niña y convirtiéndola en su hija, mientras no deja de pensar en recuperar a su familia y amigos.

Madi se nos presenta como un personaje tan salvaje como entrañable, es capaz de emboscar a Clarke pero incluso cuando parece una niña terrorífica podemos entrever su corazón repleto de energía positiva. Es interesante la imagen que tiene Madi de Octavia, es muy interesante que se explore la idea que los personajes tienen de otros personajes a quienes no conocen.  También es genial ahondar en los paralelismos entre la relación de Clarke con Madi y su relación con Abigail, o incluso en las similitudes entre el amor fraternal de Bellamy y Octavia y la relación entre Madi y Clarke. Será muy enriquecedor explorar hasta qué punto los personajes actúan de una forma u otra cuando se trata de salvar a quienes cuidan y la aparición de la niña aporta muchísimo en este sentido. Además de servir como conexión al mundo previo al Praimfaya si en algún momento la serie quiere retomar el poder de las personas con nightblood.

Creo que es un acierto que gran parte del episodio se centre en Clarke, siguiéndola en su viaje personal hacia una madurez emocional mucho más sólida que la adolescente permanentemente cabreada que dejamos atrás en la cuarta temporada. Uno de los momentos culminantes es la escena en donde se derrumba en un paraje desierto, consciente de haber perdido todo lo que alguna vez le importó. La escena es magistral y Eliza Taylor hace un trabajo deslumbrante. De algún modo, los guionistas quieren enfatizar el estado de desesperación de la joven: sin familia, sin amigos, sin motivos por los que luchar o vivir está dispuesta a suicidarse. Pero entonces aparece un elemento algo mágico, muy del estilo de Jaha y Clarke termina encontrando el Edén. La secuencia sirve como elemento simbólico de renacimiento, la vieja Clarke muere desesperada y deja su sitio a la nueva Clarke, una mujer mucho más sabia, madura, templada. Con el claro símbolo del agua, la heroína se baña para emerger libre y limpia de los errores del pasado. Es Clarke y nuestra Clarke es una superviviente nata y una luchadora, pero con todo lo que ha aprendido es mucho más poderosa.

Su fortalecimiento como heroína se dibuja mientras la serie hace un repaso al mundo que conocíamos de The 100, el universo anterior al Praimfaya. Los restos de Polis son un recordatorio de los Grounders; Clarke con el trono sirve como un halago a la memoria de Lexa. Los restos de Arkadia nos recuerdan los intentos de las personas del Ark por mantener una vida pacífica en la Tierra, la carta de Jasper a Monty sirve para culminar la despedida que se merece el personaje y la música de Maya refuerza ese sentimiento.

Mientras tanto, en el espacio, los supervivientes no han evolucionado nada. Y si Clarke es otra persona distinta, sus amigos siguen siendo los mismos. Monty y Harper siguen enamorados; Murphy sigue siendo un inadaptado que ha saboteado su relación sentimental al igual que el resto de parcelas de su vida; Emori en su afán de sobrevivir ha encajado perfectamente en el grupo y es súper amiga de Raven; Bellamy es el líder tal como era de esperar, tiene una relación con Echo, tal como era de esperar y está deseoso de contactar con su hermana… Ni la más mínima sorpresa.

Lo que sí es una sorpresa es la nave Eligius. Está gente vienen del espacio, no los conocemos y no parecen amigables. Ivana Milicevic me encanta y estoy deseando ver su aportación a la serie, sus dos compañeros también pintan interesantes y creo se abre una trama interesantísima con estos personajes que han enturbiado la paz de Clarke y Madi.

El episodio ha estado muy bien y espero que la temporada siga la estela. Hasta el momento The 100 ha mantenido bastante calidad y tras la premiere de la quinta temporada, parece que la ficción sigue en un perfecto estado de forma.