Bloodline: Familia y secretos

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Que Netflix ha llegado para quedarse es una realidad; tan solo tenéis que echar un vistazo a la oferta actual de series que ofrece para sus clientes y, cada año que pasa, va aumentando. Hoy os hablaré de uno de esos productos, Bloodline, serie estrenada en marzo de este año y que este verano he visto su primera temporada.

Todas las familias tienen sus problemas. No os estoy descubriendo la penicilina con esta afirmación, es algo obvio y normal. Luego están las familias que tienen secretos, algo que también es normal. Y después están esas familias, cuyos secretos los consumen de una forma que les lleva a realizar actos impensables para proteger a los suyos. Es el caso de la familia Rayburn, la protagonista de esta serie, y cuyos miembros tienen cada uno sus propios secretos, pero además, todos comparten, en mayor o menor medida, un secreto que arrastran desde hace años, y que amenaza con salir a la luz cuando Danny Rayburn, hijo mayor de Robert y Sally vuelve a casa tras un tiempo fuera. Y es que la vuelta de Danny a la pantanosa Miami no es casual, como es obvio y te dejan claro desde el primer minuto de la serie. Y es que el concepto familia en Bloodline se trata en ocasiones como si fuese el de la mafia, esa sensación de que el nombre o el status familiar fuese lo más importante en la vida de los personajes y sirve para entender el por qué de los actos de los mismos.

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We’re not bad people, but we did a bad thing. Esta frase acompaña la serie desde que se promocionaba su estreno allá por febrero, y también cuando comienza la narración de la temporada, a cargo de John Rayburn, interpretado por Kyle Chandler (Coach Eric Taylor en Friday Night Lights). Esta es una de las características de la serie, creada por los mismos que dieron vida a la ya finalizada Damages. Si recordáis, la serie protagonizada por Glenn Close comenzaba cada temporada con unas escenas situadas en un momento futuro de la acción, mostrándonos lo que sucedería episodios más tarde, y cada episodio que pasaba, completaba una pieza más de ese puzzle que terminaba por revelarse al final de la temporada. Pues esto mismo sucede en Bloodline. John comienza a contar mediante voice over o voz en off, usando un lenguaje bastante ambiguo y sin dar excesivas pistas en sus palabras, algo que sucedió y que el espectador no sabe, pero no tarda en imaginarse mediante las escenas que acompañan a esas frases. Cada episodio, van revelando otra parte de ese suceso, y finalmente se completa en la recta final de temporada. El estilo de Bloodline, a los que visteis Damages os resultará familiar, y si os gustaba entonces, os gustará también ahora.

Si tuviera que destacar algo negativo, bajo mi punto de vista, es la excesiva duración de los trece episodios (casi todos rozan la hora) que conforman la primera temporada, unido a la también excesiva lentitud a la hora de narrar los acontecimientos. Repito, esto es bajo mi punto de vista, a pesar de haber visto muchas series lentas y en las que aparentemente no pasa nada, como lamentablemente se ha etiquetado a la ya terminada Mad Men, o actualmente a Rectify. Se me hizo muy pesado a veces ver algunos capítulos, y no ayudaba ni la velocidad ni la duración del episodio. Sólo acelera al final de temporada, en los tres últimos capítulos aproximadamente, y eso si, lo hace de forma considerable. Hay gente que a lo mejor opinará que es la velocidad necesaria para contar adecuadamente los acontecimientos de la temporada, con coherencia y sin precipitación. También quiero dejar clara una cosa: esa falta de velocidad o la duración de los episodios, no resta un ápice de calidad a la serie. Es impecable en ese sentido y es palpable desde el primer episodio, es una serie muy cuidada y muy bien hecha en todos los aspectos.

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Uno de esos aspectos es el elenco que la protagoniza. Kyle Chandler encabeza el reparto interpretando a John Rayburn, y es la figura más destacada junto con su hermano Danny, al que da vida Ben Mendelshon; no en vano les ha valido a ambos nominaciones a los Emmy de este año, Chandler en la categoría de actor principal de drama y Mednelshon en la de secundario de drama. No han logrado llevarse la estatuilla, pero que en la temporada de estreno de la serie ya se haya reconocido el trabajo de estos dos actores, es un hecho destacable para el producto de Netflix. Y es que el núcleo de la serie, al margen de lo que he dicho arriba sobre la familia, es la dinámica en la relación de los dos hermanos, consecuencia directa de ese secreto que arrastran ambos desde hace años. Todas sus conversaciones son muy destacadas, y a lo largo de la temporada, viendo la evolución de la trama, esos diálogos cobran importancia y van aumentando en cuanto a calidad. Son claves para el desarrollo final de la misma, y las posteriores consecuencias.

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He destacado esa relación entre John y Danny, pero no quiero dejar pasar la oportunidad de hablar de la relación de éste último con el resto de sus hermanos, Meg y Kevin. Linda Cardellini interpreta a la joven abogada que, como he dicho arriba, no está exenta de secretos, y Norbert Leo Butz hace lo propio con Kevin. Ambos crecen en sus papeles cuando entran en contacto con Danny. Es muy interesante ver la interacción de éste con el resto de hermanos, y ver cómo consigue meterse en sus cabezas, aspecto también capital para comprender el final de la temporada. Y es que Danny es como ese jugador de un equipo que por su tremenda calidad, hace mejores al resto cuando interactúa con ellos: es el Gasol o el Messi de Bloodline; su papel es lo que activa toda la trama de la serie, y encima lo hace de forma excelente.

Bloodline es un producto de cocción a fuego lento (para mí quizá demasiado), con una calidad muy notable, una trama que por la forma en que es desengranada hace que quieras saber qué es lo que sucederá, unos actores que dan la talla con unas interpretaciones destacadas y encima está la incógnita de ver qué sucederá en la segunda temporada. Todos estos elementos, creo que son más que suficientes para darle una oportunidad a esta serie de Netflix, que parece haber cogido por costumbre crear más y más productos de una calidad muy alta.