Review Game of Thrones: Beyond the Wall

Review Game of Thrones: Beyond the Wall

Beyond the Wall está dirigido por Alan Taylor, quizás algunos no reconozcáis el nombre, así que permitid que os refresque la memoria:  Alan Taylor fue el director de cabecera de la serie a lo largo de las dos primeras temporadas. Suyo es el famoso Baelor y otros tanto episodios excelentes de los dos primeros años de Game of Thrones. Después saltó al cine y se alejó de la serie, pero ha vuelto con  Beyond the Wall y lo ha hecho a lo grande, con un episodio que tendrá sus más y sus menos, pero cuya dirección es impecable.

En contra de la opinión mayoritaria, creo que hemos visto un episodio con una narración fluida y bien llevada. Creo que ha sido lo suficientemente pausado para resultar apetecible y no comparto la idea general de estar ante un episodio excesivamente rápido. Beyond the Wall  está bien dirigido, no va a trompicones y sigue una línea lógica y coherente, alternando las escenas en la nieve, con otras de las niñas Stark y una leve aproximación a las preocupaciones de Tyrion.

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Es cierto que la serie ha ganado impulso, tiene cada vez más ritmo, la narración es mucho más ágil, parece que la recta final de la serie ha quedado desprovista del tono pausado de las temporadas anteriores. Creo que esto es muy bueno, a pesar del detalle de que pasan tantas cosas que no nos da tiempo a asimilarlas, pero me refiero a una asimilación subjetiva de las cosas que nos importan y no a un defecto en el desarrollo de la serie. Y desde luego, no creo que esos defectos sean especialmente perceptibles en este episodio en particular.

Me encantó la primera imagen del episodio, la foto en la cual pasamos del tablero de guerra de Rocadragón al mundo real. Es un juego precioso que aún mapa, mito y realidad, tres elementos esenciales de la serie. Inmediatamente después pasamos al momento en el que nos quedamos en el episodio anterior:  el fondo nevado y un reducido grupo de hombres rodeados por la naturaleza del silencio. Un placer excepcional reunir a siete personajes con nombre en una situación de tal peligro, también los acompañaban algunos red shirt cuya única contribución ha consistido en morir, pero ésta ha sido una de las pocas ocasiones en las que un grupo formado por personajes relevantes se enfrenta a un destino tan brutal como el Hielo y sus habitantes. Sabíamos que alguien iba a morir, personalmente pensé que morirían varios, incluso barajé la idea de que sólo sobrevivieran Jon y el Perro, que son los únicos a quienes les esperan momentos relevantes.

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La secuencia es sobrecogedora, cualquiera de los personajes podría haber muerto y todos los espectadores lo sabíamos, los guionistas nos llevan a creer que nos despediríamos de Tormund, a quien habíamos visto momentos antes suspirar por Brienne. O quizás asistiéramos al último suspiro de Jorah, un hombre a quien llevamos viendo muerto desde la segunda temporada… aunque sobreviva a todo. Hubiera sido sorprendente, pero no absurdo, matar al Perro, enfrentándolo a su temor al fuego por última vez. Y Thoros y Beric era casi seguro que no sobrevivirían. Finalmente sólo muere Thoros, dejando a los demás sin la posibilidad de volver de la muerte en forma humana. Recordad que Thoros y Melisandre son los únicos personajes, que hayamos visto, capaces de devolver la vida a los muertos. Lo que hace el Rey de la Noche no es devolverlos a la vida sino utilizarlos como armas mientras continúan estando muertos.

En la parte más angustiosa del episodio tenemos a ese grupo de personajes rodeados por muertos literales y por la presencia de la muerte propia como destino ineludible. De hecho creo que es un giro de guión inesperado que no muera ninguno más. Es difícil creer que tras una pelea como ésta terminen todos vivos, pero cualquier otra muerte hubiera quedado difuminada y rápidamente olvidada, pues lo que viene a continuación sí que es inesperado, demoledor y terrible: quien muere es Viserion.

Viserion vuela por última vez mientras su sangre le abandona, derramándose por el hielo, enfriándose mientras cae, despidiéndose del fuego para caer al agua helada. La interpretación de Emilia no ha sido tan emocionante como debería, pero incluso así, la actriz ha sido capaz de expresar con su mirada la incredulidad y el dolor que estaban aplastando su corazón en ese instante.

