Review The Flash: Love is a Battlefield

Review The Flash: Love is a Battlefield

Si de algo me ha enseñado salir de fiesta es que mezclar nunca es buena idea: whisky y ron, plan de tranquis y juegos de beber, como en este caso: un cliffhanger con un episodio temático de San Valentín. Creo que sobra decir, que no me ha impresionado en exceso el episodio, de hecho puedo ya decir en la entradilla que seguramente sea de los peores episodios que ha tenido la serie en las últimas temporadas y eso, amigos míos, era una misión complicada.

¿Cómo solucionan el cliffhanger de la semana pasada? Pues directamente en 10 segundos, ya que Iris logra salir del espejo casi al instante. Vale, no adelantemos acontecimientos, ya que el episodio muestra por activa y por pasiva que algo no está bien con Iris: de repente cocina de lujo, habla italiano, tumba porteros de discoteca … aunque bueno eso ya lo hizo en Crisis on Earth-X; pero me parece anticlimático como poco y con resolución predecible como si hubiera sido escrita por el más vago de los guionistas, aunque esto último puede ser aplicable al resto del capítulo.

Ahora bien, la trama. Amulet Black y Goldface rompen y crean una guerra de bandas para hacerse con el control de un McGuffin en forma de flor. Sí, va de eso, no me lo estoy inventando y no hay más donde rascar porque lo único en lo que podía ahondar es en que Barry no entiende a su esposa, que es algo que podría haberse desarrollado en condiciones y a la larga teniendo en cuenta la revelación final, pero esto es un episodio de San Valentín y Dios nos libre de que el capítulo terminara con una crisis de pareja metida de forma de progresiva durante la temporada en vez de tener una creada y solucionada en media hora. Recordad la entradilla, no es bueno mezclar porque se os pueden quedar arcos desaprovechados.

«¿Podemos quedarnos a mirar?»

Tras tener a Iris de un lado a otro entre discusiones con Barry, llevándola hasta a formar equipo con Amulet, todo se soluciona con … el poder del amor. A ver, lo reconozco, he vuelto a ser simplista ya que es gracias al McGuffin que iban persiguiendo todo el capítulo, pues su fragancia hace que recuerden los que sentían por el otro ambos villanos.

No podía ser un episodio de The Flash sin paja con los secundarios que no intervienen en el arco principal, en esta ocasión es Allegra y su ex, aunque más en concreto es Nash y Killer Frost intentando ayudar a Allegra a rehacer su vida. Teniendo en cuenta que este tipo de subtramas de relleno muchas veces las han llevado de pena, en esta ocasión debo decir que el resultado no ha sido tan desastroso como hemos llegado a ver en otras ocasiones, además tiene el aliciente de que apenas conocemos a Allegra.

Y ahora vayamos a por el girito final que NADIE podía prever: Iris sigue atrapada en el espejo. ¿Podría haber sido más obvia la revelación? Esto mismo habría tenido mucho mayor efecto si se hubieran esperado uno cuantos episodios en revelarlo y lo hubieran enlazado con la trama de la crisis de la pareja, porque el capítulo hace muy bien lo de mostrar que algo hay raro con Iris pero que en esencia sigue pareciendo la misma persona; esto habría funcionado mucho mejor si se hubieran esperado a que los espectadores nos olvidásemos del espejo y lo tomáramos como a un “A Iris le han hecho algo y ya se sabrá”. Juntar en 40 minutos el espejo, la crisis y la revelación de que esa mujer no es Iris me parece un recurso de guionista vago que no quiere desarrollar nada de lo que plantea, pero lo peor es que aún con todo esto podrían hacerlo, pero hace tiempo perdí ese tipo de esperanzas con esta serie.

Siendo honestos, con episodios como este no se por qué me esfuerzo todavía con la serie.