Camino a Infinity War: Ant-Man (2015)

Camino a Infinity War: Ant-Man (2015)

Llegamos a Ant-Man, la última crítica inédita del especial que llevamos haciendo desde principios de año sobre el universo cinematográfico Marvel para prepararnos de cara al culmen del trabajo hecho por la compañía durante la última década en Infinity War. En este caso nos encontramos ante un film que si bien técnicamente se engloba dentro de la Fase 2, está a medio camino entre esta y la Fase 3.

Voy a poneros en situación. Ant-Man en un principio iba a ser dirigida por Edgar Wright, un director británico con un sentido del humor bastante personal y el cual muchos podrán recordar por películas como Shaun of the Dead, Hot Fuzz, Scott Pilgrim contra el mundo o la más reciente Baby Driver; siendo un director hecho y derecho con un estilo propio. Posiblemente ese es el motivo por el cual debido a diferencias creativas abandonó el proyecto en detrimento de Peyton Reed, cuyo trabajo más destacado hasta la fecha había sido la comedia de Jim Carrey Di que sí.

Jamás sabremos qué habríamos visto si hubiera seguido Edgar Wright con el proyecto, pero si lo que nos llegó a los espectadores: un film con tintes cómicos bastante blanco que utilizando el carisma del protagonista intentaba ofrecer algo similar a Guardianes de la Galaxia pero con peor resultado. Para mi Ant-Man significó la confirmación de que a Marvel Studios se le había quedado la máquina de hacer películas en automático.

Disponía de un buen reparto, unos personajes más que decentes encabezados por un más que interesante Scott Lang y un apartado técnico a la altura del resto de trabajos de Marvel; sin embargo, repetir el humor que habíamos podido ver un año antes en la ya mencionada Guardianes de la Galaxia y el habitual villano con 0 carisma al que nos tienen lamentablemente acostumbrados hacía que la película tuviera un aire de Deja Vu bastante preocupante.

Pese a ese aroma a repetición que manchaba mucho el resultado final, no era para nada un mala película, Ant-Man resultaba ser un producto bastante entretenido y que en ningún momento aburría, siendo sobre todo una película curiosa y fácil de ver en una tarde de domingo. Es muy difícil pasar un mal rato con ella porque es entretenimiento puro y duro, y esto es lo mínimo que se le puede pedir a cualquier película del género, no siempre hace falta reinventar el cine, en ocasiones con hacer pasar un buen rato a el espectador es suficiente.

¿Cuál es el fallo de Ant-Man? Que para muchos posiblemente la juzguemos teniendo en cuenta lo que podría haber sido y lo que en realidad fue, pero manteniendo esto a un lado, resulta ser una obra que cumple con creces la máxima de entretener.