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Viserion ha sido asesinado, su cuerpo ha sido profanado y será utilizado para ejercer daño por unos seres malvados que quieren acabar con los humanos.  La pérdida de Viserion no tiene ninguna parte positiva, pero a efectos del disfrute de la serie debemos ser conscientes de que tenemos a un dragón en el bando más peligroso de todos. Un dragón con una fuerza suficiente para derribar al menos un trozo de muro. Y esto puede estar muy bien, pues aunque sea doloroso mirar a ese dragón muerto con ojos azules, estaremos mirando ni más ni menos que a un dragón muerto volando y quizás el Rey de la Noche vaya sobre él… Reconozcamos que pese al dolor por la pérdida, lo que se avecina no pinta nada mal.

También hemos conseguido que la Khalessi vea el peligro que acecha al norte y aprenda de una maldita vez que no es indestructible. Si unimos esto a los descubrimientos que han hecho nuestros hombres mientras estaban acorralados en el lago, vamos sumando puntos para el bando de los que sí respiran.

Ahora comprendemos mejor el mecanismo de los White Walkers, si matamos a un sujeto, estamos deshaciéndonos automáticamente de ese sujeto y de todos los muertos reanimados por él. Entendemos que hay una jerarquía por la cual si matas al White Walker desaparecen los muertos que se le asocian. Por lo tanto y en base a esto, Jorah y Beric llegan a la conclusión de que matando al Rey de la Noche estarían deshaciéndose indirectamente de todos los muertos andantes.

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Personalmente no me gusta la idea por dos razones: la primera es que los White Walkers son una raza cuyas reglas desconocemos y por lo tanto acepto cualquier cosa, pero quiero suponerles cierta relevancia y no quiero que sean tan simples que den risa. Me resulta muy absurdo pensar que matando al rey desencadenemos un efecto dominó que acabe con todos los White walkers y por ende también con los muertos. Me parece tan fácil que roza lo ridículo, porque si fuera así, con un poco de suerte y una flecha con punta de vidriagón cualquier salvaje podría haber acabado con ellos hace mucho tiempo. La segunda razón es que no quiero que la batalla final que llevamos tantos años esperando se resuelva en un duelo entre dos reyes en una loma. Quiero ejércitos contra ejércitos y dragones contra dragones, quiero movimiento, dolor, destrucción. Quiero una batalla digna de un gran adversario. Y sí, asumo que entre todo el caos de la batalla, algún personaje principal matará al Rey de la Noche, pero me parecería muy triste que en ese momento todos los demás White walkers se desvanecieran y se extinguiera una raza. Prefiero que sean vencidos, se marchen y la amenaza permanezca siempre ahí.

Antes de quedar atrapados en el lago, los siete personajes mantienen algunas conversaciones interesantes que sirvieron de gran inicio al episodio porque nos fueron mostrando lazos de hermanamiento y camaradería entre unos hombres que se dirigían a morir. Por un lado aportó un toque fresco ver a Tormund decir tonterías sobre los guerreros ejemplares que engendrará junto a Brienne y al Perro gruñir. También fue divertido que Gendry se sintiese dolido con la Hermandad, por eso de haberlo entregado a una sacerdotisa que quería desangrarlo en un ritual, conversación que termina cuando le echan la bronca por quejarse cuando las cosas no le van tan mal, de hecho no lo han matado ni una sola vez, cosa que no pueden decir todos los de su grupo.  El diálogo de Jon y Jorah al respecto de la espada Longclaw es más profundo. Ambos hombres hablan del padre de Jorah, un guardia de la noche que murió injustamente y a quien Jon respetaba más de lo que le respetó su verdadero hijo. Jorah le pide que se quede con la espada de su padre y que se la pase a sus herederos… de manera que la espada será para los hijos de la mujer a la que Jorah ama, dejando así un importante legado hacia los hijos de Daenerys.

