Review The 100: Red Sun Rising

Review The 100: Red Sun Rising

Dirigido porAlex Kalymnios sobre un guión de Jeff Vlaming el episodio ahonda en las diferencias surgidas en este grupo de supervivientes compuesto por personas completamente ajenas entre sí. Red Sun Rising también nos muestra algo más de las nuevas historias y del planeta y al civilización que protagonizará la primera parte de la temporada.

La unidad es imposible entre los supervivientes, ahora están juntos, pero en sus corazones se sienten muy lejos los unos de los otros. Esto se demuestra tanto en el planeta, donde una toxina los enloquece enfrentándolos con sus demonios interiores, como en la nave, donde cuatro enemigos aparecidos de la nada hace que los personajes se enfrenten a lo peor de si mismos y de aquellos que los rodean.

Hay dos tramas diferenciadas: el planeta y la nave.

En la nave Octavia sigue siendo la líder derrocada; hay insurrección y malestar entre los supervivientes pues no todos llevan bien las decisiones de Octavia, supongo que lo mejor de todo esto no es verla pelear mientras Abby observa, sino ver a Jordan defender a sus padres cuando Octava acusa a Monty de cobarde. Ellos discuten y la nave está a punto de ser tomada por unos secuestradores de quienes no sabemos nada.  Raven opta por despertar a Diyoza y ambas junto a Madi neutralizan al enemigo. Lo interesante aquí es que los personajes descubran más de los habitantes de Sanctum y del hecho por el cual intentaron invadir la nave.

En el suelo los personajes luchan por mantener la cordura cuando una fuerza hostil se apodera de sus mentes. Clarke se enfrenta a la voz de su madre, que le repite una idea idéntica a la que le dice John antes de perder la cabeza, lo mismo que ella sabe de sobra: es un peligro para todos aquellos que la quieren. Clarke se escuda en el bien común, en lo justo, en lo que ella cree lo correcto, pero mientras que el peso de sus decisiones dejan en su corazón un poso de culpa, remordimiento y dudas, estas mismas decisiones se traducen en perdidas de vidas humanas, en muerte de seres queridos para otros. Murphy tiene razón al hacerla enfrentarse a si misma, y ella pide perdón y sigue adelante, a sabiendas de que volverá a sacrificar lo que haga falta (incluso a si misma) para lograr su objetivo. Verla al borde del suicidio nos coloca frente a una situación en la que la única persona capaz de cargarse a Clarke es la propia Clarke, o al menos así es como ella lo cree, no concibe un enemigo peor que ella misma.

Mientras tanto la alucinación de Bellamy lo llevó a creerse salvador de todo el mundo, Miller veía como los insectos hostiles de Sanctum lo devoraban y Echo sentía que nadie confiaba en ella y que aún sigue siendo una extraña para sus amigos, aún así, quizás por todo lo vivido, ella es la única que nota enseguida que está siendo presa de alucinaciones y decide inyectarse el tranquilizante. Siempre fue una mujer muy lista y decidida superviviente, así que no es de extrañar que sea la única que controle la situación y se vuelva loca persiguiendo a sus compañeros.

Finalmente las cosas se calman, más o menos, pero no sabemos cuáles serán las consecuencias de lo sucedido, aunque nos queda  descubrir qué hizo a Murphy inmune a la toxina y por qué está ahora medio muerto y con unas extrañas marcas negras por su cuerpo. Por un lado tenemos a Diyoza y a Madie en la nave, pese a que la nativa de Sanctum les repitió que había que deshacerse de los cuerpos de sus compañeros. Dudo que la serie los convierta en zombies, pero algo tendrá que pasar con esos cuerpos para que se conviertan en una amenaza. En tierra parece que no hay adultos y los niños que salieron de su escondite tras el eclipse pretenden ser salvados, aunque no sabemos de qué. La cosa pinta bastante interesante y espero que el misterio se resuelva en la próxima semana y veamos algo más de acción.