Crítica: The danish girl

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The danish girl narra el drama de Lili Elbe, una mujer danesa que se sometió a una de las primeras operaciones de reasignación de sexo. Lili nació como un hombre, Einar, y llegó a ser un pintor de cierto renombre, pero tras convertirse en Lili abandonó la pintura porque no quería que Lili tuviera nada de Einar. Tuvo una vida complicada en muchos aspectos, aunque fue una pionera y quizás un símbolo. Desgraciadamente se sometió a cinco operaciones muy peligrosas y murió a consecuencia de estas.

La película no refleja la historia de Elbe tal como fue, digamos que The danish girl más que adaptar una historia real a la ficción, se basa en un libro de ficción que ya ficcionaba una historia real y encima se toma muchísimas licencias para hacer la trama más dinámica, más sugestiva, más amable y cómoda de ver. Pues, aunque por su temática podría ser un drama durísimo, lo cierto es que es una película muy bonita y agradable.

El vestuario es sensacional, la fotografía muy bien trabajada, todo el aspecto visual es magnífico: es una película luminosa, colorista, alegre. Y es maravilloso como recrea las ciudades europeas de los años veinte y la atmósfera tan liberal, esos ambientes tan progresistas y esos vestidos tan lujosos que nadie podría adivinar que eran el prólogo de una de las peores épocas que ha vivido Europa.

No es una película valiente, está hecha para gustar y gusta. La dirección es muy correcta, también muy preciosista, a Hooper le gusta hacer las cosas a lo grande y si la película resulta algo pomposa y pretenciosa no importa demasiado, porque el resultado es bastante bueno. Hooper no intenta arriesgar, va a lo seguro y le funciona muy bien. Quizás una historia como ésta podría haber dado pie a una película distinta centrada en el dolor y la angustia que debieron vivir Gerda y Einar cuando Lilli irrumpió en sus vidas desmontándolo todo y haciendo que se cuestionaran cosas que aún, hoy en día, casi un siglo después no se han superado. En The danish girl se pasa un poco por encima del dolor, el cual se intuye en muchas escenas, se menciona explícitamente en otras, pero la película no se centra en la pérdida, sino en el descubrimiento y nacimiento de Lili Elbe.

A pesar de contar con el ganador de un Oscar (el año pasado, por La Teoría del todo), Eddie Redmayne, el peso interpretativo de la película recae sobre Alicia Vikander, que interpreta deliciosamente bien a la esposa y amiga de Einar/Lili. De hecho, Vikander se luce tantísimo y ocupa tanto espacio de la película, que se convierte en una indiscutible coprotagonista y por lo tanto, es insultante y ridículo que este nominada al Oscar en la categoría de Mejor actriz de reparto. Es, claramente, una jugada para darle el premio a quien no lo merece presentando a la actriz contra una competencia teóricamente más fácil. Lo cierto es que Roney Mara también coprotagoniza Carol, así que espero que el premio recaiga para alguna de las otras tres nominadas.