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Jorah piensa que Daenerys no puede tener hijos pero los espectadores no somos Jorah y podemos asociar este comentario con otros que también han tenido lugar en el episodio.  En un par de ocasiones es la misma Daenerys quien repite que los dragones son y serán sus únicos hijos, mientras que Tyrion hace varias referencias al hecho de que los ideales de Daenerys no deberían morir con ella. Tyrion cree que Daenerys no puede tener hijos y sugiere que el heredero sea nombrado mediante algún otro mecanismo (conociendo a Tyrion y sus ansias de modernidad cualquier día nos planta un sufragio universal). Las repetidas alusiones al hecho de que la khalessi no puede tener hijos, probablemente significan que pronto quedará embarazada y  puesto que es imposible que quede embarazada de forma normal, suponemos que será un hombre con un componente mágico quien consiga el milagro, por lo tanto podemos adivinar que Daenerys quedará embarazada con la intervención mágica (y la carnal también) de Jon.

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Al final de este episodio Jon y Dany finalmente se muestran el amor que se profesan, Daenerys se derrumba frente a Jon y comparte el dolor que le causa la pérdida de su dragón. La muerte de Viserion es para Dany mucho más dolorosa que la eventual ausencia de Jon, cualquier espectador que crea que los guionistas apuntan a otra cosa no se está enterando de nada. Viserion es un hijo amado,  Jon es un aliado político por el que ha descubierto sentimientos románticos, pero eso no es nada comparado con el amor de una madre a un hijo. Y en este episodio precisamente recalcan en más de una ocasión la fortaleza de ese vínculo materno. Dany espera a Jon, pero tened en cuenta que la forma en la que expresa su amor por él es haciéndolo partícipe de su dolor como madre.

A Jon lo salva un deus ex machina interpretado por Benjen Stark, un tipo a quien apostaría que la mitad de los espectadores no saben quién es. Así que, a esa mitad les indico que este señor es el hermano de Ned Stark, un guardia de la noche a quien Jon admiraba de niño, lo conocimos en la primera temporada, y aparentemente lleva paseándose por el hielo eterno estos años, esperando a que su sobrino estuviera al borde de la muerte para así poder salvarlo y sacrificarse por él.  Ahora bien, a mí me ha encantado verlo, pero es algo muy personal.

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La trama de Sansa y Arya no podría aburrirme más, no termino de entender qué relevancia tiene a estas alturas una pelea entre hermanas, así que ruego a los dioses nuevos y antiguos que el desenlace de estas disputas infantiles no sea tan absurdo como el desarrollo de las mismas y pase algo. Ese «algo» podría ser la muerte de una hermana a manos de la otra, pero es algo que me parece demasiado fuerte incluso para los guionistas de Game of Thrones. Arya odia a Sansa y no tiene ni la más mínima idea de lo complicado que es el Juego de Tronos y la ilusión de las lealtades. La pequeña Stark vive en un mundo pequeño, pese a haber recorrido miles de kilómetros y no sabe nada del mundo de la diplomacia, ha estado demasiado lejos de la acción real como para enterarse de algo y cree que las líneas de una carta significan lo que las palabras dicen. Su sugerencia de mostrar la carta a los norteños es ingenua, propia de un pensamiento simplista infantiloide, que cree que las cosas son blancas o negras y las personas buenas o malas. Si hay algo que probablemente sea cierto, Sansa está disfrutando llevando las riendas, pero no comparto con Arya la idea de que Sansa sea una amenaza para Jon. Si Arya ha aprendido a manejar la espada, Sansa ha tenido los mejores maestros en el manejo del poder. Sabe que no tiene que ser como Ramsay o Cersei, sabe que debe aprender de Petyr y quizás este acercamiento con Meñique pueda ser peligroso para Arya.

Arya mira a su hermana y ve a una niña que quería ser una gran dama convertida en gran dama, no tiene ni la más remota idea del recorrido de Sansa. Por su parte, la hermana mayor, al mirar a la pequeña ve a una niña salvaje que no entiende de política. Desgraciadamente, Arya está parcialmente equivocada y Sansa tiene algo de razón. El problema es que Petyr es quien está aprovechando estas disputas. Espero que ninguna de las hermanas mate a la otra, pero de la pequeña Arya puedo esperarme cualquier comportamiento irracional y la mayor se ha ganado mis sospechas cuando ha mandado lejos a Brienne.

Os recuerdo que la semana próxima veremos el último episodio de la temporada y aunque históricamente, el mejor episodio siempre ha sido el penúltimo,  esta temporada está siendo diferente a las demás y estoy segura de que la semana que viene tendremos algo muy especial.

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