Game of Thrones: puesta al día antes de la temporada final

Game of Thrones: puesta al día antes de la temporada final

Solo quedan unos días para el arranque de la temporada final de Game of Thrones, y la espera entre temporadas ha sido la más extensa de la trayectoria de la ficción. De hecho, seguro que muchos de vosotros habéis aprovechado estos meses para poneros al día antes del comienzo de la octava, o incluso habéis vuelto a ver toda la serie, para llegar lo más preparados posible al principio del fin. Pero, tanto si habéis hecho esto, como si no habéis tenido tiempo, aquí os dejamos un resumen de lo que pasó en la séptima temporada, y así refrescaros la memoria a tiempo, cuando la producción de HBO regrese a nuestras pantallas.

El recorrido normalmente lo hacía pasando de un punto geográfico a otro, y así lo haremos de nuevo. Esta vez, las tramas se comprimieron, de forma que, por primera vez, no tenemos a ningún personaje principal en Essos, así que la acción se concentra en Poniente exclusivamente. Por lo tanto, centraré mi resumen en cuatro puntos fundamentales de la temporada: Invernalia, Rocadragón, el Muro y más allá y Desembarco del Rey. A partir de ahí, haré referencia a las tramas de los personajes que pasaron por estos enclaves. Recuerdo: es un mero resumen, no mi opinión sobre la temporada; ya comenté en su día en este extenso artículo, que podéis consultar si os apetece. Empecemos.

El hielo y el fuego se unen

Literalmente. En varias posturas. Y sin protección porque no existe tal cosa en este contexto. Bromas aparte, el encuentro que muchos fans estaban esperando desde que comenzaron a leer la saga o a ver la serie se produjo finalmente en la séptima temporada: Daenerys Targaryen y Jon Snow cruzaron caminos por primera vez, y su encuentro será clave para el devenir de Poniente.

El cierre de la sexta temporada nos dejó a la joven Targaryen dirigiéndose a su tierra natal, con una flota temible y con tres dragones increíblemente poderosos y fieros, por lo que el escenario podía preverse fácil para la aspirante al Trono de Hierro. Pero de eso nada.

Las ideas que salieron de la cabeza de Tyrion, recordemos, Mano de la Reina, terminaron por quedar en agua de borrajas, una detrás de otra. La famosa flota, que la componían dornienses (bajo el mando de Ellaria Arena y las hijas de Oberyn Martell), Greyjoys (dirigidos por Yara Greyjoy y Theon) y el ejército Tyrell, termina arrasada por las tropas de Euron Greyjoy, que pasa a servir a Cersei Lannister y neutraliza la fuerza marítima de Daenerys en cuestión de dos episodios, lo que limita enormemente sus opciones. En la refriega, Yara, Ellaria y su hija terminan presas y llevadas a Desembarco, donde Cersei mata a las dornienses, y las otras dos hijas de Oberyn son asesinadas por Euron. Ya no volvemos a ver a Yara, porque Euron se la termina llevando de vuelta a las Islas del Hierro, como prisionera. Theon concluye la temporada dispuesto a rescatar a su hermana de las garras de su tío, por lo tanto, tendremos pelea Greyjoy en la octava.

Con la pérdida de la mayor parte de sus naves, Daenerys intenta una jugada que tampoco sale bien: invadir Roca Casterly y quitársela a los Lannister. Jaime prevé este movimiento, y deja que las tropas de inmaculados consigan una victoria pírrica para el lado Targaryen, porque conquistan un castillo vacío, y se ven obligados a salir de allí como buenamente pueden, abriéndose paso entre tropas Lannister y medio continente. Mientras tanto, el hermano mayor de Tyrion dirige sus esfuerzos hacia Altojardín, donde acaban con los restos del ejército Tyrell y con Olenna, que le revela que fue ella la que asesinó a su hijo Joffrey, dejándonos una de las mejores escenas de la pasada entrega.

Sin mucho más margen de maniobra, la joven Targaryen se harta de quedarse al margen de la acción, y decide pasar a la ofensiva. Las tropas Lannister volvían hacia Desembarco del Rey con el botín de los Tyrell, oro con el que pagar las deudas de la Corona con el Banco de Hierro de Braavos, y de paso, asegurarse la alianza financiera para las guerras venideras. Por suerte para ellos, los carromatos con el pago llegan a la capital, pero no un grupo de Lannister que quedan en la retaguardia, comandados por Jaime y Bronn, junto a Randyll Tarly (padre de Sam) y su hijo Dickon.

Ellos son testigos del regreso al continente de los dragones, junto a la invasión por primera vez en la historia de la horda dothraki, todos bajo el mando de Daenerys, que arrasa todo a su paso con Drogon. La refriega Lannister-Targaryen nos deja uno de los mejores episodios de Game of Thrones, el 7×04, con una batalla espectacular (que fue rodada en España, por cierto) que le otorga una victoria a Daenerys y muestra a Jaime que su rival no debe ser menospreciada, viendo el despliegue de fuerzas que desata la joven en el campo de batalla. La Madre de Dragones sentencia a muerte a la familia de Sam, y con esto terminan las peleas humanas por el Trono de Hierro, suponemos, hasta la próxima temporada.

