Review Arrow: My Name is Emiko Queen

Review Arrow: My Name is Emiko Queen

Ya tenemos de vuelta la serie que originó el Arrowverse. La ficción de Oliver Queen regresa tras el parón invernal de rigor, con un episodio que me ha dejado sentimientos encontrados, ya que esperaba más del mismo, pero lo que veo que quiere introducir me gusta. Por lo tanto, con un capítulo más bien normalito, iniciamos la nueva etapa de Arrow, así que vamos allá.

Y lo cierto es que esta etapa ha comenzado con un menor protagonismo de Oliver, algo que me ha sorprendido para mal, dado que él es el personaje principal, acaba de regresar de prisión tras varios episodios en los que se había aprovechado esta circunstancia para hacer más hincapié en otros personajes, pero ahora que ha regresado, me parece innecesario tanto bombo para gente como René, aunque entiendo que tendrá un rol mayor en el futuro, o al menos eso parece. Lo único que hemos visto de Oliver ha sido una breve aparición con el SCPD, que ha originado que Felicity y él descubran la identidad de la nueva justiciera de Star City. Un descubrimiento que, para mi gusto, ha sido bastante descafeinado, muy sencillo, y da la sensación que los responsables de la serie se lo querían quitar de en medio cuanto antes, espero que para entrar ya en otras tramas y profundizar más en las ya abiertas. La cuestión es que vamos a tener más interacción entre hermanos la próxima semana, ya que en ésta solo la hemos visto a ella, a Emiko.

La presentación de este personaje me ha parecido de todo menos épica; quizá no hacía falta una introducción por todo lo alto, pero algo más elaborado no hubiera estado mal. Nos cuentan que su cruzada se inicia por el asesinato de su madre, a manos de alguien que ella creía haber identificado, pero que sin embargo el desarrollo del episodio le acaba mostrando que estaba equivocada; que es hija de Robert Queen y que él, junto a Moira y luego Walter, la ocultaron del resto de la familia, pero que la mantuvieron durante años con pagos recurrentes; y poco más. Lo cierto es que es una historia de venganza de manual, que se asemeja a la de Oliver pero, bajo mi punto de vista, no tanto, ya que la misión de él nace de la promesa que le hace a su padre para tratar de corregir sus errores e impartir justicia en su hogar; la de Emiko es, simple y llanamente, buscar al responsable de la muerte de su madre y acabar con él. Que sean más o menos corruptos da igual, no busca lo que buscaba Oliver originalmente. De hecho, si hubiera matado a la persona correcta, su misión hubiera concluido esta semana. No obstante, parece que desde la oficina de responsables de la ficción quieren que la joven siga buscando al culpable, y quizás sea alguien conocido por los espectadores. Espero que no sea Ricardo Díaz; sería lamentable e innecesario, ya que ya lo tenemos enemistado con la mitad del reparto de la serie, no hace falta que lo involucren en el drama de Emiko.

Esperaba también un episodio flashback, contando los orígenes de la joven, pero han preferido tirar por el camino del medio y narrarlo desde su punto de vista, sin echar la vista atrás. A lo mejor nos lo muestran en próximos episodios, o simplemente lo omiten del todo y siguen adelante. El caso es que, por el momento, me cuesta empatizar con ella. Supongo que eso se conseguirá con el paso de las semanas y de los episodios, y con sus escenas compartidas con Oliver, algo que espero ver próximamente. Por ahora, seguimos a la espera de ver más de Emiko.

Sobre lo que decía de otros personajes, hoy hemos tenido mucho rato a René en pantalla, tanto en el presente con sus escenas con Emiko, y en el futuro, que ha sido lo más interesante para mí del episodio, y que sigue manteniendo mi atención semana tras semana. Quizá lo más lamentable de esta parte haya sido el horrendo tupé que le han puesto al futuro René (en serio, qué mal le queda). Bromas aparte, hemos visto cómo han cambiado los Glades, gracias a las acciones del actual justiciero, y parece que estuvo involucrado, indirectamente por lo que se deduce de su comportamiento, en la “muerte” de Felicity; lo entrecomillo porque, como he dicho en anteriores ocasiones, hasta que no lo vea, no lo creeré. Hacia dónde irá todo esto, sigue siendo un misterio. Pero prefiero esto a minutos de la basura en el presente, aunque eso sí, que los flashforwards terminen sirviendo para algo.

La otra trama del presente la han protagonizado John y Lyla junto al infame Ricardo Díaz, que sigue sobreviviendo episodio tras episodio, a pesar de lo innecesario de su presencia a estas alturas de serie. Ahora, gracias a una ocurrencia de Diggle, parece que le tendremos encabezando la nueva hornada que formará una nueva versión del Escuadrón Suicida que tuvimos hace un tiempo en Arrow, allá por la segunda y tercera temporada. ¿Supone eso el regreso de algunos criminales que hemos conocido entregas atrás? Imagino que no tardaremos mucho en averiguarlo.

La duda que me asola es hacia dónde va la serie. Está claro (o eso espero) que los flashforwards van a tener su importancia en el futuro próximo, pero el presente me preocupa más, ya que si bien esa situación que vemos se supone que se tiene que originar tarde o temprano, me pregunto si veremos sus inicios en esta séptima entrega, o al menos algunos detalles, como lo de Mark of Four que ha sido aludido de nuevo esta semana. Lo de que Oliver parece no tener un enemigo importante ante él, también me mosquea. Por ahora, hay más dudas que certezas, pero creo que es normal. Lo que decidirá si esta temporada es mejor o peor es las respuestas a todas estas preguntas que nos hacemos ahora, y hacia qué punto se dirige la trama presente. Nos vemos la semana que viene.