Review Supernatural: Raising Hell

Review Supernatural: Raising Hell

Quizás este segundo episodio no ha tenido tantísima fuerza como el primero, pero sigue siendo la última temporada de una serie muy querida y parece que los guionistas saben que con ese basta, así que nos traen de vuelta a personajes antiguos y nosotros nos quedamos casi contentos… con un episodio que, por lo demás, ha sido más bien pobre.

Estamos acostumbrados a que los arcos argumentales de Supernatural duren una temporada completa, repartida en episodios relacionados con la trama directamente, unos pocos que ni la aluden y varios que tocan la trama general tangencialmente aunque desarrollen otra historia en ese episodio concreto. Normalmente los episodios son completamente independientes entre si y sólo los últimos episodios de la temporada están divididos en dos partes, por eso me ha resultado raro que Raising Hell comience exatcamente en el mismo punto en el que terminó Back and to the Future y continúe con el mismo asunto de la ciudad de fantasmas sitiada por cazadores. Asumo que la trama global no transcurrirá íntegramente en esta localización y que los Winchester irán recorriendo América como han hecho siempre. La última temporada merece la trama que intuimos en la premiere y no una cosa tan simple como los hermanos luchando contra Jack el destripador como líder fantasmagórico.

Lo que sí mantiene el hype anunciado en la premiere es el desfile de rostros conocidos, ésta vez hemos visto a Rowena, Ketch, Amara y Kevin, lo más emocionante ha sido volver a ver al joven profeta, quien resulta que ha estado injustamente atrapado en el Infierno. Según nos cuenta Belthegor es imposible que un alma que ha pasado por el Infierno vaya al cielo y ésta regla general sólo se omite en casos muy especiales, como los chasquidos de dedos de Chuck y cosas así… Por ahora el antiguo profeta se queda «viviendo» como fantasma, que no es un final feliz precisamente, así que espero que los Winchester no lo olviden y en algún episodio posterior traigan el asunto de vuelta para conseguirle al pobre Kevin el paraíso que se tiene merecido.

Belthegor sigue siendo una buena incorporación, es interesante el matiz que Alexander Calvert le ha dado a su interpretación, lo cierto es que el actor es mucho mejor de lo que pensé en un primer momento y ha sabido mostrarnos a un Jack ingenuo e inocente, a otro Jack confuso y casi malvado y ahora a un demonio que no tiene nada que ver con el personaje anterior.

Por lo visto Chuck no está en «modo dios todopoderoso», pues aunque no sabemos en qué consiste su debilidad, sabemos que ésta existe gracias a als declaraciones de Amara. También hemos descubierto que la conexión entre Chuck y Sam va algo más allá de una similar herida en el hombro, de alguna forma los dos parecen conectados y así cuando Amara presiona la herida de su hermano, Sam también siente el dolor. Esta conexión nos lleva a pensar que quizás haya algo más profundo en la relación entre la perdida de poder del dios y el vínculo con Sam, quizás no sea descabellado pensar que Sam pueda sentir parte su dolor, pero también una parte de su poder. Quizás lo que vio Castiel en la visión de Back and to the Future no fue a un Sam poseído por Lucifer, sino a un Sam imbuido en el poder de un dios. En todo caso esto no son más que conjeturas…

Autoreferencias encontradas en Raising Hell, Supernatural 15×02.

  • Las caras conocidas: Rowena y su brujería; Ketch y su artefactos; Amara y su arrogancia y un pobre Kevin Tan desterrado al Infierno.
  • La magia que usa la bruja tiene la misma base que la que usó contra Amara en la temporada decimoprimera.
  • Ketch y las referencias a Los Hombres de Letras británicos.
  • Kevin Tan… y Kevin Tan, a quien repito que espero que volvamos a encontrar en esta temporada.