Entre tanto, Jon Snow, en su lucha por mantener a los humanos de Poniente con vida, dirige su mirada hacia Rocadragón, porque sus tropas no son suficientes para contener la horda de muertos vivientes que se dirige hacia ellos, y gracias a un whatsapp cuervo que le envía Sam desde Antigua (recordemos que llega al final de la sexta temporada para convertirse en maestre), descubre que en la isla hay una cantidad ingente de vidriagón, material fundamental para la creación de armas altamente eficaces para acabar con los Caminantes Blancos, así que deja Invernalia en manos de Sansa, y se marcha de excursión al sur con Davos.

Breve inciso sobre Sam. El que fuera hermano juramentado de la Guardia de la Noche no solo recaba esa información útil en Antigua. Salva a Jorah Mormont de una muerte lenta y horrible por psoriagrís (recordad que contrajo la enfermedad en Valyria en la quinta temporada cuando viajaba con Tyrion y a mitad de la sexta temporada se marchó en busca de una cura), y de paso descubre la verdad sobre la unión de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark. Eso es un Erasmus bien aprovechado y no lo que se hace hoy en día.

Volviendo con Jon, el Rey en el Norte arriba a las costas de Rocadragón, previa “invitación” de Daenerys, a sugerencia de Melisandre, que aparece lo justo para influenciar en la joven y provocar que hielo y fuego colisionen. Además, la Bruja Roja lanza una última profecía sobre ella y Varys, vaticinando su muerte en tierra extranjera para ambos, por lo que no les auguramos buen futuro en la próxima entrega. Jon se reúne con Daenerys y al principio todo son tiranteces, los egos chocan y ninguno cede en su postura: ni Jon quiere hincar la rodilla ni Dany está dispuesta a desviar su atención del Trono de Hierro ante una amenaza invisible de la que no tiene pruebas de que sea real.

Poco a poco, comienza a haber complicidad entre ambos, y sus enfrentamientos van evolucionando hacia miradas profundas, suspiros cuando el otro se va, hasta el punto que ella empieza a pedirle consejo a él, habiéndole conocido poco tiempo atrás. Cuando Jorah vuelve a unirse a las tropas de Daenerys y en Rocadragón reciben un cuervo de parte de Bran Stark, enviando información a Jon de que el ejército de muertos se aproxima a Guardaoriente del Mar, llega el momento en que la idea de Tyrion para convencer a todas las partes involucradas en el conflicto humano dará pie a los acontecimientos más importantes de la temporada, y me atrevería a decir que de la serie.

Ya han llegado

La famosa idea consiste en reunir a todos los que importan y no están muertos en la capital de Poniente, para mostrar a los incrédulos una prueba de que la broma de los Caminantes Blancos no lo es tanto. Para ello, un grupo de inconscientes valientes deberán viajar más allá del Muro, y capturar a un muerto, para así llevarlo a Desembarco del Rey.

El grupo pintoresco empieza formándose con el regreso de Gendry, que, recordemos, era uno de los bastardos de Robert Baratheon, que hizo migas con Arya durante varias temporadas, y que recorrió junto a la joven buena parte de Poniente, mientras viajaban con la Hermandad sin Estandartes, un grupo dirigido por Beric Dondarrion y su espada llameante, y su sacerdote rojo, Thoros de Myr (a los que se les había unido Sandor Clegane, alias el Perro, en la sexta entrega). Davos y Tyrion sacan a Gendry de Desembarco del Rey y el muchacho, junto a Jon, Davos y Jorah, viajan a Guardaoriente del Mar, previa miradita llorosa y romántica entre Dany y el que fuera bastardo de Ned Stark.

En el enclave que une el Muro con el océano, se encuentran a esta Hermandad, que se dirigían ellos mismos al norte para enfrentarse a los Caminantes Blancos. Juntos, además de contar con Tormund, viajan en la expedición más suicida a la que hemos asistido en Game of Thrones. Evidentemente, no termina saliendo completamente bien; algún precio tenían que pagar.

De entrada y no tan relevante, Thoros termina muriendo por las heridas producidas por un oso zombi. Y lo más importante, Viserion, uno de los dragones de Daenerys, muere a manos del Rey de la Noche. El grupo humano consigue capturar a un zombi, pero terminan acorralados por las tropas de muertos, y Daenerys, tras el aviso de Gendry desde Guardaoriente (volviendo al Muro a una velocidad que ni Barry Allen), viaja al norte con sus dragones para salvarlos. No obstante, esta decisión provoca que el Rey de la Noche resucite a Viserion y, de esa forma, obtenga el arma definitiva para poder derribar el Muro y abrirse paso hacia Poniente, dejándonos otro de esos momentos que ningún seguidor de la serie olvidará. Ahora la amenaza es real, y los muertos ya han llegado a territorio humano.

