La paradoja de American Horror Story, ¿es una buena serie o es una basura?

elsa

American Horror Story tiene un je ne sais quoi que me enamora, una belleza visual indiscutible, es atrevida como pocas y seduce con el encanto que sólo posee la locura. Y a la vez, tengo la sensación de haber perdido el tiempo después de haberme tragado enterita su temporada, cosa que no me pasa con The Fall o Kingdom, por citar dos temporadas que también han terminado hace poco.

Esta última temporada de AHS empieza sorprendentemente bien, luego decae, el mejor episodio de largo, es uno situado a mitad de temporada y totalmente alejado de la trama principal. Y en un momento dado… no sé muy bien cuando ni porque… todo se hunde en el caos absoluto y el espectador se queda con cara de bobo sin saber si ha visto algo bueno, brillante, mediocre o terrible.

A veces pienso que no termino de conectar con esta serie porque no puedo sumergirme del todo en el universo de referencias continuas a la cultura norteamericana. Mi mundo es otro, y quizás la serie está dirigida a un espectador muy concreto, con una memoria y un pasado muy alejados de las historias que me contaban mis mayores. Si bien, dudo que Ryan Murphy se enfoque en un público tan especifico, teniendo en cuenta que escribe para una cadena de un país tan grande y ecléctico como EEUU y que pretende vender la serie, y productos derivados, en el resto del mundo.

Además, no son sólo las referencias a EEUU lo que se me escapan, también me choca la falta de coherencia en la evolución de los personajes; la carencia de una linealidad lógica en la mayoría de las tramas o la malograda estructura de toda una temporada en la que terminas sin saber quien es el villano o cuál es héroe, pues a quien creías el bueno lo matan en un episodio al azar y a quien creías el malo lo matan en el siguiente o al revés… y en ambos casos son asesinados por personajes aleatorios, sin motivos aparentemente relevantes y sin que se deriven consecuencias algunas de ninguno de esos hechos. Lo único que tengo claro en esta serie es que Jessica Lange es importante, todo lo demás… pues ni idea…

Es una serie de terror y como tal, quizás no necesite de tramas más complejas y personajes más redondos, quizás no sea necesario pedirle más de lo que nos da. Quizás cumpla con su cometido siendo tal y como es. Pero a veces nos gusta creer que detrás de los ojos bellos de una chica guapa se esconde un corazón igual de hermoso. Con esta serie pasa lo mismo, es preciosa sí, pero está vacía.

Por otro lado, hay violencia en su justa medida, el amor que tiene que haber, muerte, amistad, envidia, secretos y un poco lo de siempre… aunque contado de otra manera. Es esa forma de contar las cosas lo que hace a esta serie tan extraordinaria: hay violencia aunque no hay gore, o rara vez hay gore, y sí lo hay lo utilizan de forma tan sutil que no puede ser considerado como tal. El uso del terror suele ser elegante, acompañado con una fotografía impecable y una música perfectamente cuidada para engrandecer cada escena.

La serie es una delicia visual: trabaja el colorido en cada toma, cada plano es especial de alguna manera, cuida al máximo todos los detalles y hay momentos verdaderamente espectaculares desde todos los ángulos. Pero en cuanto a la historia… pues no lo sé. Realmente no lo sé, aún no tengo claro sí he visto una maravilla, una porquería o una serie técnicamente bien hecha pero que no divierte demasiado porque no está del todo bien escrita. Simplemente no lo sé, pero sí sé que no estoy contenta con lo ofrecido con AHS: Freak Show.