Opinión: Orphan Black. Nos despedimos del clone club.

Opinión: Orphan Black. Nos despedimos del clone club.

Sarah Manning, Cosima Niehaus, Alison Hendrix, Helena, Rachel Duncan, Elizabeth «Beth» Childs, Krystal Goderitch, Veera «M.K» Suominen, Jennifer Fitzsimmons, Tony Sawicki, Katja Obinger, Camila Torres y algunas más, hasta llegar al número de 274. Estos son los clones fruto de la fecundación in vitro en varias mujeres que llevaron a cabo una serie de científicos eugenésicos obsesionados con la modificación y supuesta mejora de la especie humana.

El telón de fondo de la serie es una conspiración eugenésica repleta de manipulación y mentiras, pero lo que realmente importa es ver a los personajes luchar para deshacerse del control que ejercen sobre ellos las corporaciones, los monitores o los fanáticos de unas u otra ideas. La serie tiene un profundo sentido ético y ejerce una compleja mirada filosófica hacia las formas de entender la individualidad y el desarrollo humano. Creo que Orphan Black es una serie magnífica, pero no tanto por sus clones, sus neoevolucionistas o sus científicos locos como por el estudio humano que lleva a cabo gracias a la espectacular Tatiana Maslany, quien con sus interpretaciones de una docena de personajes nos hace ver que no es el ADN quien marca lo que somos, sino las decisiones que tomamos y las personas que nos acompañan en el camino de la vida. En la serie vemos a muchas mujeres que deberían ser idénticas, pero están lejísimos de serlo porque han tenido vidas diferentes, y así con unos padres indiferentes y una honestidad brutal nació una fría y calculadora empresaria;  el amor de Mrs S creó a una luchadora y las circunstancias que rodearon a Cosima hicieron de ella la científica sacrificada que es.

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Aunque Maslany es el eje de Orphan Black, no debemos pasar por alto que las ideas que vemos las escriben otros profesionales. Uno de los creadores de la serie, Graeme Manson, es ni más ni menos que el autor del guión de la película canadiense de culto Cube (1997). Creo que los dos showrunners, Graeme Manson y John Fawcett, han hecho un trabajo muy sólido del que pueden estar orgullosos.

El punto de partida nos sitúa junto a una madre soltera con una vida complicada, que asiste atónita al suicidio de una mujer que es idéntica a ella. A partir de aquí, entramos en una vorágine de acontecimientos propios del thiller psicológico que nos van adentrando en el terreno de la ciencia ficción, siempre con tintes muy oscuros y personajes nada claros. La trama ha ido desenvolviéndose de forma coherente hasta los últimos episodios, siguiendo el esquema de historia que alude a una historia aún mayor con tangentes e hilos abriéndose en distintas direcciones que apuntaban cada vez a un objetivo mayor. Hasta toparnos con una conspiración que tenía tentáculos en todas partes.

Si no has visto la serie, te recomiendo que la veas, no es una perdida de tiempo. Está terminada y tanto el desarrollo de las cinco temporadas como el final están bien. A partir de aquí voy a hacer algunas referencias que pueden ser consideradas spoilers por quienes no han visto la serie completa.

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La importancia de la familia  es vital, pero debemos entender que para ser una familia no es necesario tener lazos de sangre, como nos han enseñado tanto Félix como Mrs. S, dos personajes comprometidos con Kyra, con Sarah y con el resto de los clones, dos luchadores desde el primer hasta el último momento. De hecho, creo que la asociación de Félix con Alison nos ha dado algunos de los mejores momentos de la serie, pues aunque adoro la trama más oscura y tensa de Sarah, siempre me han encantado esos momentos más frescos y locos que nos regalaba la vida, nada aburrida, de Alison. Para ser una familia tampoco hace falta conocerse desde la infancia, como bien nos demuestran las sestras, que hacen crecer entre ellas un enorme vínculo pese a proceder de distintos mundos y no tener, aparentemente, nada en común. Es cierto que algunos clones, como Tony prefieren mantenerse al margen y otros como Krystal simplemente no se enteran de nada. Pero la relación entre Sarah, Cosima, Alison, Helena, M.K y Beth es la de una familia.

