Review Game of Thrones: The Queen's Justice

Review Game of Thrones: The Queen’s Justice

Un episodio de repleto de buenas conversaciones, rápido y ágil en cuanto a la trama y que va al grano en casi todas las escenas. Personalmente estoy de lo más satisfecha con lo que nos han mostrado en The Queen’s Justice, y me encanta que la serie esté cogiendo ritmo en esta recta final. No sé vosotros, pero yo echaba en falta los diálogos inteligentes que eran tan comunes en las primeras temporadas y hoy me lo he pasado genial con algunas de las muchas conversaciones que hemos tenido, las cuales, unidas a la muerte de un personaje querido han terminado por dibujar un grandísimo episodio.

Por fin el enano vuelve a mostrar su inteligencia y perspicacia en los diálogos. Tras su exilio de Westeros, pensé que se había vuelto mudo e idiota, pero parece que se confirma que sólo es lo segundo, porque mudo no es, pero su supuesta inteligencia no hace más que sumar derrotas a la causa que defiende. Si la semana pasada vimos a los barcos de Euron acabar con lo que quedaba de Dorne y la con facción del kraken de Yara Greyjoy, esta semana han humillado a nuestra amada reina (asumo que todos queremos que Cersei sea sustituida por Dany) en dos frentes. Por un lado, hemos tenido el asalto a Roca Casterly, el bastión inconquistable de los Lannister, que ha sido prácticamente entregado por los propios Lannister a las manos enemigas. Los inmaculados han terminado por conquistar lo inconquistable, pero haciéndolo han perdido su flota y se han auto condenado a un asedio, pues las bodegas están vacías y los inmaculados no podrán abastecerse dentro de la fortaleza, además no tienen ni barcos en los que huir por mar, ni la temeridad para huir a pie, ya que no conocen el terreno de este territorio enemigo. Y por cierto, la culpa vuelve a ser de Euron, quien se está convirtiendo en mi candidato número dos para una muerte tan dolorosa como ridícula (el uno es Cersei), pues aunque el plan sea de Jaime, el maldito pulpo es quien tiene la flota.

La caída de Roca Casterly con la voz en off de Dinklage me parece un recurso de lo más interesante si no tienen el presupuesto suficiente para una batalla épica, que no tienen, sobre todo si consideramos que habrá al menos una batalla en cada uno de los episodios restantes. Sabemos que aunque las batallas son vitales, el verdadero juego de tronos se desarrolla en los salones de palacio y eso es mucho más fiel al espíritu de la serie, por ello, en un salón Tyrion ha narrado los hechos que veíamos y aunque las imágenes no han sido muy ricas, creo que han aprobado en la primera batalla sin batalla deThe Queen’s Justice. La utilización de un pasadizo para las putas y un picadero para hacer caer el asentamiento principal de la casa Lannister me parece genial, es algo así como gritarle a Tywin Lannister que el maltrato al que sometió a su hijo ha dado sus frutos. También me ha encantado ese Give me ten good men and I’ll impregnate the bitch, que ha soltado Tyrion citando a Bronn.

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Y precisamente Bronn, acompaña a Jaime y al padre de Sam a Altojardín, donde los Lannister machacan a los Tyrell bajo la mirada de Lady Olenna y sobre la melodía de las lluvias de Castemere. También ha sido un combate sin escenas de combate, pero creo que no las necesitábamos porque hemos tenido más que suficiente con ese – It’s done. – It is. – Did we fight well?. – As well as could be expected. La conversación completa entre Jaime y Lady Olenna ha sido una maravilla, Jaime ha demostrado su valía como militar y su compasión como hombre y Lady Olenna ha mantenido su dignidad y coraje hasta el último aliento. La mujer ha estado lanzando veneno verbal a Jaime linea tras linea, como si ella fuera la vencedora y no la vencida que termina bebiendo el veneno letal. Me quedo en particular con el divertidísimo: There are always lessons in failures. que usa Jaime para explicar porque imita a Robb y la sarcástica respuesta de la abuela Tyrell – Yes. You must be very wise by now. Aunque lo que más daña a su oponente, es la asunción de la culpa por el asesinato de Joffrey. La mujer se asegura de que el veneno que está consumiendo le proporcionará una muerte indolora y después, sin mostrar el más mínimo atisbo de arrepentimiento, comenta tranquilamente que no sabía con exactitud los efectos del veneno con el que mató al rey psicópata. Los espectadores ya sabíamos de su participación, pero Jaime no lo sabía y por eso la revelación ha sido tan maravillosa, sobre todo cuando la mujer termina con un magistral – Tell Cersei. I want her to know it was me -.

