Review Legends of Tomorrow: Necromancing the Stone

Review Legends of Tomorrow: Necromancing the Stone

Justamente la semana pasada me quejaba de que la serie necesitaba dar un paso adelante, hacer un salto cualitativo en la narración para darle vidilla en la recta final de una temporada que, para mi gusto, está siendo inferior a lo que vimos el año pasado. Y parece que me han escuchado, porque este decimoquinto episodio puede que haya sido el mejor de toda la temporada (salvando la parte correspondiente del crossover Crisis on Earth-X).

Si os paráis a pensar, solo hemos visto un escenario, o al menos solo ha habido un epicentro de la acción: la Waverider. En la nave han pasado los acontecimientos más relevantes del capítulo, y no se ha necesitado ningún alarde para ofrecer al espectador un entretenimiento de calidad y mejorar el nivel mostrado en la temporada. Y todo comienza como suele hacerlo en Legends, aparentemente bien, pero siempre se termina torciendo algo. En la mayor parte de casos el problema termina siendo nimio, sin mucha relevancia y de fácil solución. No obstante, esta vez los tripulantes de la nave temporal han tenido que hacer frente a la versión oscura de Sara Lance, que ha generado estragos, como era de esperar. Otra de las razones por las que este capítulo ha sido superior a todo lo visto este año es que ha recuperado el protagonismo el mejor personaje de la serie de largo, y la lucha interna de la capitana de la Waverider es algo que ha elevado el nivel del episodio.

Mientras el Team Legends trataba de resolver diferentes anacronismos en épocas distintas para impedir que Mallus continuase ganando poder, ya desde el comienzo vemos que a Sara parece estar pasándole algo. Si recordáis (y si no para eso tenéis el Previously de turno), la caja en la que guardaron el Tótem de la Muerte que custodió Elvis, se movía sospechosamente al final del episodio anterior. Aprovechando que la tripulación estaba fuera y solo estaban dentro de la Waverider Mick y Ray, el tótem comienza a llamar a Sara, apelando a su lado oscuro y tentándola para que se convirtiera en su portadora. Obviamente, la situación empeora seriamente, dado que Evil Sara prácticamente mata a Ray, y hubiera hecho lo mismo con Rory de no ser porque estaba durmiendo la mona plácidamente en otro compartimento. Como bien señala Wally poco después, deben hacer frente a una ex asesina poseída por Mallus, y para los que no conozcáis mucho del pasado de Sara, años atrás formó parte de la Liga de Asesinos, dirigida por uno de los villanos más importantes en el Universo DC, Ra’s al Ghul (y terriblemente representado en la tercera temporada de Arrow), y su alter ego era Black Canary, cuya manifestación presenciamos cuando Sara es tentada para portar el tótem. Por lo tanto, con las habilidades que habéis visto durante estas temporadas en Legends, pero sin el filtro o la pausa para no perder el control que ha mostrado en este spin-off, además de un par de truquitos proporcionados por Mallus, es con lo que se encuentran a su regreso el resto del Team Legends.

A partir de este momento, el episodio me ha recordado a películas espaciales de terror, en las que un monstruo anda suelto, y la tripulación van cayendo uno a uno a manos del mismo. La atmósfera está muy conseguida, y transmite esa sensación de peligro y tensión a la vuelta de cada esquina. Como decía, uno a uno van sucumbiendo ante Evil Sara, ya que logra meterse en las cabezas de cada miembro, apelando a su fibra sensible, por unas razones o por otras. Quizá el que mejor lo sobrelleva es Wally, que ante la aparición de su ex, Jesse Quick (personaje recurrente en The Flash), es capaz de plantarle cara y demostrarle que ha avanzado y que ha cambiado tras su ruptura; el problema es que Evil Sara le noquea con el arma anti velocistas. Zari también sobrelleva como puede la aparición de su hermano pequeño, aunque Sara también la neutraliza, y Nate cae estrepitosamente cuando su abuelo (al que conocimos la temporada pasada y que formaba parte de la Justice Society of America) se muestra ante él. Ante un panorama tan desolador, ¿cómo podrían salir de una situación así? La respuesta es con el regreso de John Constantine y con la intervención de Ava.

