Crítica: John Wick 2 Pacto de Sangre

Crítica: John Wick 2 Pacto de Sangre

Cuando se estrenó la primera parte pasó muy de puntillas por las carteleras, de hecho en España directamente ni se estrenó; sin embargo, el boca a oreja consiguió que cada vez más gente disfrutara de una de las películas de acción más locas y entretenidas de la última década gracias a plataformas como Netflix. El fin de semana pasado llegó, esta vez sí, a los cines la esperada segunda parte de “John Wick” y estas son mis impresiones.

Había un hype alto con “John Wick: Pacto de sangre” y no era sólo por el buen hacer de su predecesora, la gran cantidad de críticas favorables que traía a sus espaldas de plataformas como Rotten Tomatoes o Metacritic habían contribuído a generar más expectación si cabe por esta secuela. Muchas veces tener las expectativas tan altas termina siendo contraproducente, sobre todo cuando se es la sucesora de una seria candidata a película de culto, pero en esta continuación han logrado acertar en toda y cada una de las decisiones tomadas.

Volvemos poco después de donde lo dejó la anterior película, con John terminando de atar los cabos sueltos de su venganza contra la mafia rusa y preparándose para volver a su retiro, pero el río de sangre que desembocó desentierra deudas pendientes de su pasado como asesino, deudas que quieren ser cobradas. Si su predecesora fue una historia de venganza, en esta de forma inteligente la convierten en una de repercusiones. De forma muy hábil “John Wick: Pacto de Sangre” expande un universo del que sólo pudimos ver una mínima parte y sientan las bases de una película épica.

Aunque cambie un poco el estilo en cuanto a la trama, la cual está más elaborada en esta continuación, el film sigue manteniendo ese ritmo trepidante y esas magníficas escenas de acción desenfrenadas. Es difícil decidir cuál de las orgías de balas, muerte y destrucción es la mejor ¿La inicial?¿La de la sala del pasillo de los espejos (que es bestial)?¿La de los ataques a John? Todas son alucinantes, no obstante hay que señalar que la de Roma es un calco de una de la primera parte. Por lo general, muchas escenas de acción muy bien rodadas que van in crecendo durante todo el metraje.

En cuanto a interpretaciones no es una película que se preste mucho a este tipo de análisis, prácticamente todo el mundo cumple su cometido y por lo general nadie mancha el resultado final, aunque es una pena que Ian McShane no tenga tanto peso como el que cabría esperar.

Ya lo he comentado anteriormente, pero toda la expansión del universo la saga que se hace en esta entrega posiblemente haya sido uno de los detonantes por los que “Pacto de Sangre” haya conquistado a tantas personas. En “John Wick” teníamos una visión simplista de todo: el centro sobre el que giraba todo era un ex-sicario buscando a los asesinos de su perro, pero aquí han ido más allá y nos han mostrado el gigantesco inframundo del que se marchó el protagonista. Podemos ver el gran poder que tiene el Continental y porque todos los asesinos acatan sin rechistar sus normas, esa asociación global de mafias llamada La gran mesa, tradiciones inquebrantables como los propios pactos de sangre que dan título a la película. Toda una retahíla de elementos que dan mucha más profundidad a la historia.

Con “John Wick Pacto de Sangre” tenemos otro film de acción frenético que aunque pierde parte de su encanto al no disponer del elemento “Tú mataste a mi perro, prepárate a morir”, al ampliar tanto el mundo en el que ocurre sin perder las otras cualidad de su predecesora sale ganando en comparación. Película obligatoria para todo aquel fanático del cine acción.