Cersei contra todos los demás

Mientras, en Desembarco del Rey, Cersei se va atrincherando cada vez más en el Trono de Hierro. Primero, obteniendo el apoyo naval de Euron Greyjoy, y luego asegurándose el apoyo financiero del Banco de Hierro de Braavos, eliminando enemigos a su paso. Entre tantas maniobras, siempre hay lugar para el amor, o relación tóxica o como queráis llamar a lo que comparten Jaime y Cersei. Según nos cuentan en la pasada temporada, la actual Reina de Poniente se vuelve a quedar embarazada, lo que nos abre la incógnita de si llegará a término en la próxima entrega, o algo sucederá antes que impedirá el nacimiento del heredero de los Lannister.

Al final de la temporada, en la Season Finale, asistimos a la reunión más concurrida de personajes de Game of Thrones hasta la fecha. Todos se reúnen en Pozo Dragón, como continuación del plan de Tyrion de mostrar a su hermana que las hostilidades humanas deben dejarse de lado, y se debe centrar la atención hacia la amenaza de los muertos. En este enclave tan destacado, se logra el objetivo, o al menos eso parece de entrada. Todos los presentes terminan más que convencidos, pero eso no distrae a Cersei de su principal objetivo: acabar con sus enemigos vivos. Les vende la moto de que enviará tropas al Norte para ayudar a defender los reinos de los hombres, pero en realidad sigue con su atrincheramiento particular, negando la ayuda a los norteños y a los ejércitos de Daenerys, esperando que los muertos y los vivos se maten entre ellos, y se preocupará entonces del ganador, contando además con el apoyo militar de la Compañía Dorada, mítico grupo de mercenarios referidos en numerosas ocasiones en las novelas, y que todo apunta a que veremos en la próxima entrega, por primera vez en la serie. Esto provoca que Jaime Lannister, habiendo dado su palabra de que acudiría al auxilio del Norte contra los Caminantes, priorice sus votos como caballero antes que la lealtad hacia su hermana, haciendo que parta hacia la batalla contra los muertos, dejando Desembarco y Cersei atrás.

Mientras tanto, en el barco de Daenerys, Jon y Daenerys ya dan un paso más en su relación, y consuman el deseo de tantos y tantos fans a lo largo y ancho del mundo: el Jonerys es una realidad… lo malo será cuando descubran que son familia, y que Jon es el heredero legítimo al Trono de Hierro.

Invernalia, punto de reunión y revelaciones

El bastión Stark pasa a ser en la séptima temporada el lugar en el que los hermanos Stark se reencontraron. Primero, Bran llega desde las tierras más allá del Muro, convertido en el Cuervo de Tres Ojos, tal y como vimos en la temporada anterior, y luego lo hace Arya, que tras volver la pasada temporada a Poniente y asesinar a Walder Frey, arranca la entrega asesinando a lo restante de su familia, y volviendo a su hogar, tras descubrir que los Bolton ya no gobernaban en el Norte. Tras siete temporadas, casi todos los hijos de Ned y Catelyn Stark vuelven a estar bajo el mismo techo, el de su hogar natal.

La reunión familiar podría haber sido más idílica, si Meñique no hubiera estado incordiando y medrando de fondo, con tal de conseguir con su objetivo particular: sentarse en el Trono con Sansa a su lado. No obstante, tras conspirar a espaldas de los hermanos Stark, ellos le terminan superando y acaban exponiendo toda la verdad sobre la conspiración que llevó a la Guerra de los Cinco Reyes y a todos los conflictos que vimos al comienzo de la serie, además de sentenciarle a muerte y Arya blandir el puñal de vidriagón que él mismo le entregó a Bran episodios atrás. De esta forma, los Stark volvieron a tener la influencia completa sobre su casa, y Sansa mantuvo las tropas que Jon dejó tras su marcha al sur, por lo que el último representante del juego de tronos que quedaba al norte es quitado del tablero, y ya todos los esfuerzos se centran en la canción de hielo y fuego.

Hablando de eso, otro que termina la entrega en la capital norteña es Sam, que vuelve de su Erasmus en Antigua con la información valiosa a la que me refería hace varios párrafos. Él y Bran comparten sus apuntes, y se dan cuenta de que coinciden en señalar lo que ya era evidente tras el final de la sexta temporada, pero por si acaso, los responsables de la serie se empeñan en señalar, no vaya a ser que haya algún espectador que no lo pillara en su momento: Jon es hijo de Rhaegar Targaryen y Lyanna Stark, cuya unión fue legitimada en su día y, por lo tanto, el matrimonio previo del hermano mayor de Daenerys con Elia Martell quedó anulado, provocando que Jon sea el heredero legítimo al Trono de Hierro, en lugar de su tía, con la que comparte lecho actualmente. Además, y esto sí que es información nueva, el nombre verdadero de Jon es Aegon Targaryen.

Este es el último resumen que haré de Game of Thrones. Quedan solo seis episodios para la conclusión definitiva de la ficción, y os recuerdo que, al igual que otros años, tendremos reviews semanales que redactará mi compañera María. ¿Estáis preparados para la temporada final?