La agente, conocedora del atolladero en el que están metidos los integrantes del Team Legends, contacta con el demonólogo para que la ayude a salvar a Sara. ¿He dicho que me encanta Constantine? Me encanta Constantine. Nada como un británico carismático para mejorar lo que vemos en una serie. El exorcista trata de sacar a la capitana de la Waverider de la dimensión en la que está atrapada, pero fracasa en su primer intento. No obstante, todos los participantes en el episodio (tanto en la nave, como Constantine con Ava y Gary, así como Sara mientras se lo comenta Nora Darhk) llegan a una conclusión: para vencer al portador de un tótem, necesitas a otro que porte otro artilugio, ya que todos estos tótems que hemos conocido durante la temporada necesitan de alguien que lo lleve, como Amaya llevaba el suyo antes de que lo robara la hija de Damien Darhk, o Zari porta el del Viento desde que la conocimos. Al parecer, la sexta tribu de Zambesi era la guardiana del tótem de la muerte (como descubrimos la semana pasada), pero se alió con Mallus y el resto de tribus usaron su poder para encerrarlo en una prisión temporal, de manera que siglos después, el ciclo se inicia de nuevo y es necesario que haya seis portadores: Zari es la del Viento, Kuasa la del Agua, el Anansi era el de Amaya que ahora posee Nora Darhk y tras este capítulo parece que Sara es la portadora del tótem de la Muerte, o al menos es atraída por él. No obstante, nos faltaban dos vacantes: Tierra y Fuego.

Se suponía que Nate iba a portar el de la Tierra, pero fracasa de tal manera que no nos queda claro si realmente él es quien lo debe custodiar (no descarto a Ray). El que sí que ha encontrado uno a su medida es Rory, que adopta el poder del fuego (quién si no) y ayuda a detener a Evil Sara, lo justo para que Ava intervenga y con el poder del amor (estaba claro que iban a usar esa baza), la despierta de su letargo y la capitana vuelve a ser la de siempre. No obstante, tras todo lo acontecido, Sara decide poner fin a su relación con Ava para evitar que si la cosa vuelve a irse de madre, la acabe hiriendo, o algo peor. La decisión tomada al respecto me parece correcta. Si la relación va a avanzar en el futuro (hablo de una hipotética cuarta temporada), teñirla de rosa desde el principio no considero que sea lo más acertado, más que nada porque el estilo de Legends en ese sentido no ha sido así; para dosis de rosa tenemos a Barry y Iris y tuvimos a Oliver y Felicity (casualmente en la peor época de la serie). Esta serie, pese a tener clichés de series de The CW (algo normal), ha demostrado ser más madura en este aspecto, salvando la relación de Amaya con Nate que, casualmente, es de lo peor que tiene la serie en estos momentos. El hecho de que hayan cortado por lo sano la de Sara con Ava creo que es acertado, y si deciden juntarlas en el futuro, al menos, que haya un poco de drama de por medio. Sobre Constantine, es un auténtico placer verle de nuevo, y qué casualidad que los dos mejores episodios de lo que llevamos de año hayan contado con su participación. Por suerte, en el caso de una renovación por una cuarta temporada (algo que asumo que pasará), vamos a tener a Constantine como personaje regular, así que los fans de este personaje estamos de enhorabuena, porque formará parte del Team Legends en la próxima temporada (si la serie es renovada).

La serie necesitaba un episodio así para despertar de su letargo y ofrecernos un nivel similar a lo que disfrutamos en anteriores temporadas. Tras extender demasiado la búsqueda de los tótems, ahora parece que definitivamente aumentamos la velocidad y nos dirigimos hacia el final de temporada con el nivel que tanto yo como seguro muchos de vosotros demandabais de la serie. Tengo ganas de ver lo que sucede en el próximo episodio, y era algo que hacía tiempo que no sentía, por lo tanto, son buenas noticias.