Pilotos: Penny Dreadful City of Angels

Pilotos: Penny Dreadful City of Angels

Los detectives Tiago Vega (Daniel Zovatto) y Lewis Michener (Nathan Lane) son un latino en una sociedad que rezuma racismo y un tipo extrañamente tolerante y bondadoso en una realidad hostil. Son, de algún modo, una pareja de detectives que no encajan en el status quo en el que les toca vivir y trabajar. Y quizás por eso son dos personajes a los que quiero ver juntos, a quienes deseo conocer mejor y a quienes espero ver resolver algún caso mientras el mundo entero, y en particular la ciudad en la que ellos viven, se sume en el caos a causa de la pelea entre dos entes sobrenaturales.

Una parte de mí siente que no estamos realmente ante un spin off de Penny Dreadful y que el uso del nombre de la serie madre es sólo un reclamo de marketing, pues no veo aquí mucho de la serie de hombres lobos y vampiros en la Inglaterra victoriana. Pero ya comentamos entonces, cuando hablábamos de la serie madre, que de hecho, el nombre de la serie hacía referencia directa a las «Penny Dreadfuls», que eran un género de novelas cortas, sangrientas y terroríficas de lectura fácil y consumo rápido, novelitas muy populares en la sociedad anglosajona desde el siglo XVIII.  Y ese espíritu sí que está presente en City of Angels.

Aunque no hemos visto a los monstruos clásicos nacidos de las historias de fantasmas occidentales, sigue resultando interesante desde el punto de vista de la leyenda y lo sobrenatural. Lo que tenemos es lo siguiente: una hermana representa el mal y la otra hermana representa el bien y por alguna razón que desconocemos están en guerra. Quizás es la eterna lucha del bien y el mal, quizás es algo más específico. La serie empieza con la hermana mala ejerciendo su influencia y prendiendo fuego unos cultivos, como consecuencia del incendio muere quemado el padre de un niño. Un niño que no es cualquier crío, es alguien que debe tener algo especial escrito en su destino, porque un momento antes hemos visto a las hermanas discutir sobre él. Cuando el chiquillo se acerca a su padre en llamas, la hermana menos mala lo frena y lo lanza por los aires para alejarlo del fuego. La sensación que tengo es que la hermana oscura, por llamarla de alguna forma, quiere empezar a sembrar la semilla del mal en el niño y cree que ver a su padre morir es algo que lo traumatizará y le permitirá que en el futuro, cuando ella le susurra al oído, él esté más susceptible escucharla. Después de ese cold opening pegamos un salto en el tiempo y nos plantamos en la ciudad de Los Ángeles del año 1938, un país ardiendo por los conflictos raciales y por el ruido ensordecedor que llega desde Europa, donde Hitler ya está en el poder.

No queda claro qué tipo de ente sobrenatural son las hermanas, ni tampoco sabemos qué es lo que pretenden, pero parece claro que al menos una de ellas se alimenta o disfruta con el caos y la destrucción y usa su poder para susurrar a los humanos y hacerles cometer atrocidades. La guerra del final, que de algún modo poético con un disparo inesperado es el triunfo de la hermana oscura pero también es el fracaso de la hermana blanca que conoce algo de una profecía e ignora las oraciones y peticiones de sus fieles.

Tampoco sé si hay un psicópata, una banda malvada de mexicanos o una banda malvada de supremacistas que quieren echar tierra sobre los latinos. Quizás incluso haya un componente sobrenatural además de las ya mencionadas hermanas, sea como sea, por el momento la serie inspira curiosidad y aunque su piloto no haya sido absolutamente sensacional tampoco ha estado desprovisto de belleza y despierta la suficiente curiosidad como para querer descubrir de qué trata todo esto.

Natalie Dormer destaca con un trabajo asombroso, interpretando a  varios personajes que no tienen nada que ver entre si: la ingenua esposa de un maltratador que lleva a su hijo al médico para descubrir que ambos tienen ascendencia alemana y que odian la simplicidad de los americanos; la secretaria inteligente de un aspirante a alcalde que en principio no está seguro de pactar con los nazis pero que termina haciéndolo porque al fin y al cabo lo que quiere es poder; y la poderosa entidad maligna que lleva a los hombres por el mal camino. Por el momento lo más notable de la serie es el trabajo de Dormer, pero espero que en el futuro también nos sumerjamos en el potencial de los demás personajes interpretados por el resto del elenco.

No estamos ante la misma estética que teníamos en el oscuro y gótico Londres de la primera Penny Dreadful, pero sigue siendo una serie con muchísimo estilo visual y creo que eso es un punto en común con la serie madre, además de la participación de uno de sus actores principales, Rory Kinnear. No aspiro a que haya un hueco en la agenda de Eva Green, pero quizás sí que podamos ver algún otro de los actores que echamos de menos desde hace cuatro años. Pues la primera Penny Dreadful no sólo tenía unos guiones impresionantes sino grandísimos personajes que supieron conquistar a los espectadores.

No sé si la serie evolucionará para bien o para mal, pero el piloto engancha lo suficiente como para querer ver el siguiente.