Crítica: Silencio

Crítica: Silencio

Empezamos el año cinéfilo con lo nuevo de Martin Scorsese, uno de los grandes directores de las últimas décadas y que normalmente no suele defraudar. En esta ocasión viene con “Silencio” debajo del brazo, una obra bastantes distinta a sus últimos trabajos y que no dejará indiferente a nadie.

La película trata sobre la búsqueda de 2 hermanos Jesuitas de su mentor, el padre Ferreira, en plena persecución religiosa en el Japón del siglo XVII. “Silencio” es ante todo una historia de fe y supervivencia, pero en el que de las dos destaca sobre todo la primera, la fe. Una historia centrada en el dilema interior del padre Rodrigues al descubrir todo lo que sacrificaban y cómo vivían sus creencias los japoneses cristianos durante aquella represión.

Estamos ante un producto duro, no solo por su contenido que muchos momentos llega a ser cruel, sino por su narración. “Silencio” es lo opuesto a “El lobo de Wall Street”, en la que vimos a un Scorsese más de fuegos artificiales y espectáculo, en esta ocasión muestra su faceta más seria y gris, dejando un relato en que algunas ocasiones puede pecar de lento.

Visualmente es espectacular, sin abusar de sus paisajes (ejem ejem “El renacido” ejem ejem) consigue dar una sensación grandiosidad a cada escena digna de las manos que llevan el timón de la producción. Posiblemente se la pueda achacar que no aprovecha su apartado visual para provocar una angustia más que justificada en el espectador, pero no me parece algo que la penalice demasiado.

Sobre la actuación de Andrew Garfield se han escrito ya muchas lineas y como bien dicen la mayoría de ellas, apunta como mínimo a la nominación al Oscar; consigue llevar muy bien el peso de la película y logra manejar de forma sorprendente un personaje como Rodrigues. Sin embargo debo decir que Neeson (que es un reclamo más que otra cosa) y Driver están bastante desaprovechados. Me habría gustado saber más de lo que vivió el padre Ferreira y de lo que pasó con Garrpe una vez que él y Rodrigues separan sus caminos.

Todo el argumento se sostiene en el debate interior de Rodrigues y las vivencias de él y los cristianos que se encuentra durante su búsqueda en una tierra que desconoce. “Silencio” es más espiritual que argumental y puede que esto logre echar para atrás a bastantes espectadores que esperen otra cosa.

No es lo mejor de Scorsese, me atrevería a decir que está bastante por debajo de lo esperado, sin embargo “Silencio” a su manera logra ser un película de gran nivel que es probable que encante a todo aquel que sepa que tipo de película va a ver. “Silencio” no es un filme de aventuras y violencia física, es una producción intimista de violencia espiritual.