Me lo he pasado muy bien todos estos años, de hecho,Orphan Black ha sido una de mis series más esperadas de la semana en sus periodos de emisión. Puede que la tercera temporada sea la menos buena, evidentemente la serie como cualquier otra, ha tenido altibajos, pero mi sensación global es tremendamente positiva.  Además en todo momento, hasta en los peores episodios, hemos podido maravillarnos del impecable trabajo de Tatiana. Ella ha levantado la serie en sus peores momentos y creo que Orphan Black hubiera sido una cosa completamente diferente sin ella. El impecable trabajo de Maslany, le valió el Emmy a Mejor actriz de Drama en 2016 y deseo de corazón, que en el 2018 le den todos los premios posibles. La mujer no sólo acarrea la responsabilidad de interpretar a cuatro personajes principales, dos secundarios y varios recurrentes, es que de alguna forma logra que el espectador crea estar viendo a personas diferentes cuando mira a cada uno de estos personajes. Cada uno de los clones tiene una personalidad propia y distintiva, tan única y trabajada que valdría para situar a la actriz en lo más alto de todas las listas de premios y nominaciones, pero no sólo hace a un buen personaje, hace casi una docena de personajes profundos, bien dibujados y complejos. Orphan Black es una gran serie que siempre estará en mi recuerdo, pero Maslany ha sido un descubrimiento maravilloso y espero continuar viendo el desarrollo profesional de esta magnífica actriz.

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Todos los grupos que trabajaron contra y a favor de la clonación, los integrantes de Neolution y del Instituto Dyad; los fanáticos religiosos Proletheans, los neoevolucionistas amantes de someterse a cirugías absurdas, los integrantes del proyecto Castor y del proyecto Leda sólo han sido miserables que trabajaron con la idea de resolver las miserias de sus propias vidas. Mientras que el clone club trabajaba para lograr curarse de una enfermedad letal y vivir en libertad. La lucha de las sestras nos enseña que pese a la manipulación de los poderosos, podemos pelear y conseguir vivir con dignidad y el control de nuestra propia vida.

A pesar de las profundas perdidas que han sufrido por el camino, logran llegar a parecido a la victoria.  No ganan del todo, porque en la vida no hay forma posible de ganar. Me gusta que el final de la serie sea feliz, pero dejando claro que no existe la felicidad completa, pues aunque todos los personajes tienen su dosis de felicidad, en los minutos finales de la serie nos dejan claro que tampoco se desvanece completamente la amargura. Me encanta que nos recreemos en lo desastrosa que es Sarah, ahora que ha conseguido su propósito su vida vuelve a la normalidad y ella se siente incapaz de madurar de una vez.  Fue madre demasiado joven, no estaba realmente preparada para asumir esa responsabilidad, posiblemente todavía no lo este, pero de algún modo asume que la suya es una vida repleta de errores y malas decisiones y tendrá que vivir con ello. No encuentra el amor, no aparece un príncipe azul que la salve de todos los males, cosa que me encanta, porque la serie nunca ha ido de eso.  Tampoco encuentra un buen trabajo, ni siquiera es capaz de presentarse al examen para aprobar la secundaria. Su vida seguirá siendo un desastre,su vida seguirá siendo complicada y vivirá con el dolor de haber perdido a Siohban, pero quiere a su hija y ese día en la playa es un canto a la normalidad.  Por su parte, Cosima le tiene pánico a los bebés, quizás por miedo o quizás por egoísmo y la serie termina con ella junto a Delphine vagando por el mundo salvando a las ledas. Está muy lejos de obtener un premio Nobel, o siquiera un laboratorio de categoría o una investigación. El final feliz del personaje cerebrito es haber conseguido  triunfar en el amor y sobre todo, salvar a todas sus hermanas. Lo verdaderamente importante era curar a los clones y gracias a Félix y con la inigualable ayuda de Rachel, parece que van a poder hacerlo. Alison y Donnie siguen aprendiendo a ser felices y Helena, ha visto y provocado tanto dolor a lo largo de su vida, que se considera una afortunada por poder críar a sus hijos en el garaje de los Hendrix.

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Creo que ha sido muy astuto despejar las incógnitas en la primera mitad del episodio, pues si estábamos con el corazón en un puño pensando si Helena conseguiría salvarse, si los niños vivirían y si ganarían los clones o Westmorland, el último episodio de la serie despejó todas las dudas en un momento y dedicó una buena parte de su tiempo en regodearse en el final de la serie, algo muy de agradecer. Pues tras cinco años acompañando a las sestras, necesitábamos verlas felices.  El baby shower rebosante de felicidad nos recuerda el paraíso onírico de Helena en el primer capítulo de la tercera temporada, The weight of this combination. La imagen que nos regalan de las chicas en el jardín compartiendo una bebida mientras Helena les lee Orphan Black ha sido una delicia y una guinda de pastel que todos necesitábamos.  Y esa escena sí es un final feliz, porque aunque no todo sea luz, las hermanas están preparados para vivir su vida, con libertad.