Otra persona que se despide del mundo a causa del veneno es la serpiente de arena que quedaba viva. La escena que comparten Cersei, Ellaria, el maestre Qyburn y la hija de Ellaria y Oberyn es larga, aburrida e innecesaria. El único objetivo posible de mostrar a Cersei siendo mezquina en unas mazmorras es decirnos que Cersei es malvada, pero eso es algo que ya sabemos y no me parece necesario repetirlo a estas alturas. Si, por el contrario, la idea fuera recordarnos que la odiosa reina se mueve impulsada por la venganza, estarían repitiendo un concepto ya caduco, pues no le quedan hijos, ni le quedan muchos elementos para completar su venganza. Además, parece claro que Cersei mira más allá de la muerte de los asesinos de sus hijos. La escena es larga y aburrida fundamentalmente porque no conocemos esas personas, no nos hemos encariñado con estas mujeres de Dorne y en una serie como ésta, donde está muriendo gente a cada instante, nos sentimos indiferentes ante el dolor y muerte de los personajes a los que no conocemos.

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Aunque la trama de Desembarco ha tenido sus puntos negativos, también ha tenido sus puntos fuertes, como Euron siendo asquerosamente grosero con Jaime preguntándole por cómo tratar a Cersei en la cama; o la reunión de la reina con la banca, pues parece que el Banco de Hierro de Braavos se presenta ante la reina a exigirle que pague sus deudas, pero terminan en buenos términos. En otros lugares, hemos tenido a Sam sin hacer nada escatológico, la definitiva recuperación de Jorah y unas muy interesantes líneas compartidas por Melisandre y Varys, que se despiden con un funesto vaticinio: en algún punto les espera la muerte y no se encuentra muy lejos de donde están.

Pero el plato fuerte del episodio ha sido la reunión del hielo y fuego. Después de una espera de siete años, por fin vemos a Jon y Daenerys cara a cara …. y por cierto, la cara de Jon cuando vea a Daenerys por primera vez, no es lo que yo esperaba: Kit se limita abrir mucho los ojos y expresar poco, como casi siempre hace el actor. .

Me ha encantado que hayamos abierto el episodio con la llegada de Jon y Davos, no nos han mareado con preliminares, queríamos ver a Jon hablando con Daenerys y nos lo han mostrado enseguida. Missandei presenta a Daenerys con toda la larga lista de gloriosos títulos y logros de su interminable nombre y Jon mira a Davos, Davos mira a Jon, titubea y dice: Jon Snow , para al rato completar con un escueto King in the North.

El momento con mayor fuerza es ver a Daenerys levantándose del trono y caminando hacia Jon con una intensidad impresionante y me ha dejado atónita como alguien puede decir que la han violado, encadenado, vendido y humillado y decirlo en un tono y con un discurso tan digno. Maravilloso.

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Ambos son buenas personas (sobre todo con los parámetros de Game of Thrones) y mejores líderes, sinceramente quieren lo mejor para la gente corriente y están decididos a lograrlo. Jon tiene razón cuando dice que nada importa más que la guerra con los White Walkers y Daenerys no está dispuesta a ceder y admitir que pueda existir algo por encima de la conquista de ese trono por el que lleva luchando tanto tiempo y que se ha convertido en su propósito vital. Puesto que los dos son líderes preocupados por el pueblo, valientes y decididos, terminarán poniéndose de acuerdo de algún modo.

