Crítica: Los odiosos 8

Crítica: Los odiosos 8

Después de unas semanas de retraso llega a los cines españoles la esperada 8ª película de Quentin Tarantino, uno de los directores que más han marcado en las últimas 2 décadas. En esta ocasión se ha rodeado de algunas caras conocidas de sus antiguas películas para mezclar en un solo filme el Tarantino de “Reservoir Dogs” y el de “Django Desencadenado”.

Se recalca desde los títulos de crédito que es la octava película del cineasta y es un detalle importante, ya que bebe mucho en cuanto a estructura de sus 2 primeras óperas primas, la ya mencionada “Reservoir Dogs” y “Pulp Fiction”.

Si en sus últimos trabajos estábamos viendo al Tarantino más visual, en esta ocasión tenemos una versión más argumental, en la que el guión se erige como gran baluarte del filme. La sucesión de conversaciones memorables que deja escena tras escena posiblemente la convierte en el mejor guión escrito por Quentin en toda su carrera.

Pese a que las interpretaciones no deslumbren tanto como en otras ocasiones (cosa que ha quedado evidente en las nominaciones a los premios este año), en su global el reparto cumple con creces sin lucimientos, siendo una obra tan coral y nivelada en la que es complicado destacar a alguien por encima del resto.

La división de la película en capítulos a mi me parece acertada y en el que no sobra ni falta alguno, pero que también nos lleva al que es el principal y único punto negativo de “Los odiosos 8”, su excesiva duración. Los primeros 90 minutos habrían funcionado mejor en 50-60, pese a lo disfrutable de los diálogos alarga el filme innecesariamente a una exagerada duración de 3 horas, en la que media película es una presentación de personajes recurrente y algo repetitiva (esto último apostaría que es intencionado), que puede llegar a cansar en algún momento.

Estamos ante una película que posiblemente no sea la mejor del director, pero que usando la nostalgia nos regala un producto disfrutable y que a pesar que pueda decepcionar a los que esperen algo parecido a “Django Desencadenado” contentará a los fans más habituales de Tarantino.