Tyrion está volviendo a ser el que era, como hemos visto también en la magnífica conversación que mantiene con Daenerys sobre las revelaciones que les ha hecho Jon al respecto de la amenaza del norte, con la genial reflexión I’d very much like to believe that Jon Snow is wrong. But a wise man once said that you should never believe a thing simply because you want to believe it. The reason I believe Jon Snow is because he’s here. All of his advisors would have told him not to come. I would have told him not to come. And he’s here anyway. Además, me gusta mucho que Dany y Tyrion tengan en sus cabezas la semilla de que Jon resucitó, aunque aún no hayan dado forma a la idea. Por lo pronto, gracias a la genial intervención de Tyrion, Jon tiene el vidriadragón que necesitaba.

El encuentro ha colmado las expectativas y los dos personajes resultan tener química. Las conversaciones que mantienen son sólidas, ambos personajes se muestran seguros de sí mismos y de sus razones para ser quienes son y estar donde están. Ambos son lo suficientemente hostiles como para no doblegarse ante el otro, y a la vez lo suficientemente amistosos como para que no dejemos de albergar esperanzas de un acercamiento de índole amorosa, que solucionaría la unión de los reinos, sin necesidad de que nadie posase su rodilla … metafóricamente al menos.

Quien si se arrodilla es Cersei, y así mencionamos que la cuota erótica del episodio al menos ha tenido sentido, pues creo que hemos visto los hermanos compartiendo lecho muy pocas veces y no es algo baladí para la trama que la reina manipule y tenga secuestrado el cerebro de un personaje que podría no ser un cretino si no estuviera tan enamorado de su hermana. La evolución que experimentó Jaime junto a Brienne está ahí, escondida en alguna parte y posiblemente en cuanto perciba que Cersei pide sábanas nuevas cada vez que está con él porque no quiere que quede ni rastro de su olor (para ella o sus acompañantes), el Lannister entienda que está en el bando equivocado.

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Y mientras tanto, en el norte, Sansa está gobernando muy bien. Me parece enormemente interesante el contraste entre las dos conversaciones que mantiene Sansa en este episodio, por un lado Petyr, el hombre que desea conquistarla, verbaliza las ventajas de considerar cualquier escenario posible, prepararse para todo, tener previstas todas las eventualidades para así no quedar nunca sorprendido y luchar cada batalla en la mente mucho antes de que se produzcan. Petyr muestra sensatez al tener en consideración lo que puede ocurrir si ganan al ejército de los muertos, si pierden simplemente mueren, pero si ganan han de vivir en un mundo que ha estado construyéndose mientras ellos estaban preocupados por vencer a los white walkers. Después de esta conversación, Sansa habla con su hermano, quien literalmente puede verlo todo, preverlo todo, adivinarlo todo y luchar todas las batallas en su mente, las que se han producidoy  las que no. Es precioso el contraste. El reencuentro con su hermano ha sido bastante frío, en parte porque los espectadores no apreciamos tanto a Bran como a otros personajes, también porque Bran se ha convertido en el cuervo de tres ojos y no parece tener sentimientos y sobre todo, porque, quizás con buen criterio, en la serie siempre nos han mostrado a Bran al margen de los Stark, con una historia completamente independiente que casi nos hacía pensar que no era uno de ellos. Ha pasado algo similar con Arya, pero creo que simplemente Maisie Williams es tan espectacular que siempre la querremos hagan lo que hagan con Arya. Por cierto, me ha fastidiado no verla en esta episodio, estoy deseando descubrir si continuó su camino hacia Invernalia o si finalmente el reencuentro con la huargo la llevó a cambiar de idea.

Creo que es el momento de recordar que la temporada actual de Game Of Thrones está formada por siete episodios (de los que hemos visto tres) y la próxima temporada, octava y última, tan solo tendrá seis episodios. Por lo tanto, estamos a diez episodios del final de la serie. En la decena de capítulos restantes veremos el final de la guerra entre los hombres y como los supervivientes de esto, tendrán que enfrentarse contra el ejército de los muertos, en ambas pugnas son previsibles múltiples bajas. Así que asumamos que mientras el invierno termina de extenderse y antes de que la larga noche oculte la tierra, toca despedirse de todos aquellos jugadores que no estén ganando la partida: hoy ha sido el turno de la Reina de las Espinas, quien se ha marchado asestando un doloroso golpe a su adversario y ha abandonado el tablero con la misma elegancia con la que llegó, porque en el juego de tronos ganas o mueres.